La sacó del estadio… | El Nuevo Siglo
Jueves, 18 de Agosto de 2011

*Colombia, anfitrión de lujo del Mundial
*La vocación nacional y grandes retos

Faltando  apenas el partido, mañana, de la gran final del Campeonato Mundial de Fútbol Sub-20, y el cotejo en el que se definirá el tercer y cuart lugar, se puede asegurar que el evento ha sido todo un éxito y que la imagen de Colombia queda muy en alto ante todo el planeta.


Los temores y reservas, algunos expresados en público pero la mayoría en el ámbito privado, que existían en la antesala del torneo que es considerado el segundo más importante que organiza la FIFA, fueron despejados día tras día. No hubo problemas de orden público y seguridad que afectaran el desarrollo de los encuentros deportivos. Todo el operativo logístico y organizacional que ha rodeado esta cita mundialista en las ocho ciudades sedes no tuvo mayor contratiempo. Apenas si se reporta un leve corte de luz en uno de los estadios. La asistencia de los hinchas está a punto de marcar un récord, con el aliciente de que, a diferencia de otros campeonatos de la categoría, el Estado aquí no compró boletería sino que fueron las empresas privadas, la afición y los patrocinadores los que la adquirieron. Aunque todavía no hay cifras oficiales consolidadas, la audiencia televisiva, nacional e internacional, también habría superado las expectativas.  


Tras los antecedentes de violencia que tienen las llamadas “barras bravas” en el fútbol colombiano, se temía por el riesgo de desórdenes en los estadios. No hubo tal. Los miles de hinchas se gozaron la fiesta en las tribunas sin incurrir en anomalías, agresiones a jugadores o técnicos, peleas entre aficionados o invasión del campo de terreno. Los propios seleccionados y la prensa extranjera reconocieron el fervor y respeto en las graderías.


Como se sabe, todas las mallas metálicas que separan graderías y canchas fueron retiradas, y aun así no se registraron problemas. Es más, tras esa muestra de civismo deportivo varias de las ciudades sede del Mundial están analizando el nivel de riesgo que tendría el no reinstalar esas barreras una vez comience el torneo local.


En cuanto al ambiente futbolístico es claro que los colombianos se apropiaron del Mundial, lo vivieron, se emocionaron y, como es apenas obvio, lo sufrieron cuando la selección local no obtuvo el tiquete a los cuartos de final, tras un arranque del torneo prometedor. Aun así, la asistencia a los estadios y la atención nacional en la última parte del evento no declinó, como se alcanzó a temer por la ausencia en esas instancias del equipo anfitrión.


Claro, se han escuchado algunas quejas y reclamos. Por ejemplo, quedó en evidencia que a ciudades como Bucaramanga o Cúcuta se les debió asignar la realización de algunos partidos, pues su tradición futbolística así lo demandaba. Dejar al nororiente del país sin vivir la fiesta mundialista en vivo y en directo fue un error. También hay quienes sostienen que si bien la oferta turística se activó para atender a los miles de visitantes, en algunas ciudades no hubo la suficiente dinámica y creatividad para saber vender y rentabilizar esos atractivos. Por igual, tienen que aclararse las denuncias de sobrecostos en ciertas obras de los estadios. En algunas de las sedes los comerciantes aledaños a los escenarios deportivos dijeron que sus ventas se afectaron por la rigidez de los operativos logísticos y de seguridad. Es necesario analizar si ello fue cierto y compensar en los casos probados.


Estas circunstancias en modo alguno empañan el buen trabajo que se hizo en este Mundial Sub-20 que mañana cierra con una fiesta deportiva y cultural en la capital del país. La ceremonia de clausura promete ser por todo lo alto y hacemos votos para que salga como está planeada.
La tarea, pues, se hizo. El país demostró a propios y extraños que es capaz de asumir grandes retos y responder con profesionalismo, altura, civismo, entusiasmo y orden. Se consolidó a futuro como anfitrión para cualquier evento deportivo, político, institucional, gremial o de otra índole. Para decirlo en términos periodísticos, Colombia la sacó del estadio…