Conversatorio sobre Bogotá | El Nuevo Siglo
Miércoles, 24 de Agosto de 2011

*Ecos de foro con candidatos
*La mentalidad macro


EN  la lluviosa tarde del 22 de agosto se cumplió el conversatorio organizado por El Nuevo Siglo y el Club El Nogal, con un público selecto que colmó el gran salón y la zona de acceso al mismo en donde se ubicaron pantallas para seguir los planteamientos de los candidatos a la Alcaldía. El presidente del Club, Julio César Ortiz, hizo referencia a un cúmulo de problemas y decisiones que no prosperan en materia de solucionar las necesidades básicas de la ciudad y la importancia de comprometer a los municipios con la justicia en cuanto a las instalaciones que se requieren para atender las necesidades citadinas. Se recordó que Álvaro Gómez presentó el proyecto en el Congreso de la República para consagrar la elección popular de alcaldes, en un tiempo en el cual el estiércol del diablo no había conseguido permear como ahora la política local, con la idea de restablecer la democracia primitiva de la polis y llevar a los mejores al gobierno municipal, a sabiendas de que la abstención electoral carcomía la democracia y mostraba el desencanto por el ejercicio del derecho al voto en las grandes masas.


Es de destacar el civismo, la información y las cifras que manejaron los candidatos Dionisio Araujo, Jaime Castro, Carlos Fernando Galán, David Luna, Enrique Peñalosa, Gustavo Petro y Aurelio Suárez, quienes rivalizaron en sugerencias para enfrentar los problemas de la megalópolis. Existe conciencia de que aún es tiempo para fortalecer la seguridad, redimensionar el crecimiento de la ciudad, mantener y acrecentar su capacidad competitiva. Lo mismo que se coincide en la necesidad de fortalecer la seguridad y la capacidad de inversión. En medio de las naturales disensiones se observa un consenso en cuanto a la voluntad política de combatir la corrupción, y ejercer el poder de manera democrática y transparente. Y se tiene claro que la asistencia a los menos favorecidos y desplazados se mantendrá.


Se hizo referencia a la manera generosa como ha contribuido Bogotá con los recaudos de cuantiosos impuestos al desarrollo del resto del país. Así como se destacó que el Metro de Medellín terminó siendo financiado por decisión del entonces presidente Álvaro Uribe, con los dineros de la Nación, en jugosa cantidad del bolsillo de los bogotanos, con una prórroga de la deuda a 80 años. Situación que en relación con Bogotá es irrepetible. Pese a lo cual la Nación se compromete a un aporte del 70 por ciento. La última palabra la tienen los técnicos y que, entre más se posterguen las decisiones, más costoso será hacer las obras. Y, claro, todos los candidatos manifestaron preocupación por la movilidad. No faltaron críticas del candidato del Polo a la forma como se contrató el Transmilenio, el precio tan alto del pasaje comparado con el de otras ciudades. Así como la oposición del candidato de los verdes y de La U, a la propuesta del conservador, de poner en marcha un tren que al recorrer buena parte de la ciudad exigiría construir puentes en las principales avenidas y calles que cruza, dada la velocidad de las locomotoras en la actualidad, más otros problemas que se presentan.


El candidato del Liberalismo manifestó que había sido de los primeros en denunciar en el Congreso los escándalos de corrupción en la capital; sostuvo que en caso de alcanzar el apoyo popular para llegar a la Alcaldía Mayor, nombraría Contralor y Personero de partidos de la oposición. El jefe y candidato de Cambio Radical garantizó volver al sistema de metas y resultados en materia de contratación y en ser implacable con la corrupción. El aspirante por el Movimiento Progresista resaltó que él no había vacilado en denunciar la corrupción en Bogotá, sin importar la filiación política de los acusados. Se comprometió a hacer un crecimiento urbano hacia arriba, a fortalecer la educación y a reabrir el Hospital San Juan de Dios. El candidato del movimiento AICO resaltó sus denodados esfuerzos desde la Alcaldía para planificar la administración de Bogotá, que les ha dado cuantiosos recursos a sus sucesores, los que en gran parte se han despilfarrado.


Y lo más trascendental no fue solamente el compromiso de responder las preguntas de los distintos módulos del conversatorio y los temas esenciales para el desarrollo de Bogotá, sino la visión macro que mostraron los candidatos. Éstos y el público llegaron al convencimiento de que los problemas de la urbe son de tal dimensión que le podrían quedar grandes al próximo Alcalde de no conseguir el respaldo de los mejores, de expertos e instituciones, de la sociedad y del presidente Juan Manuel Santos.