Cuarenta años de las ciclovías | El Nuevo Siglo
Sábado, 13 de Diciembre de 2014

EL  próximo lunes 15 de diciembre cumple 40 años el experimento de las ciclovías, en Bogotá, con el cierre de las carreras 7 y 13, desde el centro de la ciudad hasta la calle 72. En 1976 se crearon las ciclovías mediante los decretos 566 y 567. Cuatro rutas: Circuito Salitre-Ciudad Universitaria, Olaya-El Tunal, Parque Nacional-Funicular y Circuito del Norte.

Fue una iniciativa loable en procura de facilitar que miles de personas tuvieran oportunidad de utilizar la bicicleta por las principales vías de la urbe los domingos y festivos, de 7 de la mañana a las 2 de la tarde. Un circuito de más de 120 kilómetros que cubre todos los sectores. Luego de diferentes etapas se ha venido tecnificando desde 1995 cuando su manejo lo asumió el IDRD. Entre las ciclovías del mundo, la de Bogotá sigue siendo la de mayor reconocimiento.

Este ensayo resulto fructífero y se extendió a las demás ciudades del país. En el Segundo Concurso Internacional Ciudades Activas Ciudades Saludables 2005, la Ciclovía fue reconocida por su contribución al desarrollo de una actividad física alternativa de mucha acogida por sus excelentes resultados. Más de un millón de usuarios de la ciclovía en la capital salen todos los domingos y días festivos a realizar prácticas en diversas actividades físicas. Participan las familias, con niños y mascotas. El aporte de las ciclovías en las diferentes ciudades colombianas ha sido determinante para el esparcimiento y como excelente ejercicio. Es asimismo una válvula de escape de las tensiones del cotidiano ajetreo. El tiempo dedicado a recorrer la ciclovía es el mejor empleado por aquello de mente sana en cuerpo sano, ya que la actividad del pedal afirma los músculos y mantiene a la persona en buen estado físico. 

La idea de las ciclovías fue genial. En las ciudades de hoy, populosas, son indispensables no solo para actividad recreativa sino en beneficio de la salud y en la protección del entorno. La bicicleta (la sin motor) es el vehículo anticontaminación por excelencia. Corresponde a las administraciones de las ciudades el mantenimiento de las ciclovías y garantizar seguridad a los usuarios de ellas.