*Petro, Peñalosa y Mockus en la delantera
*Campaña toma su cauce natural
EVIDENTEMENTE, tal y como lo tituló el periódico El Tiempo, el ingreso de Antanas Mockus por la Alcaldía de Bogotá impactó definitivamente el escenario. Sin hacer campaña, está prácticamente empatado en el segundo puesto con Enrique Peñalosa y Gustavo Petro se mantiene en el primer lugar, lo que hace un par de meses era, para algunos, absolutamente imposible. Lo predecible, pues, está en que Peñalosa que anunció su candidatura desde hace ya años, se mantendrá con unos votos que más o menos siempre ha mantenido cautivos. Lo impredecible, en cambio, está en el hecho de que Petro y Mockus compitan por el primer lugar.
La campaña por la Alcaldía de Bogotá, ciertamente, tiene, por lo pronto, una circunstancia antes no vista. Se trata del fraccionamiento de las votaciones entre múltiples candidatos, cada cual con cierta cauda. Aún no se observa, entonces, lo que suele ocurrir en este tipo de justas electorales, cuando tiende a polarizarse entre dos de los favoritos. Seguramente ocurrirá hacia el futuro, especialmente faltando quince días para las elecciones, cuando los electores se ocupan en saber por quién van a votar y muchas veces apuntan a uno de los dos ganadores en las encuestas. En esta ocasión, sin embargo, pareciera que la tercería tiene opciones de prosperar.
Lo que no se sabe, no obstante, es quién va a ocupar esa tercería y entre quiénes se va a polarizar la campaña. En estos días, por ejemplo, se habla con insistencia de la eventual coalición entre David Luna y Carlos Fernando Galán, sin que se sepa muy bien el instrumento para hacerlo. Si fuera por una encuesta, en la última, precisamente, Galán duplica a Luna, y si fuera por el respaldo de los ediles, posiblemente Luna podría superar a Galán. Es sensato, claro, que dos aspiraciones aparentemente de una misma naturaleza, se fusionaran para lograr una mayor vocación de triunfo. Sin embargo, en política no siempre la suma de factores matemáticos, vislumbrados en las encuestas, da un resultado certero. Todavía, pues, es una incógnita lo que puede ocurrir con Luna y Galán. Y tampoco debería ser desestimable que la aspiración de Gina Parody se pudiera conjuntar en ese propósito.
El hecho, en todo caso, de la encuesta publicada por El Tiempo, con la ficha técnica respectiva, es que Antanas Mockus parece ser el candidato anticorrupción que surge en medio de las cenizas dejadas por los escándalos del Polo Democrático. Y esto es así, ciertamente, en la medida en que Mockus, tanto en la administración como en la oposición, representa esa línea de conducta según la cual los dineros públicos son sagrados y la peor enfermedad nacional y distrital es lo que él denomina “el atajo”. Es decir, aquellos mecanismos que impiden la aplicación estricta de la Ley y despiertan la malicia de quienes ponen el interés particular por encima del interés general.
Demuestra, por igual, la encuesta que el principal tema que preocupa a los bogotanos es el de la inseguridad. Hasta el momento no hay ningún candidato que pueda reputarse como vocero de tal inquietud. Cada uno tiene una serie de propuestas a los efectos, pero ninguno puede simbolizar lo que sería el candidato de la seguridad.
En tanto, mientras Mockus lleva claramente la vocería de los jóvenes, Peñalosa tiene la de los desempleados y Petro la de los empleados. Curiosamente, pues, Mockus ha quitado el aire a aquellos que, por su juventud, pretendían plantear la campaña a partir de las rupturas generacionales. De igual manera, no deja de ser curioso que mientras Peñalosa lleva la vocería de los desempleados, Petro abandere la de los empleados, seguramente en búsqueda de mejores condiciones laborales. El hecho, pues, dentro de los márgenes de error, es que en la cabeza de la campaña se presenta un triple empate entre Mockus, Peñalosa y Petro, y de lo que ocurra en estos dos meses se podrá visualizar quién fue el que más jalonó de los tres en la contienda principal.