La gesta de los grandes hombres de empresa se refleja en la solidez y permanencia de las iniciativas privadas que impulsaron. El Grupo Empresarial Antioqueño es hoy por hoy uno de los consorcios productivos más importantes no solo de Colombia sino en nivel latinoamericano. En su construcción y desarrollo jugó papel preponderante Nicanor Restrepo Santamaría, quien ayer infortunadamente falleció a sus 73 años. Su visión de negocios era reconocida por todos, a tal punto que llegó a integrar ese exclusivo club de líderes empresariales conocido tradicionalmente como los “cacaos”.

Restrepo Santamaría tuvo también tuvo paso afortunado por la función pública, en especial cuando se desempeñó al frente de la Gobernación de Antioquia, cargo en el cual, su obsesión fue evidenciar cómo el tono gerencial era pieza fundamental para maximizar la eficiencia, resultados y transparencia en la administración oficial.

Otra de sus facetas más reconocidas fue su incansable dedicación a la causa de la paz en Colombia. Hizo parte de varios procesos de facilitación y diálogos con grupos armados al margen de la ley, y su opinión y liderato entre el sector privado terminaron siendo muy preciados para varios gobiernos.

Tanto en su actividad pública como privada, el desaparecido dirigente empresarial siempre insistió en la necesidad de un permanente fortalecimiento institucional así como en la conjunción de esfuerzos para superar falencias colombianas en materia de equidad, educación y capacidad de progreso nacional. Quienes lo conocieron de cerca no solo destacan sus calidades humanas sino su permanente inquietud por cumplir sus objetivos. Prueba de ello es que cuando, una década atrás dejó la presidencia del Grupo Antioqueño, volvió a la academia para hacer una maestría en sociología en una de las más prestigiosas universidades de París.

Desde estas páginas enviamos un profundo sentimiento de solidaridad con su familia, allegados y la cúpula empresarial antioqueña por la sensible pérdida de uno de sus hombres más ilustres.