Como antesala a la petición que hará a los aun socios europeos, la primera ministra británica, Theresa May, advirtió a su llegada a una cumbre de la Unión Europea, en Bruselas, sobre la “amenaza rusa”, luego de que las investigaciones apuntaron a la presunta implicación del Kremlim en el envenenamiento de un exespía en suelo británico.
"La amenaza rusa no respeta fronteras", advirtió May en Bruselas, donde abogará a favor de una posición unánime de la UE en condena al ataque en Salisbury (sur de Inglaterra) en el que se utilizó un agente neurotóxico fabricado durante la época soviética.
Este ataque "forma parte de un patrón de agresión rusa contra Europa y sus vecinos cercanos", sostuvo ante la prensa.
Desde el ataque del 4 de marzo contra Serguéi Skripal y su hija Yulia, considerado como el primer uso de un agente neurotóxico en las calles de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, Londres y Moscú se libran a una dura guerra de declaraciones.
El último episodio lo protagonizó el ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, quien comparó el Mundial de Rusia-2018 con los Juegos Olímpicos de Berlín-1936 bajo Adolf Hitler, una comparación que Rusia tachó de "asquerosa".
Los hinchas ingleses estarán "seguros" en Rusia pese a la crisis latente entre Londres y Moscú, dijo por su parte el embajador ruso en Londres, Alexander Yakovenko, en un intento por calmar los ánimos.
Ambas capitales procedieron además a la expulsión de 23 diplomáticos y la primera ministra británica llegó a anunciar la interrupción de contactos bilaterales.
Entre tanto, un juez británico autorizó la extracción de sangre del exespía ruso y su hija para que la analicen los expertos en armas químicas, anunciaron fuentes judiciales.
Un 'mensaje claro'
La tarea de Theresa May no será fácil ya que las capitales europeas están divididas en cuanto a la posición a adoptar frente a Moscú.
Mientras que Alemania y Francia comparten la conclusión británica de que Rusia es la única responsable del ataque, otros países como Italia, Grecia o Austria, que no quieren tensar más la relación con Moscú, piden pruebas sobre la implicación rusa.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, coincidieron el miércoles en que Rusia debe rendir cuentas sobre el ataque contra el exespía ruso y su hija, que se encuentran en estado crítico.
El proyecto de declaración de los 28 preparado para la cumbre europea refleja las "diferentes posiciones" de los Estados europeos, señalaron diplomáticos en Bruselas.
"Debemos expresar nuestra solidaridad con Reino Unido, pero al mismo tiempo debemos investigar, debemos ser muy responsables en la gestión de este caso", declaró el primer ministro griego, Alexis Tsipras, al arribar a Bruselas.
Según el borrador que obtuvo la AFP antes del inicio de la cumbre, los líderes se limitarán a expresar que toman "muy en serio la evaluación del gobierno británico según la cual es muy probable que la Federación de Rusia sea responsable", pero no mencionan eventuales sanciones.
Algunos países están presionando para endurecer la declaración. Rusia, que ya es blanco de sanciones europeas por su implicación en el conflicto en Ucrania, sólo escuchará si la UE adopta una "declaración fuerte", estimó un responsable europeo.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo en la víspera de la cumbre que espera un "mensaje claro" de los dirigentes sobre este caso y llamó al bloque a tomar medidas concretas para "reforzar" la preparación europea ante "futuros ataques".
Rusia niega toda responsabilidad en el ataque e insinuó que el envenenamiento fue una "puesta en escena" de las autoridades británicas.