Al menos tres millones de fieles son esperados en las misas que celebrará el papa Francisco el 6 y 7 de julio próximos en Ecuador, una de las mayores movilizaciones en la historia del país, según estimaciones de la Iglesia católica divulgadas el viernes.

La cifra corresponde al 19% de los 15,7 millones de habitantes de Ecuador, donde el 80% de la población se declara católico.

"Hacemos un cálculo, digamos, pesimista: un millón y medio (de personas) en Guayaquil, y un millón y medio en Quito. Ahora, lo que todo el mundo nos dice es que serán más de dos millones de personas en cada uno de estos lugares", dijo a la AFP David De la Torre, portavoz de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana para la visita papal.

El sumo pontífice, de 78 años, llegará a Quito el 5 de julio y al día siguiente celebrará un oficio religioso en el Santuario de la Divina Misericordia, en las afueras del puerto de Guayaquil (suroeste).

Francisco presidirá el 7 de julio otra celebración litúrgica en el Parque Bicentenario, en el norte de Quito, según la agenda oficial de actividades revelada por el Vaticano este viernes.

El jefe de la Iglesia Católica saldrá de Ecuador el 8 de julio rumbo a Bolivia y después irá a Paraguay, donde concluirá el 12 de julio su primera gira por los países de lengua hispana.

De la Torre agregó que la visita de Francisco puede incluso llegar a movilizar a un tercio de la población ecuatoriana.

En una conferencia de prensa junto a autoridades eclesiásticas, el canciller de ecuatoriano, Ricardo Patiño, garantizó que Ecuador tendrá "todo absolutamente listo para que esa visita no tenga ningún tropiezo y dificultad en su organización".

"La visita del papa es por supuesto (...) un aliciente enorme para nuestra sociedad y manifestamos, reitero, el regocijo que todos sentimos por su visita", dijo el ministro de Relaciones Exteriores.

Ecuador destinará unos 18.000 efectivos -el 40% de su pie de fuerza policial- para resguardar la seguridad de Francisco durante su estadía en el país, según manifestó a finales de abril el ministro del Interior, José Serrano.