EL PRESIDENTE Donald Trump, mediante una orden ejecutiva, suspendió durante 90 días los recursos destinados a la ayuda al desarrollo internacional para revisar su alineación con la política exterior de Estados Unidos.
Esta medida busca garantizar que los recursos se utilizaran de forma estratégica, priorizando intereses nacionales como la seguridad, la estabilidad económica y el combate a amenazas globales.
La orden señala que “el sector de ayuda extranjera y la burocracia no están alineados con los intereses estadounidenses y en muchos casos son opuestos a los valores estadounidenses”, y “sirven para desestabilizar la paz mundial al promover ideas en países extranjeros que son directamente inversas a las relaciones armónicas y estables internas y entre países.
Al respecto, Trump declaró que “no se desembolsará más asistencia extranjera de Estados Unidos de una manera que no esté completamente alineada con la política exterior del presidente de Estados Unidos”.
El secretario de Estado, Marco Rubio, dijo a los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, en su audiencia de confirmación la semana pasada, que “cada dólar que gastamos, cada programa que financiamos, y cada política que perseguimos debe justificarse con la respuesta a tres preguntas simples: “¿Hace que Estados Unidos sea más seguro? ¿Hace que Estados Unidos sea más fuerte? ¿Hace que Estados Unidos sea más próspero?”.
La orden firmada por Trump le otorga a Rubio o a algún designado por el nuevo secretario de Estado la tarea de hacer dicha determinación, en conjunto con la Oficina de Administración y Presupuesto. El Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional son las principales agencias que supervisan la asistencia extranjera.
Para el año fiscal de 2023, la Administración Biden destinó 68.000 millones de dólares a programas de asistencia en el extranjero. Para el caso de Colombia, durante 2023 se recibieron US $740 millones en recursos provenientes de Estados Unidos, que fueron invertidos principalmente en programas de paz y seguridad, asistencia humanitaria y desarrollo económico.
Colombia es uno de los principales receptores de ayuda estadounidense en Latinoamérica, por lo que esta medida genera incertidumbre, especialmente por la tensa relación que pueda existir entre el gobierno Petro y el secretario de Estado Marco Rubio, que se ha caracterizado por su postura crítica hacia los gobiernos de izquierda en América Latina.
Pese a esto, aún no es claro cuántos de estos recursos se verían efectivamente afectados, ya que el financiamiento de muchos programas de asistencia internacional ya ha sido aprobado y asignados por el Congreso estadounidense.
Por su parte, el presidente Petro sobre este anuncio afirmó que “hay que esperar el desarrollo de las relaciones y de las políticas del planeta, no solo de los Estados Unidos, pero yo creo que el anuncio de que estamos solos, de que no nos importa Latinoamérica, es un anuncio peligroso no solo para el mundo, sino para la misma sociedad norteamericana”.
Por otro lado, para mayor claridad, una fuente americana le dijo a EL NUEVO SIGLO que en efecto los Estados Unidos evaluarán los programas de cooperación con todos los países para establecer si están alineados con los intereses de Washington.
“Lo cierto es que hasta hoy no se han suspendido las ayudas y en especial para la lucha contra el flagelo del narcotráfico”, sostuvo la fuente.
Pero, insistió en que “es necesario esperar la evaluación que se está haciendo con cada una de las naciones que reciben ayudas de Estados Unidos”.