La decisión del Banco de la República de reducir, por octava vez consecutiva, sus tasas de interés de referencia es una buena noticia para el país, ya que el abaratamiento del crédito permitirá mayor liquidez en una alicaída economía que, creciendo a un bajísimo 1,5%, urge impulsar consumo, industria, comercio, turismo, inversión, servicios y clima de negocios.
La disminución de cincuenta puntos básicos en los tipos del Emisor, dejándolos en 9,75%, es positiva, pues desde agosto de 2022 esta tasa no era inferior al 10%. En ese entonces comenzó una escalada inflacionaria que llevó al Banco a aumentar el costo del dinero y restringir la liquidez para frenar el costo de vida que, como lo hemos reiterado, es el flagelo más oneroso para las familias, sobre todo las de más bajos ingresos.
Hoy, gracias a esa política contracíclica del Banco, la inflación está siendo controlada (5,81% en los últimos doce meses), muy lejos del pico de 13,34% en marzo de 2023. Según el Emisor se prevé que el indicador siga bajando hasta un 5,3% en diciembre próximo, distante del 9,28% con que cerró el año pasado.
Ahora lo importante es que esa rebaja de intereses se refleje más rápidamente en el flujo crediticio, dinamismo productivo y consumo de los hogares. El Emisor considera que hay campo para seguir abaratando el dinero y prueba de ello es que tres codirectores plantearon bajar no 50, sino 75 puntos básicos.
En esa línea debe resaltarse que ayer la Superfinanciera anunciara una nueva reducción en la tasa de usura (tope máximo a cobrar por un producto crediticio), dejándola en 27,9%. Este indicador lleva dieciocho meses bajando, desde el alarmante 47% en abril del año pasado.
Vital es que esta nueva rebaja en las tasas de interés se produce cuando ya arrancó el llamado “Pacto por el crédito”, suscrito por Gobierno y Asobancaria, que en su primer mes movilizó $10,6 billones en préstamos a sectores claves del aparato productivo. Hay que acelerar el paso en este frente.
Lo reiteramos: la única manera de generar progreso, recaudo tributario, estabilidad empresarial, dinamismo productivo, empleo y plusvalía social es que la economía colombiana salga del letargo e incertidumbre en que la sumió este gobierno. Sin embargo, se va en la dirección contraria, como lo advirtió ayer el Emisor respecto del proyecto de reforma al Sistema General de Participaciones (SGP), que apoya el Ejecutivo en el Congreso pese a que compromete las finanzas públicas.