Con un James Rodríguez en su mejor momento en años, la Selección Colombia busca ampliar a 27 su racha de partidos sin conocer la derrota, seguir afianzando su idea de juego y clasificar a las semifinales de la Copa América.

El ‘10’, que no venía actuando en su actual club, el São Paulo de Brasil, ha demostrado que es una versión corregida de aquel jugador que brilló en el Mundial de Brasil y en su primera etapa en el Real Madrid y, después de haber sido ‘borrado’ en algunas convocatorias en la era Reinaldo Rueda, hoy es intocable en la formación del técnico Néstor Lorenzo.

A James “hay que respaldarlo y mimarlo”, dice Julio César Falcioni, quien lo dirigió en Banfield cuando tenía 17 años. Justamente eso es lo que ha venido haciendo Lorenzo, quien lo ha arropado y a pesar de que le llovieron rayos y centellas por llevarlo a los partidos amistosos, a los de las eliminatorias y a esta Copa América, lo ha tenido como eje de su equipo.

Y ha sido tal el compromiso del ‘10’ que, especialmente en este torneo que se disputa en suelo de Estados Unidos, se le ha visto con otra actitud, en una versión corregida, porque al talento que siempre ha tenido de sobra, le ha añadido una alta dosis de sacrificio.

Ya en el Real Madrid, bajo las órdenes de Carlo Ancelotti, había cumplido tareas de marca, pero en la actualidad ya no solo se le ve hacer sombra, sino tirarse al piso.

Además, su liderazgo es indiscutible. Sus compañeros lo arropan, lo respetan y se lo demuestran dentro y fuera de la cancha.

Con esta nueva versión de James, es indudable que la Selección como conjunto se ha visto altamente beneficiada. De su mágica pierna izquierda nacen las mejores acciones ofensivas y las alternativas para romper cercos defensivos con pases filtrados milimétricamente o en jugadas con balón detenido.

Desde luego que el ‘10’ no es una isla en esta Selección. No. Es el jugador que mueve los hilos, la brújula que orienta los mejores ataques y de ahí que sea el mejor asistidor en esta Copa América. A esa labor se suman el golero Camilo Vargas, con sus espectaculares atajadas, a través de las cuales contagia seguridad.

Asimismo, el trabajo de una zaga en la que Daniel Muñoz brilla con su eficacia en la labor defensiva y su aporte en ataque (ha marcado tres goles), así como la labor silenciosa de Carlos Cuesta (quien tomó el lugar del lesionado Jhon Lucumí) y la de Johan Mojica.

También cumplen con su tarea Jéfferson Lerma, Jhon Arias, Richard Ríos, Luis Díaz y Jhon Córdoba, quien le quitó el puesto a Santos Borré.

Cada quien aporta para que esta Selección sea compacta y no de espacios cuando el marcador le es adverso, como ocurrió frente a Brasil.

A la ofensiva

Otro factor que hace de esta Colombia un equipo que ilusiona y le ha permitido llegar a 26 fechas sin conocer la derrota, es su vocación ofensiva. Este no es un equipo que sale temeroso, a esperar y atacar poco, sino que plantea los partidos de igual a igual.

Con esta misma base de jugadores derrotó a Alemania, que vendió cara su eliminación en la Eurocopa frente a otro rival al que los dirigidos por Lorenzo vencieron recientemente: España.

Sin embargo, para que todo lo que se ha hecho en esta Copa América tenga valor, se debe superar a un impetuoso representativo de Panamá y avanzar a semifinales.

“Vamos a respetarlo, porque es un rival de cuidado. Vamos a tener que jugar muy bien para pasarlo”, dijo Lorenzo. “Hay que seguir con los pies en la tierra”.

Para cumplir con el propósito de deshacerse de un adversario imprevisto, la Selección tendrá una baja sensible: su filtro en el mediocampo, Jéfferson Lerma, cuya ausencia pondrá a prueba la solidez de un elenco envalentonado tras ganarle a Brasil el Grupo D.

El volante defensivo del Crystal Palace acumuló su segunda amarilla en el empate 1-1 contra la ‘Seleção’ de Vinicius Jr. el martes en Santa Clara, California, en el cierre de la primera fase.

Titular indiscutible de Lorenzo, su baja obligada prende alertas en una defensa que encarará a rivales de poco renombre, pero potentes, muy físicos y dueños de una de las delanteras más anotadoras del certamen (seis goles en tres juegos).

Lerma, de 29 años, podría ser reemplazado por Kevin Castaño, del Krasnodar de Rusia, o por Matheus Uribe, titular habitual, quien perdió su lugar con Richard Ríos.

“No podemos relajarnos, tenemos que seguir con la misma mentalidad y no menospreciar al rival”, dijo el atacante Luis Díaz, estrella del Liverpool.

A evitar sorpresas

Comandada por Thomas Christiansen, español de origen danés, Panamá se ganó el derecho a ser mirada con cautela luego de apoderarse del segundo puesto del Grupo C, con victorias frente a Estados Unidos (2-1) y Bolivia (3-1).

Tras ocupar la plaza que muchos pensaban sería de los anfitriones, eliminados, y avanzar por primera vez a cuartos, los canaleros se ilusionan con seguir haciendo historia en su segunda participación en la Copa América.

“Hemos venido creciendo con el pasar de los años. Vamos a salir a jugar como lo hemos venido haciendo, no echándonos para atrás, y dar una sorpresa”, dijo el extremo Freddy Góndola, del Maccabi Bnei Reineh de Israel.

Los del istmo tendrán de nuevo una baja en el mediocampo, la de Adalberto Carrasquilla, a quien le resta una fecha de sanción debido a su expulsión en la victoria contra los estadounidenses.

La misión de Colombia es jugar con seriedad, olvidar el número de fechas que lleva invicta y asumir que al frente tiene un rival de los quilates de Argentina, Brasil o Uruguay.

El partido, a disputarse en el State Farm Stadium, hogar de los Arizona Cardinals, de la NFL, servirá para que Colombia confirme su madurez futbolística, su crecimiento como conjunto y la consolidación de su idea de juego.

Además, será un premio para James y su corte y la posibilidad para que el ‘10’ continúe peleando por ser el MVP (“most valuable player”: jugador más valorado) de la Copa América y para los aficionados la ocasión de seguir disfrutando de un equipo que ilusiona, que inspira confianza y que tiene como meta la final.

Según los panameños, ellos tienen la fórmula para vencer a Colombia: “ser muy efectivos”. Pero para lograrlo deben neutralizar la magia del ’10’, la gambeta y el atrevimiento de Lucho Díaz y la potencia de Córdoba, sin olvidar que las alternativas de gol pasan por los defensas y los volantes.

“Tendremos que ser muy efectivos a la hora de tener la pelota. Cada opción que tengamos, aprovecharla al máximo, porque sabemos lo peligrosos que son ellos”, dijo el zaguero José Ángel Córdoba, quien justamente tendrá que lidiar con Córdoba.

En lo que sí tiene razón es en que “va a ser un partido en el que nosotros tenemos que tratar de no cometer ningún error”.

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