El cambio de año en la capital del país termina con las alertas prendidas en cuanto a la confiabilidad del servicio de agua y alcantarillado. Como se sabe, la ciudad, desde el segundo trimestre, está enfrentando un racionamiento preventivo y periódico en el suministro del vital líquido debido al bajo nivel de los embalses del sistema Chingaza que, además, es clave para la cadena de generación hidroeléctrica en la región central de Colombia.
Si bien es cierto que en junio se pudo flexibilizar el esquema de cortes programados, luego, en septiembre, hubo necesidad de reimplantar el modelo inicial debido a una nueva reducción del nivel agregado de los embalses que surten a la urbe y once municipios aledaños que son atendidos por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de la ciudad.
Para estas festividades navideñas y de cambio de año la Administración distrital determinó suspender por dos semanas el racionamiento con el fin de evitar inconvenientes a la ciudadanía. Aunque en los últimos días se han presentado lluvias recurrentes en Bogotá y sus alrededores, lo cierto es que el volumen de las precipitaciones no fue el esperado durante todo diciembre, razón por la cual las autoridades insisten en su llamado al uso racional del vital líquido.
De acuerdo con los últimos datos de la EAAB y de la CAR Cundinamarca el nivel de los embalses está en un 46,9% en tanto que el consumo del vital líquido durante el pasado sábado fue de 17,15 metros cúbicos por segundo.
Esto implica, entonces, que es necesario reforzar el ahorro de agua, sobre todo de cara a un comienzo de 2025 que estará marcado por una época seca e incluso con el riesgo de sequías, tal como ocurrió en el arranque de este año, cuando se presentó una emergencia por la ola de incendios forestales y más de 400 poblaciones tuvieron que soportar racionamientos de agua de distinta dimensión.
En medio de esa cruzada bogotana también ha resultado vital las campañas para detectar y sancionar a los establecimientos privados y residenciales en donde se hace trampa para no pagar lo correspondiente por el consumo. Según la empresa, la gestión de pérdidas nos ha permitido recuperar más de 2,8 millones de metros cúbicos, un trabajo fundamental y más en esta época de racionamiento.
Así las cosas, el llamado a la ciudadanía es uno solo: ahorre agua lo más posible, no solo para evitar cortes más drásticos, sino para que las facturas no se encarezcan por la sobrecarga tarifaria a quien gaste más de lo debido.