Son múltiples los desafíos que deberá afrontar quien resulte elegido presidente de la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano (Dimayor), en reemplazo de Fernando Jaramillo, quien nunca contó con el apoyo de la totalidad de los 36 clubes.
Justamente esa será una de las tareas más difíciles de realizar, porque siempre va a haber directivos de equipos inconformes, por considerar que las decisiones que se adopten son menos favorables frente a otros.
Por ahora solo hay una candidata y es respaldada por el presidente de Santa Fe, quien fue uno de los más fuertes opositores de la gestión de Jaramillo.
Otro de los temas álgidos es el de los derechos de las transmisiones de los partidos, en el que no solo se debe negociar lo económico, sino ponerles orden a los horarios y evitar los aplazamientos de los partidos.
EL NUEVO SIGLO presenta un tablero de los que serán los principales retos del futuro jerarca de la Dimayor:
- Consenso. Que el presidente de la rectora del fútbol rentado sea elegido por consenso es una misión imposible, a menos que solo se presente un candidato. Además, ello no sería garantía de unidad, porque habrá clubes que no se sentirán representados por el elegido. Por ello, esa será una de sus primeras tareas: convencer a quienes tengan dudas, conseguir su respaldo para que lo dejen trabajar y concentrarse en atender los problemas que a diario se presentan, planear cómo conseguir más patrocinadores y mejoras que beneficien a los propios equipos.
- Organizar los torneos. Por diversas razones el año pasado se presentó desorden en la programación de los partidos. Hubo un momento en que había equipos que habían disputado siete juegos y otros dos o tres. Asimismo, a la hora de establecer los horarios de los cotejos, pensar en los aficionados y su regreso a casa.
- Derechos de TV. El contrato actual se vence en diciembre de 2026, pero ya empezaron los preparativos para negociar con el actual operador y con los nuevos proponentes. El proceso arrancó con la contratación de una empresa que se está encargando de evaluar las condiciones para que sean ampliamente favorables a los clubes y se establezca el precio a pagar. No hay que olvidar que este es uno de los motivos de discordia en la asamblea de clubes y que motivó distanciamientos con Jaramillo y con sus antecesores.
- Seguridad en los estadios. Uno de los problemas más graves de fútbol profesional colombiano es el de la violencia en los estadios. Hasta ahora las medidas implementadas no han sido efectivas y las sanciones impuestas, como el cierre de tribunas, afectan a los clubes y no a los hinchas que promueven esa violencia. A ello se suma la disminución paulatina en el número de policías en los estadios para dar paso a la vigilancia privada. Sin embargo –ya lo dijo el saliente presidente de la Dimayor–, hay que seguir negociando para que se mantenga la presencia de uniformados, porque su ausencia sería “un suicidio”.
También se deben implementar otras medidas para evitar el ingreso de los vándalos a los escenarios y trabajar para mejorar la convivencia entre las barras. De la misma manera, se debe legislar para que el club que pague el mal comportamiento de sus aficionados sea el de los promotores de los desórdenes y no el local, como ocurrió en el partido Nacional-Junior, en el que los desmanes corrieron por cuenta de los hinchas del cuadro tiburón y al que le quitaron los puntos fue al verdolaga.
- Estado de las canchas. El cuidado de las gramillas corresponde a los propietarios de los estadios, pero la Dimayor debería preocuparse por velar que estas estén en condiciones medianamente aptas para el desarrollo de los partidos. En el inicio del Torneo Apertura se han visto unas canchas en muy mal estado.
- Negociación con agremiados. Se dice que el “diálogo social” que adelantaba la Dimayor con Acolfutpro a instancias del Ministerio del Trabajo ahondó las diferencias de Jaramillo con algunos de los representantes de los clubes, quienes no ven con buenos ojos a esa agremiación. Por ello, quien asuma el cargo deberá decidir si continúa con las conversaciones, que buscan “el mejoramiento de las condiciones de trabajo y la dignificación de la profesión de hombres y mujeres futbolistas”, o si las da por terminadas y se expone a las acciones que emprenda ese sindicato.
- Liga femenina. Otro de los temas en que debe trabar arduamente el nuevo presidente de la Dimayor es el torneo rentado femenino. Jaramillo dio pasos para consolidarlo, pero, como él mismo lo aceptó, le quedó pendiente conseguir un patrocinador fuerte, que ayude a sufragar los gastos que demanda una liga como la que se aspira a tener, que sea similar a la de los hombres. Hasta ahora los auspiciadores con los que se cuenta son los mismos de los torneos Apertura, Finalización, el de ascenso y la Copa Colombia. La tarea del nuevo dignatario debe ser convencer a las empresas de que este es un buen vehículo publicitario, el problema es cómo. si el campeonato femenino no cuenta con la suficiente divulgación.