Transportistas de mercancías por carretera iniciaron en España un paro indefinido, convocados por un colectivo independiente, sin causar por los momentos mayores perturbaciones en la circulación o el suministro, ocho meses después de otra movilización que afectó la actividad económica del país.
La huelga, promovida por la llamada Plataforma en Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera (que agrupa a pequeñas empresas y transportistas autónomos) pero rechazada por las principales organizaciones del sector, comenzó con manifestaciones en diversas ciudades del país, entre ellas Madrid.
Estas protestas no generaron perturbaciones de circulación importantes la mañana del lunes, e incluso algunas de ellas fueron anuladas.
Las consecuencias del paro "son mínimas", afirmó ante los periodistas la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, quien agradeció a "todos los transportistas que están desarrollando su trabajo con total normalidad".
"Ahora mismo tenemos total normalidad en las carreteras y en los centros de carga y descarga, y esperemos que continúe así", dijo de su lado José María Quijano, secretario general de CETM, una de las principales organizaciones de transportistas.
Los huelguistas, que se quejan del impacto de la alta inflación en los costos del sector, denuncian los atrasos en la implementación del acuerdo para evitar que los transportistas trabajen a pérdidas, firmado en marzo tras una primera movilización de la Plataforma.
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"Estamos hartos de engaños y de ser saqueados por todos lados", señaló la Plataforma en un comunicado.
El presidente del colectivo, Manuel Hernández, se quejó ante periodistas durante la manifestación en Madrid de la falta de cumplimiento del gobierno español de los compromisos alcanzados previamente.
"No quisiéramos" que la movilización "se alargara tanto como en marzo", ya que la intención no es "causar un daño al país o a la sociedad", pero desde el gobierno del socialista Pedro Sánchez "nos criminalizan", señaló Hernández.
La Plataforma fue la punta de lanza del paro de marzo, que cortó el abastecimiento de muchas tiendas y supermercados durante 20 días. La protesta llevó al Gobierno a anunciar una ayuda de mil millones de euros al transporte de mercancías por carretera, incluyendo subvenciones para hacer bajar el precio de los carburantes.