Los conflictos armados en el mundo continúan siendo uno de los principales impulsores de la inseguridad alimentaria aguda en 18 países
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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en ingles) publicó un nuevo informe sobre la crisis alimentaria en el mundo y subrayó que unas 124 millones de personas en 51 países sufrieron de hambre aguda durante el 2017.
La FAO indicó que los índices de hambre aguda se elevaron en 11 millones de personas con relación al 2016. El texto de la FAO define la inseguridad alimentaria aguda como un hambre tan grave que representa una amenaza inmediata para la vida.
La organización dependiente de la ONU explicó que el aumento de la crisis alimentaria depende en gran medida de los conflictos intensificados en diferentes países del planeta como Birmania, el noreste de Nigeria, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Yemen.
“Los conflictos continuos siguen siendo los principales impulsores de la inseguridad alimentaria aguda en 18 países, 15 de ellos en África o en Oriente Medio”, reveló la FAO.
Es decir, esas 18 naciones representan el 60% de la hambruna mundial traducida en 74 millones de personas.
Según el informe, es probable que el conflicto siga siendo un importante factor de crisis alimentaria en el 2018. Este fenómeno afectará principalmente a Afganistán, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, el noreste de Nigeria, Sudán del Sur, Siria y Yemen.
El informe agregó que las sequías prolongadas también provocaron malas cosechas consecutivas que exacerbaron la inseguridad alimentaria y malnutrición en África oriental y meridional. Además, el cambio climático y los altos precios de los alimentos básicos a menudo afectaron la posibilidad de conseguir comida.
“Los desastres climáticos -principalmente la sequía- también desencadenaron importantes crisis alimentarias en 23 países", destacó la FAO.