La urgente reflexión laboral | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Mayo de 2019
  • Muchos debates que no se aterrizan
  • Reforma pensional debe concretarse

 

La celebración hoy del Día del Trabajo no solo es una ocasión para reivindicar los derechos de los trabajadores y agradecer a quienes a diario contribuyen con su esfuerzo para hacer más grande este país, sino que también es una fecha propicia para reflexionar sobre la política laboral en Colombia, sus aspectos positivos y los correctivos que se requieren para tener más empleo, de mayor calidad y con mejores índices de cobertura de seguridad social que redunden en la mejoría efectiva de la calidad de vida en general.

La coyuntura de esta celebración difícilmente podía ser más oportuna. La discusión en el Congreso del proyecto de ley para la adopción del Plan Nacional de Desarrollo puso, una vez más, sobre el tapete la necesidad de una reforma pensional estructural, que garantice no solo la viabilidad financiera del sistema de jubilación en Colombia, sino la urgente ampliación de la cantidad de trabajadores que cotizan para concretar este derecho, que hoy es sustancialmente baja.

En las semanas recientes Gobierno, fondos privados, Colpensiones, sindicatos, Congreso, centros de estudios económicos locales y extranjeros así como entes multilaterales han proyectado sendos diagnósticos sobre las falencias de nuestro sistema pensional. Son múltiples los enfoques sobre si debe modificarse lo relativo a la edad, las semanas de cotización, el desmonte o no de los subsidios, el tope bajo y alto de las mesadas, los mecanismos para ampliar la formalización laboral y el universo de cotizantes, los elementos asistenciales procedentes para quien no alcanza a jubilarse, si es financiable o no el costo presupuestal del gasto pensional,  la coexistencia del régimen privado y del de prima media…

Todo ese arsenal argumental debería servir de insumo básico para el proyecto de reforma pensional que el Ejecutivo llevará al Parlamento el próximo año. No en vano la única coincidencia entre la multitud de opiniones contradictorias sobre los ajustes al sistema es que la modificación del mismo ya es inaplazable.

Por otra parte, ayer el DANE reveló el índice de desempleo que se registró en marzo, indicando que la tasa de desocupación laboral continúa creciendo y ya se ubica en 10,8 por ciento. Es evidente que una economía que creció 2,7 por ciento el año pasado, difícilmente puede derivar en un volumen alto de generación de plazas de trabajo por más que este 2019 se esté viendo un despegue productivo. Y menos aún puede revertirse la tendencia si más de 300 mil migrantes venezolanos entraron al mercado laboral colombiano, al menos en los cálculos sobre empleos formales o medianamente formalizados, ya que la cantidad es mayor en los campos de la economía informal.

A la par de lo anterior, las discusiones sobre reformas laborales continúan a la orden del día, con temas como el sistema de negociación del salario mínimo, los ajustes al sistema de cotización de seguridad social de los trabajadores independientes, nuevos mecanismos para lograr una mayor formalización, más garantías a los enganchados bajo la modalidad de prestación de servicios, los incentivos para la contratación de jóvenes, las oportunidades de generación de plazas en nichos como la economía naranja o la industria digital, la cualificación de la oferta de técnicos, tecnólogos y profesionales acorde con las necesidades del mercado, así como los distintos proyectos que cursan en el Congreso reglando temas como la ampliación de la licencia de maternidad o el siempre espinoso asunto de los concursos meritocráticos para suplir vacantes en las entidades públicas del orden nacional, regional y local, en donde continúa siendo alto el nivel de provisionalidad y supernumerarios.

A todo lo anterior es necesario sumarle otras discusiones sobre garantías de agremiación sindical, negociación de pactos colectivos, impacto de los TLC en la calidad del empleo a nivel local o las nuevas modalidades de salario, ya sea por oficio, sectores productivos o regiones. 

Como se ve, además de ser este 1 de mayo un día para celebrar el aporte de los trabajadores al progreso del país, también es una ocasión para que todos los actores políticos, económicos, sociales, laborales, gremiales e institucionales aterricen la discusión sobre los ajustes a las políticas laborales en Colombia. Un tema al que todos los días se le ‘mete diente’, pero sobre el que poco se avanza de manera concreta para que la meta de generalizar el empleo estable y de calidad pase de ser una utopía a una realidad.