Venezuela y el Titanic | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Enero de 2015

Las  noticias cada vez más alarmantes que llegan desde Venezuela por cuenta del desabastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad, determinan que afloren en la mente diversas imágenes de largas colas en las tiendas, disturbios, represión y comparaciones sobre los efectos político-sociales de  la crisis alimentaria y la vaga sensación de que ese país semeja un gran barco que se hunde. Algo así como el famoso Titanic.

La comparación, inicialmente, parece como disparatada en cuanto el país hermano atraviesa por una crisis de productividad, cambiaria y de alimentos, así como sanitaria por el contagio de la  chikunguña y  la escasez de medicinas. Pero no lo es tanto si se recuerda que Venezuela ha sido considerada una de las naciones más ricas de la región y que aunque por décadas pudo vivir de la renta petrolera, no supo invertirla como recomendaba Arturo Uslar Pietri. Todo lo contrario, el comandante Hugo Chávez entregó millones de dólares a Cuba y petróleo a los países afines al socialismo del siglo XXI, por lo que hoy Venezuela, con la baja del precio del barril de petróleo, tiene la economía al borde del colapso.

Lo paradójico es que Venezuela continúa siendo un país riquísimo que guarda en sus entrañas grandes reservas de minerales estratégicos, incluidas toneladas de oro por explotar. Pero hoy es una nación sumida en la crisis por cuanto ensayó un modelo equivocado, desdeñó invertir de manera adecuada esos recursos y no tuvo la previsión de tener un plan B en caso de una caída libre del precio del crudo, como la actual. También se debate en el desgreño administrativo puesto que, al mismo tiempo, desestimuló y en ocasiones persiguió sistemáticamente a la empresa privada.

La otra paradoja es que mientras el oficialismo acusa a Alejandro Mendoza, de la Empresa Polar, de acaparar alimentos, el país se salva de la hambruna gracias al empeño de ese empresario por mantener a flote la distribución de los mismos. Sobre los 20.000 millones de dólares que se anunciaron en China de eventuales préstamos a Venezuela, no se sabe cuántos entrarán a la maltrecha economía. Putin, golpeado por la crisis, no recibió al gobernante venezolano, en tanto que Caracas se apresura a desmentir un eventual ruido de sables.