Albricias, Medellín | El Nuevo Siglo
Domingo, 13 de Abril de 2014

*Proyección y convivencia social

*Éxito del VII Foro Urbano

 

La  buena nueva del éxito del VII Foro Urbano Mundial (WUF7), que se efectuó en Medellín, colma de legítimo orgullo a los colombianos. Los avances de la capital de la montaña están a la vista de los nativos y los turistas, el Metro, el Metrocable, las  escaleras eléctricas públicas periféricas, el transporte urbano eficiente. En las comunas donde en el pasado se pagaba por la cabeza de los policías eliminados, la educación y las cooperativas se esfuerzan por fomentar microempresas, cuya finalidad es enseñar a la gente a ganarse la vida y sobrevivir sin caer en el delito.

La solidaridad y el espíritu cívico de sus habitantes son proverbiales, así, en ocasiones, las minorías  irreductibles y violentas, por el terrorismo y sus crímenes, desdibujen la imagen de la generalidad y aparezcan en las primeras páginas de los medios de comunicación. La gran masa de la población de Medellín es creyente y trabajadora; se trata de cristianos viejos procedentes de España que se asentaron allí en busca de paz y de fortuna, cuando Europa  padecía la hambruna y se debatía en guerras interminables y sangrientas. Sus pioneros, aislados en el Valle de Aburrá  por generaciones se mezclaron entre sí y con los nativos y elementos llegados de distintas tierras, hasta nuclear una de las sociedades más hispánicas de América, que continuó de manera instintiva el proceso colonizador.

 El triunfo de la civilidad sobre la barbarie en Medellín se debe en gran parte al carácter positivo y emprendedor de sus habitantes, que no conocen el derrotismo y son capaces de superar las más duras crisis, que abatirían a otras gentes sin su disposición de lucha y lucidez para los negocios. Lo mismo que por su capacidad de constituir una sociedad organizada  y solidaria, con fundamento en los principios elementales de la familia cristiana, que les permite vigilar la inversión de los dineros públicos, defender sus intereses y condenar socialmente a los que deslizan sus garras por el Tesoro Público. Pocas urbes en el planeta han superado las más duras pruebas, como la explosión demográfica, los problemas de espacio vital, el hacinamiento en las comunas, la tentación de las mafias de traficantes de drogas en disputa implacable por llenar sus alforjas de dinero mal habido y la liga con políticos corruptos, que llegó a minar la política, la administración  y poner en jaque el sistema.

Medellín es una de esas urbes en las cuales el Pacto Mundial, encuentra un ambiente propicio y avanzado, digno de imitar por terceros en cuanto a la defensa activa de la solidaridad y los valores cívicos. La ciudad es el espejo para muchas otras de aquí y el exterior, sobre cómo se pueden resolver los problemas, administrar con sabiduría e invertir bien los dineros  públicos. Las empresas públicas de Medellín, que fundara en el siglo XX Mariano Ospina Pérez, son un ejemplo para terceros países y otras ciudades del mundo. Es preciso que la ciudad avance más en cuanto el respeto de los derechos humanos, los laborales, así como en todo lo que se refiere a la protección del medio ambiente en una ciudad cuyas chimeneas muestran el vigor de su industria y se debe evitar a toda costa la contaminación. Es de destacar que las autoridades locales han hecho un gran esfuerzo por descontaminar el río Medellín, que se ha convertido en modelo para otras ciudades por el bajo costo comparativo y la metodología empleada para oxigenar y purificar sus aguas.

Se calcula que uno 35.000 visitantes se movilizaron para  acudir al VII Foro  Urbano Mundial, compartir experiencias y conocer la opinión de los expertos sobre la política citadina, el desarrollo y el crecimiento, con personajes de la talla del Premio Nobel Joseph Stiglitz. El Foro es una de las experiencias más enriquecedoras en género, los buenos ejemplos y  los fracasos de administraciones en otros ámbitos  se analizan, se saca partido de  los aciertos y errores, siempre con la finalidad de otear el porvenir y replantear el crecimiento citadino. El alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria,  anfitrión del evento, señaló los avances y logros positivos de la administración pública local, al tiempo que reconoció que: “tenemos aún niveles muy altos de violencia, venimos de una noche muy oscura”. Puesto que: “La ciudad y el país, siguen teniendo unos niveles muy altos de desigualdad”.