Estamos rodeados de espacios sucios y productos que contienen microbios y virus de diversa índole. De hecho, estudios de la OMS aseguran que un 80% de las enfermedades se trasmiten vía contacto.
Con el fin de dar solución a esta problemática, en el año 2015 nace Copptech en Chile, tecnología elaborada en base a cobre y zinc, con un 99,9% de efectividad antibacteriana y fungicida, aplicable a productos de uso diario y diversas materialidades como textiles, resinas, gomas, poliéster, polímeros, nylon y PVC, entre otros.
Hoy, esta tecnología llega a Colombia gracias a un proyecto apoyado por el Gobierno de Chile a través de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).
Manuel José Bauzá, gerente General Copptech, señala que “estamos muy contentos de lanzar Copptech en Colombia, ya que es un país con positivos niveles de crecimiento, siendo en la actualidad el segundo destino de inversión chilena en el mundo. A esto se debe sumar que la relación comercial entre ambas naciones está en un excelente momento y por esto, desde el punto de vista comercial, Colombia se ha constituido en un mercado prácticamente natural para las empresas chilenas”.
“En el primer año estamos enfocados a proveer el mercado textil colombiano y el mercado de productos plásticos. De hecho ya hay negociaciones y desarrollos de pruebas con compañías líderes textiles, industrias de productos plásticos y para la construcción, donde esperamos tener muy buenos resultados; sin embargo, a futuro esperamos llegar a otro tipo de industrias ya que la tecnología tiene amplias posibilidades de uso”. Además, afirmó que esperan cerrar negocios por cifras cercanas a los US$3 y US$4 millones de dólares entre el 2018 y 2019.
A través de un modelo de distribuidores exclusivos, Copptech está expandiéndose a distintos mercados en los cinco continentes y ya cuenta con distribuidores exclusivos en Chile, Perú, Corea, España, Francia, Alemania y Reino Unido.
La efectividad antimicrobiana de todos los productos Copptech que salen al mercado, es certificada internacionalmente por entidades como la Société Générale de Surveillance (SGS), TUV Rheinland y la Universidad de Chile, garantizando de esta forma el compromiso con las marcas que prefieren esta tecnología al incorporarla como mecanismo de diferenciación.