El coalicionismo | El Nuevo Siglo
Martes, 18 de Octubre de 2011

* Hay Partidos pero no se ven
* ¿Cuáles los grandes propósitos nacionales?



Cada  vez se desvanecen más los Partidos en Colombia. No porque no existan, sino porque pierden vigencia en medio del unanimismo actual. Y tampoco porque la unanimidad sea mala. Simplemente ella se convirtió en una forma de gobierno, pero carece de una carta de navegación o unos derroteros claros de mediano y largo plazo.
Ahora bien, los Partidos permanecen combinados y no se sabe bien qué es lo que piensan. En efecto, no es más sino observar lo que actualmente sucede con las elecciones regionales y municipales, para ver que lo que impera son coaliciones sin ton ni son, cuyo propósito es conquistar el poder a como dé lugar, pero no existe un ideario que en ninguna parte sea el motivo de la unión partidista. Esto quiere decir que si bien pueden estar en desacuerdo por una u otra idea, no es posible ver el disenso, por cuanto lo que impera nacional y regionalmente es el consenso, cualquiera que él sea. Y el consenso, en términos netos, es simplemente perpetuarse en el poder.
Visto esto, los Partidos pierden su capacidad de convocatoria. Tan es así, que en la campaña de este momento no hay en ninguna parte un candidato que no sea fruto de una coalición. O sea, que prepondera el coalicionismo y en medio de ello ningún Partido se juega realmente. Por el contrario, sucedida la próxima justa electoral, ya se verá que no habrá ni perdedores ni ganadores por cuanto todos los Partidos hacen parte de la Unidad Nacional. Siendo así, será esta la que reclame el triunfo y no ninguna colectividad en particular.
Lo que no quiere decir que no pudiera hacerse mucho más en aras de un mejor debate democrático y clarificaciones ideológicas necesarias.
Desde luego, el mundo viene cambiando y cada día es mas claro que habrá una democracia directa, sin intermediarios, entre los gobernantes y sus pueblos. Tal el caso de los “indignados”, donde toca a los gobiernos escuchar a sus gobernados en vivo y en directo. Pero si los Partidos quieren seguir siendo intermediarios tienen que hacer las veces de tal y no simplemente ser ejes de transmisión del poder para conseguir prebendas y contratos. Por el contrario, lo que tienen es que movilizar la gente a partir de unas ideas y llevarlas a cabo en el gobierno, si logran conseguir las mayorías.
En Colombia eso parece lejos de ocurrir, porque nadie quiere perder y, por tanto, nadie quiere ganar tampoco. Es decir, no hay victorias definitivas ni derrotas estruendosas. Al fin y al cabo si se trata de mantenerse en el poder, los Partidos, desde La U hasta el PIN, han sido eficaces en sentir y hacer sentir que están gobernando. Así las cosas, luego de las elecciones regionales no habrá sino mas de lo mismo de lo ocurrido hasta hoy. Nadie podrá proclamar ni el triunfo ni la derrota, salvo en Bogotá, donde parecen existir diferenciaciones categóricas.
Lo que no se sabe es si este proceso será meramente transicional hacia la consolidación de unos Partidos con mucha mayor personalidad y capacidad, o por el contrario, es el tránsito hacia su marchitamiento definitivo.
El hecho es que los grandes propósitos nacionales están expósitos de ideas. Y eso es lamentable, porque ellas siguen siendo vitales para superar la pobreza, romper los malos índices de Gini, y de alguna manera terminar la guerra que se volvió a prolongar de modo nocivo e insidioso. Nadie es claro, tampoco, en el tema de la paz, de manera que los tres grandes ejes de lo que requiere el país se mantienen más o menos a lo que bien pueda acontecer accidentalmente. Desde luego, ciertamente, no podría decirse que no se tienen planes y programas en la materia. Pero igualmente tampoco es claro qué será de Colombia en cinco o diez años, función precisamente que debería ser de los Partidos.