Esta semana, el lanzamiento de la agenda integral que tendrá la COP16 sobre biodiversidad, que se realizará en Cali desde finales de octubre, se dio después de una serie de controversias por las críticas de algunos actores del sector ambiental en Colombia que se quejaron por haber sido excluidos o poco tenidos en cuenta en la organización y participación del que, sin duda, es uno de los eventos internacionales más importantes en el país en la última década.

La presentación hecha por la Vicepresidencia y los ministerios de Ambiente y de Relaciones Exteriores resaltó varios aspectos. Por un lado, la parte central es la relacionada con las negociaciones y revisiones que harán los gobiernos de todo el mundo sobre el estado de la implementación del Marco Mundial de Biodiversidad Global Kunming-Montreal, adoptado en la COP15, en diciembre de 2022. En dicho pacto se propone detener y revertir la pérdida de la naturaleza, que amenaza la supervivencia de más de un millón de especies en todo el mundo.

En este campo, en la COP16 habrá doce 12 ejes temáticos para delinear la agenda de negociaciones con las propuestas de los diferentes sectores. Para ello, según el Gobierno, se elaboró para cada bloque temático una hoja de ruta, que comprende tres momentos: eventos previos y las agendas en las llamadas zonas Verde y Azul. Estas se centrarán en programas de acción y participación académica y cultural, 1.152 actividades y múltiples instancias. Habrá, igualmente, 70 eventos previos que llegarán a los territorios y recogerán las visiones y voces de actores del sector privado, Gobierno, autoridades locales, pueblos indígenas, comunidades afro, campesinos, organizaciones sociales, organizaciones no gubernamentales e instancias internacionales, entre otros. También habrá una Franja Multicolor para abrir los espacios de participación de las comunidades locales y regionales.

Lo que más impactó, sin duda alguna, en el lanzamiento de la agenda fue lo relativo a los llamados que hicieron los voceros gubernamentales para que una facción de las disidencias de las Farc no perpetre acciones de violencia contra la COP16, tal cual amenazó semanas atrás.

Si bien es entendible el llamado, lo mejor hubiera sido recalcar la fortaleza del operativo de seguridad que se está empezando a desplegar desde ya en Cali y todo el Valle del Cauca, con miles de policías, militares, efectivos de organismos de seguridad, así como apoyo en equipos de última tecnología. Esta clase de mensajes transmite una sensación de mayor certeza y confianza a las numerosas delegaciones internacionales que vendrán al país. Por el contrario, la actitud rogativa oficial a un grupo violento claramente genera más incertidumbre y prevención.