SON UNA práctica común periódica y aunque no tipifican reales vientos de guerra son ráfagas de fuerza que evidencian el poderío militar y elevan la tensión en zonas geopolíticas claves para las grandes potencias.

Se trata de los ejercicios militares que, en solitario o en conjunto, realizan países en áreas geoestratégicas, en algunos casos simulando ataques ‘de precisión’ a objetivos claves e inclusive posibles invasiones.

El mayor escenario de las más recientes maniobras volvió a ser el disputado mar de la China Meridional, también conocido como el mar del Sur de China. Este gigantesco cuerpo de agua del sudeste asiático, que se extiende desde el estrecho de Karimata (isla de Sumatra y Borneo) hasta el estrecho de Taiwán (comprendiendo desde la Isla de Formosa hasta la provincia china de Fuján) y por el oeste hasta el golfo de Tailandia ha sido objeto de reclamación limítrofe desde hace décadas por casi todos los diez países que tocan sus aguas.

El mayor protagonista de esta confrontación es la gigantesca China por la soberanía que reclama sobre Taiwán, territorio que se separó de facto en 1949, cuando el líder comunista Mao Zedong proclamó en Pekín la fundación de la República Popular de China, tras derrotar a los nacionalistas en la guerra civil que, encabezados por Chiang Kai-shek se replegaron a ese territorio insular y formaron gobierno.

En las siete décadas transcurridas desde entonces, China ejerce reiterada presencia sobre Mar Meridional y construyó cuatro islas artificiales cerca de las islas Spratly, donde pese a la condena de sus vecinos mantiene personal y buques de guerra, argumentando que es para “proteger la soberanía territorial, intereses y derechos marítimos del Estado”.

El mar es rico en recursos pesqueros, petróleo y gas natural, y las rutas marítimas que pasan por el Mar de China Meridional son de las más transitadas, es por ello que esta zona es tan importante no solo para los países con los que limita, sino para otros actores internacionales como Estados Unidos y Reino Unido que, al igual que China, han alineado a naciones acorde con sus intereses.

Estas son las recientes movidas militares en el ajedrez geopolítico global:

1. Cerco a Taiwán. En este marco, del sábado a este lunes, por mar y aire China realizó una gigantesca maniobra militar en el estrecho de Taiwán, que este tradicional aliado de Estados Unidos denunció con la incursión en su espacio aéreo y marítimo de 91 aviones de combate y doce buques del Ejército de Pekín, lo que lo llevó a desplegar preventivamente aeronaves, embarcaciones y sistemas de misiles terrestres. Pekín admitió que en dichos ejercicios se realizaron "simulaciones" de un "bloqueo" y "ataques" en torno a la isla de Taiwán, más no que fueran una respuesta al reciente y encuentro entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing Wen, con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy.

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2. ¿Hacia combate real? En su reiterado principio de ‘una sola China’, ese gobierno reiteró que la independencia de Taiwán y la paz y estabilidad en la región son "incompatibles", una advertencia que, sostuvo, "todo el mundo debe tener clara". A través del portavoz de la cancillería, Wang Wenbin, recordó que el asunto taiwanés "forma parte de la política interna del país" así como que “la mayor amenaza a la paz en esa isla son las actividades separatistas que abogan por la independencia y que reciben el apoyo de fuerzas externas". Pero el presidente Xi Jinping fue más allá, quien ayer hizo un llamado a su ejército a “reforzar el entrenamiento militar orientado al combate real porque se debe defender con determinación la soberanía territorial y los intereses marítimos de China, y esforzarse por proteger la estabilidad periférica en general". La reacción taiwanesa fue inmediata y, a través de su ministro de Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, alertó que el gigante asiático se "prepara para lanzar una guerra" pero que “tendrán que pensarlo dos veces antes de usar la fuerza” contra su país el que, como se sabe, tiene el apoyo total de Estados Unidos, al punto que el presidente Joe Biden ha reiterado que defenderá la isla por la vía militar “en caso de ser necesario”.

3. Balikatan con Filipinas. Otra movida que tiene en alta tensión en este disputado y gigantesco mar meridional del sudeste asiático se registra a 1.200 km de Taiwán, específicamente en Filipinas, donde sus fuerzas armadas iniciaron conjuntamente con las de Estados Unidos su mayor ejercicio militar conjunto, bautizado 'Balikatan'. Las maniobras que se extenderán hasta el 28 de este mes, cuentan con la participación de más de 17.000 personas, 12.200 de ellas estadounidenses y más de 5.000 filipinas, además de un centenar de australianos. Así, los efectivos harán uso de buques, cazas y sistemas de defensa antiaérea, así como lanzamisilies y sistemas antitanque. Por primera vez, los Ejércitos de ambos países realizarán simulacros con fuego real un ataque conjunto contra un barco en aguas territoriales filipinas. Y aunque Manila, como en ocasiones anteriores ha sostenido que estas prácticas no están dirigidas contra país alguno y que su único objetivo es reforzar la defensa y la capacidad del archipiélago para hacer frente a "desastres naturales", fueron tomadas con gran reserva por Pekín. Por su parte, Estados Unidos explicó que se trata de un "examen para poner a prueba las capacidades de las fuerzas conjuntas para responder a desafíos reales, en diferentes escenarios". Este año, los ejercicios incluyen una serie de enfrentamientos en materia de defensa cibernética. Vale destacar que la cercanía de Filipinas con Taiwán podría hacer del país un socio clave si China decidiera invadir la isla. Inclusive, Manila anunció, semanas atrás, la localización de cuatro nuevas bases militares que puede utilizar Washington.

4. Disuasión nuclear. Paralelamente, el Mando Estratégico de Estados Unidos comenzó su ejercicio anual de disuasión nuclear conocido como Global Thunder, que involucra a aliados y socios clave de Washington, como Reino Unido. "El propósito del GT23 es mejorar la preparación nuclear y garantizar una fuerza de disuasión estratégica segura y confiable. Este es un ejercicio anual y no responde a acciones de ninguna nación u otros actores", indicó esa dependencia, explicando que las maniobras comprenden sectores relacionados con la disuasión estratégica, así como la defensa antimisiles o el análisis y la selección de objetivos militares.  

5. Misil y maniobra en el Ártico. Simultáneamente con la maniobra militar a gran escala de Rusia en el Ártico, ese gobierno realizó “con éxito" un disparo de prueba de un "avanzado" misil balístico intercontinental (Icbm). El objetivo de los ejercicios en la lejana región del Polo norte según el Kremlin es garantizar la seguridad de sus actividades en la zona y de sus comunicaciones marítimas. Participan 1.800 soldados, 85 equipos militares, 40 aviones y 15 embarcaciones. "En varias etapas del ejercicio, se resolverá la interacción con las fuerzas navales de la flota, así como con las aeronaves del comando de aviación de largo alcance de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas", señala el comunicado oficial. En cuanto a la prueba misilística, el ministerio de Defensa dijo que "la ojiva de prueba golpeó con precisión un objetivo simulado en el campo de entrenamiento de Sary-Shagan (en la República de Kazajistán). El mismo hace parte de una nueva generación de proyectiles que para Putin son ‘invencibles’ y analistas occidentales bautizaron como “Satán 2”.

6. Amenaza norcoreana. Más lejano y en el extremo del mar Meridional, régimen de Kim Jong Un mantiene su desafío, al instar el mandatario a que la disuasión de guerra del país sea más “‘práctica y ofensiva". Señaló el mandatario que dicha estrategia debe aplicarse "de manera efectiva con medidas de control y gestión más estrictas" de cara a garantizar la "seguridad que ha empeorado en la península de Corea", al tiempo que criticó los ejercicios militares que reciente y conjuntamente realizaron su vecino del sur y Estados Unidos que, a su juicio “simularon una guerra total contra Pyongyang”.