La Fiscalía de Venezuela anunció este viernes la imputación formal del gendarme argentino Nahuel Agustín Gallo por "vínculos con el terrorismo", después de su detención a principios de diciembre.
El fiscal general, Tarek William Saab, sostiene que Gallo entró ilegalmente en Venezuela para colaborar con grupos opositores en "acciones desestabilizadoras y terroristas", como parte de un plan de la "ultraderecha internacional".
Saab ha cuestionado que Gallo haya viajado al país por motivos sentimentales y señaló que las declaraciones y acciones judiciales del Gobierno argentino, utilizando a sus familiares, es una muestra "clara" de su "complicidad" con "los planes subversivos que buscan atacar por cualquier vía al Estado venezolano".
El pasado 8 de diciembre, Gallo fue detenido cuando intentaba entrar en Venezuela por vía terrestre desde Colombia. El suboficial de la Gendarmería argentina tenía intención de reunirse con su esposa de nacionalidad venezolana y la hija de ambos, versión que Caracas ha desechado.
El Gobierno de Venezuela señaló a Gallo de formar parte de una conspiración internacional para atentar contra el presidente Nicolás Maduro. Extremo que Argentina negó, enturbiando aún más las relaciones entre ambos países.
El Gobierno de Javier Milei exigió conocer el paradero de Gallo y este mismo jueves ha denunciado por "traición a la patria" al exembajador en Venezuela Óscar Laborde por colaborar con Caracas al entregarle una carta escrita por su madre, que desde Buenos Aires se ha visto como un intento de "humanizar al régimen".
De acuerdo con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, Laborde "actuó en contra de los intereses del país" para justificar "la desaparición forzada" de Gallo, asumiendo labores diplomáticas exclusivas del Ministerio de Exteriores.