Con apenas siete meses en el poder, el presidente argentino Javier Milei logró convencer a la mayoría de sus gobernados, así como al Parlamento de proceder a la aprobación de un paquete de medidas de ajuste económico de alto calado, algunas de las cuales implicarán un sacrificio para muchos sectores de esa atribulada nación que se encuentra en plena cruzada para reflotar un aparato productivo que los mandatos de izquierda dejaron en la franja recesiva.
No fue una tarea fácil. El mandatario del partido libertario había indicado en campaña que el apretón para corregir el rumbo sería muy profundo e implicaría un coletazo socioeconómico de primer nivel. Dicho y hecho, desde que llegó al poder, en diciembre del año pasado, Milei no perdió tiempo en abocar una plataforma de reformas muy drásticas.
El trámite parlamentario no fue nada fácil, ya que desde las toldas del kirchnerismo como desde otros sectores de izquierda y centro, al igual que de los sindicatos de trabajadores oficiales y otras instancias, se advirtió que las medidas planteadas por el nuevo gobierno eran muy agresivas. Incluso llamaron a un levantamiento popular.
Sin embargo, en medio de fuertes debates en el Parlamento y maniobras de sabotaje protagonizadas por los partidos de izquierda, todo ello unido a una gran controversia en la prensa, centrales obreras, gremios y opinión pública en general, Milei supo defender la necesidad de aprobar el paquete legislativo llamado “ómnibus” o “ley de bases” y, finalmente, consiguió, previo acuerdo político ampliado sobre el alcance e implicaciones del cronograma de ajuste, el visto bueno para el apretón normativo.
Ello explica por qué ayer comenzó a regir esta plataforma legislativa, que cuenta con más de 200 artículos sobre distintos asuntos económicos, que van desde una flexibilización de la ley laboral hasta un régimen de promoción de inversiones con exenciones impositivas por 30 años. De igual manera, se da vía libre a la posibilidad de privatizar empresas estatales, aumentan algunas tasas de impuestos e incluso se otorgan facultades extraordinarias al mandatario para proceder a aplicar por vía administrativa muchos de los cambios prometidos.
Milei da ejemplo, entonces, de la eficacia de un gobierno cuando procede a la concertación y la búsqueda de consensos. No pocos dirigentes y analistas habían apostado que este paquete legislativo se iba a hundir, pero la Casa Rosada y sus principales ministros supieron entablar diálogos con distintos sectores y lograr un pacto para sacar avante el proyecto bandera de la administración. De hecho, hoy Milei se volverá a reunir con los representantes de las principales fuerzas políticas. Todo esto con el fin de asegurar el cumplimiento e implementación de todas las reformas y demás cambios ordenados en la citada ley.