La rivalidad que ha puesto en orillas diferentes al presidente Santos y al uribismo en sus siete años de mandato alcanzó ayer uno de sus picos más altos, al conocerse que el Centro Democrático dirigió una misiva al Jefe de Estado en la que pide su renuncia al cargo por la que considera deficiente gestión y actos de corrupción que lo ubican “en una posición de indignidad”.
Este pedido del uribismo surgió dos días después de que Santos Calderón diera a conocer una carta que está “circulando entre los miembros del Centro Democrático, que supuestamente será firmada por la representante (María Fernanda Cabal) y la senadora (Paloma) Valencia”, la cual “le están enviando a los congresistas de Estados Unidos para que nos suspendan la ayuda, ese es el tipo de oposición al que estamos nosotros enfrentados”.
De igual forma, la carta del Partido Centro Democrático solicitando la renuncia del Presidente surge ad portas de la marcha nacional que para este sábado organizó el uribismo contra la corrupción que achaca al Gobierno, más ahora que se conoció que la hoy polémica firma Odebrecht habría pagado en el año 2010 cerca de 2 millones de afiches del entonces candidato y que el exsenador Otto Bula, detenido en el marco de las investigaciones que se adelantan por los sobornos que dio esta constructora para quedarse con contratos de obra pública, asegurara que hizo llegar un millón de dólares al gerente de la campaña reeleccionista de Santos en 2014, Roberto Prieto.
La carta dirigida al presidente Juan Manuel Santos fue radicada ayer en la Presidencia de la República por el senador Ernesto Macías Tovar, firmada por 36 de los 39 parlamentarios que tiene esta colectividad entre senadores y representantes a la Cámara.
No obstante entre los firmantes no aparece el expresidente y senador Álvaro Uribe, fundador y cabeza visible del Centro Democrático.
Maratónica rivalidad
Juan Manuel Santos llegó a la Presidencia de la República con el apoyo y buena parte de los votos de Álvaro Uribe, tras haber sido su ministro de Defensa en un momento en que se dieron severos golpes a las Farc en el marco de la Política de Seguridad Democrática, como fue lograr abatir al entonces número dos de esa guerrilla, ‘Raúl Reyes’, en un operativo desarrollado en Ecuador, y la operación Jaque en la que fueron liberados 15 secuestrados políticos y militares entre quienes estaban la excandidata presidencial Ingrid Betancur y tres contratistas norteamericanos.
No obstante poco después de que Santos asumiera el cargo se produjo el cisma con Uribe, especialmente por su decisión de apostarle a la salida política a la guerra con las Farc, reconociendo de paso el Presidente que había un conflicto armado, situación que nunca ha reconocido Uribe.
Otras decisiones que adoptó el presidente Santos ampliaron el abismo con Uribe, como la normalización de las relaciones con el gobierno de Rafael Correa de Ecuador y Hugo Chávez en Venezuela.
En esa escenario y teniendo como respaldo los excelentes resultados que logró el Centro Democrático en las legislativas de 2014, al lograr 39 escaños en Senado y Cámara, no obstante que su candidato Óscar Iván Zuluaga perdiera las presidenciales, la colectividad se declaró en oposición al gobierno de Santos en sus dos mandatos ejerciendo fuerte presión desde el Parlamento.
Santos en un principio intentó evitar las polémicas con el expresidente Uribe, no obstante terminaron enfrentándose luego que el Centro Democrático enfilara sus baterías contra la negociación que logró Santos iniciar con las Farc.
Entonces el uribismo dijo que el pretendido acuerdo de paz le entregaría el país a las Farc y al ‘castro-chavismo’, al tiempo que Santos señaló que los que no estaban con los diálogos en La Habana eran enemigos de la paz.
Tras la firma del nuevo acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc en noviembre pasado, a lo que se obligó por el triunfo del No en el plebiscito por la paz el pasado 2 de octubre, lo que dejó inaplicable el primer acuerdo, el enfrentamiento entre el uribismo y el gobierno de Santos se trasladó al escenario de la implementación en el Congreso de este acuerdo.
Todo este debate se agudiza en este año previo a las elecciones legislativas del 2018, en donde la implementación del acuerdo de paz enfrenta de nuevo a la administración Santos con el Centro Democrático, pues este último ha anunciado que si gana la presidencia hará varios cambios a lo pactado con las Farc en aspectos que considera lesivos para el país y la Constitución.
Reacciones
Con malos ojos vieron la mayoría de colectividades la petición que le hizo el Centro Democrático al presidente Santos para que deje la presidencia.
El presidente del Congreso, Mauricio Lizcano, Partido de La U, le dijo a EL NUEVO SIGLO que “la estabilidad de las instituciones está por encima de las contradicciones políticas. Me parece que es un acto que debilita al Estado y es oportunista”.
Por su parte, el representante a la Cámara por el Partido Conservador, Telésforo Pedraza, le dijo a este Diario que “el Centro Democrático, con todo respeto, no tiene autoridad ética, política ni moral para pedirle renuncia al Presidente”.
Añadió que “más bien lo que debería dar es un poquito de vergüenza de ese tipo de actitudes. Al presidente Uribe le han debido pedir la renuncia por todo lo que se dio durante su gobierno”.
En tanto que el senador Antonio Navarro dijo a este Diario que “no apoyo al presidente Santos en casi nada, pero no veo al Centro Democrático con autoridad para hablar de Odebrecht, por ejemplo, contra Santos cuando no se ha aclarado las contribuciones de Odebrecht a la campaña de Oscar Iván (Zuluaga)”.
El Parlamentario del Partido Alianza Verde consideró que “es una pelea de comadres porque es que Santos llegó a la presidencia gracias a Uribe”.
Mientras que el senador Carlos Fernando Motoa, Partido Cambio Radical, dijo que si bien la oposición está ejerciendo el derecho de cuestionar la administración de Santos, esta carta lo que buscaría es “promover la marcha que está anunciando para el 1° de abril”.
Mientras que el senador Iván Cepeda, del Polo, dijo a este Diario que “lo que creo es que el Centro Democrático está moviendo por una parte toda clase de estrategias para encubrir su responsabilidad en los distintos escándalos de corrupción y en segundo lugar haciendo campaña electoral”.
Mientras que el senador y copresidente del Partido Liberal, Horacio Serpa, dijo que “inaudita carta politiquera, injusta y grosera del Centro Democrático al presidente Santos. Escandalizar para ayudar a la marcha de Popeye”.
La carta
Algunos apartes de la misiva dirigida por el Centro Democrático indican que:
. “Nuestra economía está quebrada. El crecimiento del país por debajo del 2%, muestra una crisis nunca vivida en la historia de Colombia, situación que ha tocado fondo. Un déficit fiscal de $40 billones; la deuda pública pasó del 44% del PIB al 54% (más de $472 billones); acabó con la inversión privada; tres reformas tributarias que han golpeado a las clases media y baja, como nunca había ocurrido en el país”.
. “Ni hablar de sus acuerdos con Timochenko y su organización criminal. Cuando el presidente Álvaro Uribe Vélez dijo que usted le estaba entregando el país a las Farc y que llevaba a Colombia hacia el ‘Castro-Chavismo’, usted siempre le respondió con infamias e insultos”.
. “En su Gobierno han ocurrido los escándalos de corrupción más grandes y graves de la historia. Saludcoop, Caprecom, Reficar, Fondopaz, Bioénergy, la venta de Isagen, Navelena, los sobornos de Odebrecht”.
. “Sin duda, los bochornosos hechos ocurridos en la financiación de sus campañas le quitan a su mandato toda la legitimidad”.