CON LA anunciada derrota en la votación de confianza que solicitó al Bundestang, y que se define este lunes, el canciller alemán, Olaf Scholz oficializará la caída de su gobierno y pondrá en marcha la convocatoria de nuevas elecciones, previamente acordada con los demás partidos para el 23 de febrero.
Esa es realmente la intención de Scholz, que invocará el artículo 68 de la Ley Fundamental para pedir a los diputados que le otorguen su confianza. Si, como se da por descontado, no obtiene la mayoría en el Bundestag, propondrá al presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, la disolución de la Cámara. Steinmeier dispone entonces de 21 días para decidir si está de acuerdo y convocar nuevas elecciones en un plazo de 60 días. La aprobación del presidente se considera segura y ya ha señalado que está de acuerdo con la fecha del 23 de febrero.
Con dos meses por delante para los comicios, los partidos ya han ido perfilando a sus candidatos y sus programas.
Así, la alianza conservadora de la CDU/CSU, y que lidera la intención de voto para esos comicios, ha planteado un gran número de costosas promesas, como su aspiración a reducir el impuesto sobre la electricidad y las tarifas de red.
Además, pretende los impuestos y suprimir la obligación de los pensionistas de presentar la declaración de la renta, según el borrador de su programa electoral, publicado por la agencia DPA.
Al mismo tiempo, la CDU/CSU mantiene el freno a la deuda, es decir el tope máximo de endeudamiento fijado constitucionalmente en Alemania. El proyecto de programa deja abierta la cuestión de la financiación concreta de los planes. Como número uno de la lista y candidato a canciller se presenta el líder de la CDU (Unión Demócrata Cristiana), Friedrich Merz.
Entre tanto, los socialdemócratas también se centran en la cuestión del freno de la deuda, aunque con la exigencia de que se reforme. "El freno de la deuda no debe seguir siendo un freno para el futuro, esta es una cuestión clave para nosotros", explicó la copresidenta del SPD, Saskia Esken.
El SPD también quiere anotarse puntos en el tema de las pensiones. El secretario general del partido, Matthias Miersch, ha puesto como condición para un futuro gobierno de coalición fijar el nivel de las pensiones en el 48% de los ingresos medios. Su candidato, pese a la polémica que ha generado, es el saliente canciller Scholz.
Los Verdes centran la campaña, liderada por su candidato Robert Habeck, bajo la imagen de una organización socialmente responsable de la protección del clima, que incluye ayudas relacionadas con la generación de CO2.