Republicanos se definen | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Diciembre de 2011

 

* Dura lucha por el poder

* Se crece Newt Gingrich

 

La iniciativa política en la campaña presidencial suele favorecer al gobernante de turno en los Estados Unidos, en donde lo usual es que se reelija por una vez al que lo hace bien. En medio de la crisis económica que ha sacudido al país Barack Obama se adelantó a cualesquier posibilidad de que le salieran contendores entre los demócratas e impulsó su candidatura, que resultó acogida por la mayoría de los miembros del partido. La temprana aparición de Obama en la arena política radicalizó, en cierta forma, la campaña presidencial, que de forma inusual se ha trasladado al recinto del Congreso en donde los dos partidos se han enfrentado por la aprobación del presupuesto, desde las más importantes partidas y recursos federales, en los distintos proyectos de ley que se han presentado a consideración de los legisladores, sobre el manejo de la banca, decisiones sobre los inmigrantes, el presupuesto de defensa y todos los rubros que de manera directa o indirecta puedan influir en el electorado. Esas rencillas de alguna manera han afectado las posibilidades del dólar y las determinaciones de la reserva federal, así felizmente fueran superadas en la legislatura pasada. Lo más delicado del asunto es que los expertos en política y altas finanzas entienden que no se trata de un capricho de los contendores electorales en unas elecciones que se consideran cruciales para el país y para el mundo, sino de verdaderos antagonismos casi irreconciliables sobre la manera como los demócratas deben apoyar el continuismo y en el caso de los republicanos darle un vuelco a la política interior y exterior de Washington.

Como es apenas lógico, definida la aspiración de Obama a la reelección, la atención de los medios y de la opinión pública se centra en la contienda de los republicanos por escoger el candidato que debe enfrentar al Presidente. Entre las figuras que más llaman la atención suena el republicano de color, Herman Cain, quien ha dado muestras a lo largo de su campaña de tener una rara capacidad de suscitar adhesiones y encender la polémica, al punto que se llegó a pensar que la disputa electoral se definiría entre dos candidatos de origen africano, dramática jornada electoral a cargo de dos representantes de las minorías impensable hace algunos años. Y parecía que ya se jugaba con cartas marcadas en ambos bandos, cuando de improviso las denuncias sobre escándalos sexuales y vida marital extraconyugal, frenan el avance del político y, finalmente, lo han llevado a caer bruscamente en los sondeos de opinión. Otro candidato que se perfilaba como un posible rival de Obama, el exgobernador Romney, ha venido cayendo en las simpatías de los Estados más conservadores de la Unión, lo que significa que sus posibilidades de conseguir la nominación partidista se esfuman día a día. Fuera de algunas declaraciones confusas suyas que dejaron perplejos a los periodistas y pusieron de momento en duda su seriedad.

La falta de ascendiente político y capacidad de desafiar al candidato demócrata ha pesado entre los republicanos que se ahogan en su inexperiencia y falta de un mensaje confiable, particularmente tras el descalabro de la candidatura de Cain, que tenía posibilidades de arrastrar el apoyo independiente y dividir a los votantes de color. Se estima que Ron Paul, que ha estado en los primeros lugares, tiende a estancarse, lo que lo debilita para alcanzar la nominación. En medio de tales dificultades emerge Newt Gingrich, a quien en los inicios de la lucha por la nominación republicana no le había ido muy bien, acusado por los suyos y en especial los demócratas de duro y poco flexible. Esos cuestionamientos contra su manera de ser y temperamento vehemente, se han convertido en los últimos días en un factor que lo está favoreciendo en los sondeos de opinión y entre los analistas políticos mas reputados. Los Estados Unidos como potencia reclaman un gobernante experimentado que tenga la capacidad de devolverles el lugar que merecen en el mundo y que sea un capeón en la defensa de los intereses de la nación. Otras candidaturas hacen agua, como es el caso de la diputada por Minnesota, Michele Bachmann, quien se ha visto reducida a un respaldo del ocho por ciento a la baja. Otros que se desdibujan son el gobernador, Rick Perry, el ex senador de Pennsylvania, Rick Santorum y el exgobernador de UTA, Jon Huntsman, quienes no pasan del seis por ciento, a poco menos de un mes para las primeras votaciones internas. Lo cual ayuda al crecimiento de Newt Gingrich, a quien ya se le considera fiero contendor para disputar el poder al habilísimo y audaz Barack Obama, que pende de la recuperación económica y el apoyo esquivo de las minorías.