Un café de altura en las montañas de Gómez Plata | El Nuevo Siglo
Gustavo y César Valencia han sumado una gran experiencia en la preparación del café, incluso con métodos especiales.
Diego Ariza
Domingo, 14 de Agosto de 2022
Redacción Economía

En los últimos años, el municipio de Gómez Plata, Antioquia, busca posicionarse en la industria del turismo y el comercio, tanto en el departamento como a nivel nacional e internacional, esperando próximamente tener gran reconocimiento por sus sitios de interés pero principalmente por sus productos.

Con el apoyo de Fondo Nacional del Turismo (Fontur), la alcaldía local viene ofreciendo a los visitantes el Mirador Las Acacías, recién inaugurado, platos típicos como el “Cordial Encanto”, chicharrón con guayaba y los “Caballitos de papaya”, hasta productos en el mercado como la panela “EP”, del trapiche El Porvenir.

Por otro lado, no cabe duda de que el café es el principal representante de Colombia, tanto en economía como en cultura, en casi todos los países del mundo; es por eso que distintas empresas abarcan este negocio.

La mejor calidad

Pero para “1836 Café con Altura”, se trata de crear un producto cuyo principal objetivo sea la mejor calidad, desde que se cultiva el grano hasta que se sirve en una taza.

Este emprendimiento proviene de la finca Los Pinos, propiedad de Gustavo y César Valencia, quienes lideran una iniciativa de “café gourmet”, que no solo tiene reconocimiento en Gómez Plata, sino en el departamento, por su forma tan especial de preparar el producto.

Sin contar con un cafetal de varias hectáreas, materiales o máquinas para producción a gran escala, o cientos de empleados a cargo, estos hermanos han logrado un café que es destacado por la Federación Nacional de Cafeteros por su alta calidad.

“Este emprendimiento del café va más allá de lo que se le puede sacar, que no es nuevo, que es algo que han visto en otros países y se aprovechan de esto, en cantidad y buena calidad”, dijo Gustavo Valencia, durante una visita especial a su finca, organizada por Fontur.

Con la camiseta de su emprendimiento, tanto Gustavo como César les han mostrado a turistas, extranjeros y locales, como a sus vecinos en Gómez Plata, que no solo pueden tomar una taza de café cualquiera, sino una tan especial que fue hecha con un proceso que tuvo en cuenta cada detalle.

“Conociendo la cultura europea vemos que esto tiene un mundo gigante, en cuestión de un valor agregado con relación a la calidad, y nos damos cuenta de que el café de Colombia es muy apetecido porque tiene las bondades del clima, lo que no tienen allá, y adicional a eso resulta que tenemos todos los pisos térmicos y alturas, con lo que podemos abusar de la maduración del café”, explicó Gustavo.

Agregó este emprendedor que desde la selección de las semillas se hace con mucho cuidado su producto, ya que deben verificar desde su estado hasta la capacidad para resistir enfermedades.

“Nosotros hemos querido aprovechar nuestra altura, 1.836 metros sobre el nivel del mar, y trabajar con variedades como Castillo Rosario, Semicafé 1, que son variedades mejoradas de la Federación de Cafeteros, que no solo son recomendadas como buena taza, sino que son resistentes a las enfermedades como roya”, afirmó.

Todo está en los sentidos

Son miles de millones las personas en el mundo a quienes les gusta el café, lo toman a cualquier hora del día y algunos más de una taza, ya sea para mantenerse activos en su trabajo o por su sabor especial.

Para “1836”, no solo se trata de tomarlo y decir que es bueno, sino que requiere que el aroma y el sabor estén a la mano y definan ese tipo de calidad que los hace tan especiales.
Gustavo comentó que pueden aparecer toda clase de pensamientos y recuerdos al probar alguna de sus variedades de café, desde algo cercano a una buena taza de chocolate caliente o una aguapanela.

También explicó que una de las mejores maneras de verificar la calidad de café está en tomar un sorbo, taparse la nariz con los dedos, hacer lo que llama buches, esperar 10 segundos y luego de tomarlo, inhalarlo desde adentro.

También esta clase de recuerdos se pueden percibir en la etapa de tostión, donde el olor lo asocian al de un pan recién horneado.

“Empieza uno a desarrollar todas esas habilidades sensoriales. Uno está acá y le empieza a oler como cuando la aguapanela está hirviendo, habiendo pasado por un olor como de panadería”, afirmó.



Puntaje de calidad

Aunque la clave para un buen café está en su proceso, cuidado y verificación de su aroma, para este emprendimiento también fue importante que se le reconociera por otras organizaciones, tanto nacionales como internacionales.

Así fue como la familia Valencia conoció sobre el puntaje que se le da al producto, que va de 0 a 100, donde a partir de 80 es muy bueno, entre 85 y 90 es excelente, pero luego de ese número ya es lo que considera Gustavo como “presidencial”.
Sabiendo esto es que los emprendedores dieron un salto importante en su proyecto, porque aprovecharon todo lo que tenían a la mano y lo que les fueron recomendando para alcanzar un puntaje de 87,5.

“Con el café que tenemos, con su variedad y altura, nos dijeron: ‘aprovéchense de eso’. Entonces lo seguimos estudiando y en los procesos de poscosecha hacemos unos ejercicios muy bien elaborados”, decía.

Incluso recordó cómo un producto que les recomendó una persona en el Valle del Cauca, los ayudó a subir tres puntos durante el proceso de fermentado.

“Un señor llamado Julián Cucuñame nos dijo: ‘hagan esta perfilación’ y si el puntaje no les sube mínimo tres puntos, me llaman. Y efectivamente así sucedió, porque es dejar prolongar ese mucílago en la almendra”, explicaba Gustavo.

Así fue como este emprendimiento no se quedó solo en la producción de café, en la cantidad, sino en la calidad, y cuyo proceso está basado en la experiencia y aprendizaje que, hasta hoy en día, siguen adquiriendo.

Su producto se puede reconocer en muchas partes: un paquete de 500 gramos de color negro, con su logo en rojo y distintas variedades, que ya sea en el territorio nacional o a donde llegue en el mundo, guarda el sabor de Colombia.

Otras propuestas

En Gómez Plata también los visitantes pueden encontrar otros lugares para visitar, y donde su principal característica es la tranquilidad del municipio, que la hace un lugar de descanso ideal a solo dos horas de Medellín.

Siguiendo esa línea está el glamping Carriquí, en la vereda La Hondura, el primero que se crea en el municipio para entrar en la industria del ecoturismo, que en los últimos años creció en Colombia.

Otro lugar a tener en cuenta en el municipio es el mirador Las Acacías, que fue inaugurado a finales de julio y cuya inversión para su construcción fue de 4.600 millones de pesos, señaló su alcalde Jorge Pérez.

“Estamos orgullosos y felices porque estamos haciendo realidad proyectos que marcarán la historia de Gómez Plata”, dijo en su momento el mandatario, cuando se ejecutó la obra en 2021.

Luego de un año de construcción, los habitantes de Gómez Plata han disfrutado de varias muestras culturales en el lugar, donde el público no solo aprecia bailes y conciertos, sino una vista inigualable.

El objetivo del municipio es que pueda ser otro lugar de referencia en Antioquia, además de Santa Fe de Antioquia, Bello, entre otros, y en esa lista Gómez Plata quiere escribir su nombre en el futuro.