El gobierno israelí adoptó este domingo por unanimidad un plan de reducción de las emisiones de dióxido de carbono para 2050 y de transición hacia una economía limpia, una medida, a su juicio, "histórica" para luchar contra el cambio climático.
Este plan prevé una reducción del 85% de las emisiones de CO2 de aquí a 2050 con respecto a los niveles registrados en 2015, con un objetivo intermedio de reducción del 27% de aquí a 2030, según un comunicado conjunto del primer ministro Naftali Bennett y de varios ministerios.
"Hoy [domingo], el gobierno aprueba una decisión sin precedentes que hará que Israel avance progresivamente hacia una economía con bajas emisiones de carbono", declaró Bennett en la reunión de su gabinete en Jerusalén.
El plan prevé, en particular, una reducción del 96% de las emisiones del sector de los transportes, del 85% del sector de la electricidad y del 92% de los residuos municipales.
"Es un momento histórico para la salud, el medio ambiente y las generaciones futuras", afirmó la ministra de Protección del Medio Ambiente, Tamar Zandberg.
"Es la primera vez que el gobierno israelí se fija objetivos nacionales comunes para reducir las emisiones de carbono y anuncia una estrategia nacional para avanzar hacia una economía limpia, eficiente y competitiva", había declarado el gobierno el viernes en un comunicado que anunciaba el plan.
Como firmante de los acuerdos de París sobre clima de 2015, Israel se había comprometido, entre otras cosas, a mantener estables sus emisiones de dióxido de carbono para 2030.