Ad portas del inicio del Mundial Femenino Sub-20, del que Colombia es anfitrión, el técnico del seleccionado nacional, Carlos Paniagua, habló de las expectativas y de lo que espera de sus jugadoras en este torneo.
El director técnico, que dirigió en la Copa Mundial Femenina Sub-17, en la que el equipo llegó a la final y luego el Sub-20 de Costa Rica, parece saber muy bien que es momento de gestionar las emociones.
Aunque Colombia ya organizó dos torneos FIFA (la Copa Mundial de Futsal 2016 y la Copa Mundial Sub 20 2011), es la primera vez que es anfitrión de una competencia femenina, justo en un momento en el que se aprecia una evidente explosión, tras la gran actuación en la Copa Mundial 2023, en la que el equipo logró su mejor rendimiento histórico, luego de quedar afuera en los cuartos de final, y los Juegos Olímpicos París, cuando estuvo por eliminar a España en la misma instancia.
“Hemos conseguido cosas importantes en el crecimiento del fútbol femenino, como jugar la final en India 2022, todo lejos de nuestras casas. Lo especial ahora es estar cerca de la gente que nos quiere, la afición, el periodismo, los directivos... Vamos a estar muy bien acompañados”, dijo Paniagua en entrevista con FIFA.
Señaló que tener la oportunidad de jugar en casa “es un orgullo, sobre todo con este grupo de jugadoras, que empezamos un proceso desde el 2021. Es el primer Mundial que tenemos la posibilidad de jugar a nivel femenino acá. Es una buena oportunidad para soñar en grande”.
Explicó que “nosotros siempre le transmitimos a nuestras jugadoras que disfruten y buscamos alejarlas de la presión. Para nosotros es importante establecer objetivos. El primero es pasar en lo más alto del grupo y dar un paso fuerte en el debut con Australia, pero luego lo mismo con Camerún y México”.
“Tenemos un psicólogo que viene trabajando con el grupo desde el 2021, que les ha creado fortalezas y ayuda en el manejo de las emociones. Vamos a tener un estadio que la gente nos va a apoyar y eso lo queremos para nuestro favor. Me parece muy importante lo que ha venido trabajando con ellas, porque las emociones en estas edades varían mucho, de alegría, tristeza, aburrimiento, pero se ha trabajado en eso y el grupo se encuentra fuerte”, añadió.
Frente a la importancia de Linda Caicedo, aseguró que “para cualquier entrenador, compañera o incluso aficionado se vuelve una gran motivación, tener una de las jugadoras nominadas a ser una de las más grandes del mundo. Lo más bonito de tenerla es que sigue la misma humildad desde que comenzó el proceso en 2021. Ella dijo ser una más del grupo y que nunca es más importante que todas las juntas. Así es este grupo, unido”.
Agregó que “tiene una humildad tremenda que no ha cambiado y sabemos lo que nos puede dar dentro de la cancha. Ojalá todas le dieran la pelota dentro del área, pero este es un equipo muy colectivo, donde cada una cumple una tarea y funciones. El mismo orden táctico, la misma idea de juego y las plantas del partido harán que Linda reciba el balón en el momento adecuado, pero ella es inteligente para crearse espacio”.
Al ser preguntado sobre ¿qué legado puede dejar el torneo para el fútbol femenino de Colombia?, aseveró que “el fútbol, primero era un pasatiempo para ellas (las jugadoras), ahora es un vehículo para tener grandes proyectos de vida. Esto ha pasado acá, en un comienzo teníamos jugadores que ni guayos podían tener. Ahora las patrocinadoras diferentes marcas, que por lo que han hecho en la Selección han ido a jugar afuera, como Linda en el Real Madrid o Ana María Guzmán en el Bayern Múnich”.
Indicó que “el fútbol les cambia la vida porque la mayoría de estos jugadores son de estrato humilde y hemos visto casos como los que mencioné y otros que puedan irse. Esto cambia las vidas y por eso las jugadoras son tan disciplinadas y hacen las cosas bien para que les pueda llegar su oportunidad”.