EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo está la situación de orden público en el departamento del Chocó?
NUBIA CAROLINA CÓRDOBA: La situación de orden público en el Chocó está pasando por un mal momento. Pero no se trata solo de un momento, sino de una condición a la que lamentablemente ha sido sometido en los últimos 7 o 8 años, en torno a las disputas territoriales entre el Eln y Clan del Golfo.
Miran el territorio del Chocó como un botín de guerra, por supuesto afectando de manera mucho más grave a las comunidades desde el punto de vista humanitario.
En el último cuatrienio nada más hemos registrado más de 40.000 personas entre desplazadas y confinadas, y hay unos focos de combate que están en las cinco subregiones del departamento.
ENS: ¿Qué pasó con el paro armado anunciado recientemente por el Eln?
NCC: El Eln habla en el comunicado que anuncia el paro armado como en el que levanta la medida que ellos están protegiendo (a la comunidad) del Clan del Golfo, hablan del hecho de que el Clan del Golfo está tomando líderes sociales, hablan de las economías ilegales, en fin…, ponen a la comunidad como la razón de ser de ambas cosas.
Es tan ilógico que es la comunidad la que se lleva la peor parte, tanto en los combates como en ciertas medidas antihumanitarias como decretar un paro armado que evita que las personas puedan moverse.
Incumplimiento
ENS: ¿Cómo creerle al Eln cuando está incumpliendo los diálogos de paz?
NCC: Lo que pasa es que los diálogos tienen una misión o han tenido un proceso donde se hacen compromisos parciales. Cuando hay cese al fuego hay que entender que eso significa cese a los ataques, desde el punto de vista de los enfrentamientos entre el Eln y la Fuerza Pública.
El cese al fuego viene contemplando un cese a las hostilidades, cuyo fin es que la comunidad no salga afectada.
Sabemos que están ganando espacio y de lo que se trata es de una disputa territorial. Y la razón de la disputa territorial es el control de las rutas del narcotráfico, es el control de las economías ilegales en zonas específicas que se pueden identificar.
No es verdad que sea simplemente un tema solo de confrontaciones, estamos hablando de la razón de la confrontación que es el control territorial cuando hay un tipo de interés para la economía ilícita y el enriquecimiento de estos grupos armados como el Eln y Clan del Golfo.
ENS: ¿Cuál es el llamado que usted le hace al Gobierno nacional y al Eln?
NCC: Que la comunidad de la zona media y baja de cuenca del río San Juan pueda tener también un espacio en la mesa de negociación; por lo tanto, las afectaciones que están viviendo puedan ser llevadas a tema de conversación en la mesa.
Las comunidades han expresado que idealmente las conversaciones deberían hacerse a nivel nacional, deberían ser en esos lugares del país donde se han visto tan afectadas las personas por causas del conflicto armado.
El Eln ha planteado que no hay garantías para que eso así sea en el territorio. Pero eventualmente eso debe pasar, se debe territorializar los diálogos y eventualmente hay que hacer presencia en los lugares en los que se han dado las afectaciones.
Pero si por ahora no se pueden territorializar los acuerdos, entonces hay que llevar a la mesa la voz del territorio, hay que discutir lo que está pasando.
Si en este momento en el que se declaró el paro armado no generamos alertas y todo nuestro descontento, y no le damos voz a la comunidad, la comunidad hubiera sufrido otro paro armado sin mayor atención.
Entonces, no podemos hacer silencio en ese sentido, no podemos permitir que los acuerdos se sigan llevando de una manera en la que no se tome en cuenta lo que pasa en los territorios, pues serían acuerdos que estarían haciendo en otro país.
ENS: ¿Estaría dispuesta a participar en las mesas de negociaciones si el Gobierno nacional se lo permite?
NCC: Sí estaría dispuesta a participar, creo que los alcaldes también estarían dispuestos a participar porque son los que se llevan la peor parte. No se les incluye en el proceso, pero cuando hay víctimas, que es todo el tiempo, les toca desangrar el presupuesto anual para atender a esa gran cantidad de personas confinadas y desplazadas que ni siquiera pueden ir al cultivo a buscar el pan para comer.