Unas primarias con tinte presidencial. Esas fueron las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) que acaban de surtirse en Argentina asestando un batacazo al gobierno de Alberto Fernández y su vicepresidenta, Cristina Kirchner.
Consideradas un termómetro a la gestión gubernamental, en estas primarias se definen los candidatos al Congreso, en esta ocasión para las elecciones de este 14 de noviembre. Y como todos los argentinos deben ejercer su derecho a voto, su resultado suele ser un fiel indicador no sólo de la tendencia ciudadana, sino de lo que pasará en la presidencial. De allí que el resultado del domingo, haya sido un contundente golpe para Fernández, Kirchner y su movimiento Frente de Todos.
Los resultados de PASO evidencian el altísimo descontento con el gobierno socialista, que no ha cumplido siquiera la mitad del periodo (Fernández asumió el 10 de diciembre de 2019), tras un mandato del conservador Mauricio Macri, el que hoy resurge con fuerza con el movimiento Juntos por el Cambio, el mismo que lo llevó al poder.
Dicha coalición opositora no sólo fue la más votada en las primarias de este domingo, sino que se impuso en 18 de los 24 distritos del país, incluida la provincia de Buenos Aires, bastión histórico del peronismo y que aporta el 40% de la votación nacional.
Según los resultados preliminares, la coalición opositora Juntos por el Cambio del expresidente Macri se habría hecho con el 97% de los apoyos, mientras que el oficialismo apenas convenció al 29.5% del electorado.
Y ese contundente avance de la oposición se matiza con la conquista de la capital, que como reseñamos tradicionalmente gana el peronismo y además tiene actualmente un gobernador de esa coalición oficialista. Escrutado el 96% de las mesas, la oposición sumaba el 48,27% de los votos frente a 24,62% de la alianza gubernamental.
Juntos por el Cambio retuvo sus tradicionales Mendoza y Córdoba, a los que sumó otras que suelen tener comportamiento de ‘péndulo’ como Chaco, La Pampa, Tierra del Fuego, Misiones y hasta Santa Cruz, cuna política del kirchnerismo.
El expresidente Macri celebró los contundentes resultados de su movimiento político trinando: “Argentina vuelve a tener una sonrisa dibujada porque hay futuro”.
Y aunque tempranero ya que faltan dos años para la elección presidencial, estas PASO comienzan a develar fuertes liderazgos, posibles cartas para dicha contienda, como Horacio Rodríguez Larreta, actual alcalde de Buenos Aires quién además tuvo un exitoso debut en esta jornada, ya que fungió como promotor electoral porque su candidata María Eugenia Vidal se impuso en la capital y en la provincia (gobernación) apoyó al aspirante de la coalición, Diego Santilli, quién venció con amplia ventaja la lista oficialista encabezada por Victoria Tolosa Paz.
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Voto castigo
Desde analistas políticos hasta miembros de la alianza gobernante han reaccionado a esta debacle electoral y coincidieron en señar que es fruto de una constante desconexión entre las necesidades del pueblo, golpeado económicamente por la pandemia del covid-19 y sus gobernantes.
"Es un escenario catastrófico para el gobierno, con estos números la perspectiva es que el triunfo opositor debería consolidarse dentro de dos meses", dijo el politólogo Carlos Fara.
El resultado es un "castigo" para el gobierno, agregó el experto al tiempo que dijo que “estos resultados reflejan que la mayoría prefiere que el gobierno pierda las elecciones legislativas, si bien falta ver qué ocurrirá finalmente en noviembre", señaló.
Así mismo indicó que si bien la pandemia del covid-19 preocupa no es la mayor inquietud nacional. "El principal tema de preocupación de la gente es la economía y es el tema peor evaluado del gobierno, aunque el manejo de la pandemia con la vacunación lo estabilizó", aseguró Fara.
El gobierno apuesta a sostener la reactivación que empezó a evidenciarse en una economía que está en recesión desde 2018 y cayó el año pasado 9,9%. Sin embargo, los bolsillos de los argentinos siguen golpeados por una inflación que no da tregua y acumuló 29,1% de enero a julio pasado, con énfasis en los precios de los alimentos.
"Este es un gobierno que viene con más desaprobación que aprobación desde hace más de un año, que ha perdido la moderación, que era una de las demandas que había premiado el electorado en 2019 y con mucha actitud de soberbia que lo desgastó", explicó Fara para luego señalar que este es un "fuerte llamado de atención al gobierno" y de su interpretación dependerá la segunda parte del mandato de Fernández.
Y parece que esa es la lectura que dio el presidente, quien al reaccionar ante este duro revés electoral manifestó, en una intervención pública rodeado de los principales referentes de su partido, que “todos escuchamos el veredicto de la gente con respeto y mucha atención…A partir de ahora vamos a trabajar para que en noviembre nos acompañen porque seguimos convencidos que estamos frente a dos modelos de país, uno que a todos incluye y otro que a muchos deja al costado".
Pero las críticas a Fernández y Kirchner provinieron también de sus copartidarios. Una de ellas, Victoria Tolosa Paz, candidata derrotada por la provincia de Buenos Aires del gobernante Frente de Todos. Tras calificar como “una cachetada” al gobierno y los mandatarios regionales y locales de la coalición oficialista estos resultados, instó a todos ellos a “tomar el toro por las astas”.
“Está claro que el descontento se expresa. Cuando una sociedad está descontenta es que la política de quienes gobernamos, porque esa es la herramienta que tenemos hoy, no pudo transformar su vida. Me parece que hay un presidente y gobernadores que van a tener que tomar el toro por las astas y empezar a trabajar sobre la resolución de los problemas”, sostuvo.
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A renglón seguido acotó "Redoblaremos el esfuerzo que venimos haciendo para, en noviembre, dar vuelta esta historia", no sin antes de agradecer la participación a sus simpatizantes y subrayar que "No bajaremos los brazos hasta volver a poner el país en pie".
También dijo que el Gobierno deberá resolver “los enojos e insatisfacciones” y tener tanto “humildad” como cambiar las “herramientas” porque son insuficientes ante el reclamo ciudadano de recuperar el poder adquisitivo.
Los argentinos volverán a las urnas el 14 de noviembre, cuando se renovarán 127 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 del Senado.
Si se mantiene la tendencia de estas primarias para esa fecha, la alianza gobernante podría perder la mayoría en el Senado (actualmente tiene 41). Mientras, en la cámara baja está en minoría y necesitaría diez bancas más para revertir esa situación.
La prensa argentina resaltó ayer que, según las proyecciones, la coalición gobernante perdería seis escaños de los 15 que pone en juego en los comicios de noviembre. Es decir, que quedaría con 35 legisladores, es decir dos menos de los requeridos para garantizar la aprobación de leyes.
En contraste, los opositores de Juntos por el Cambio renuevan 9 senadores y con lo proyectado en estas primarias, que tuvo una participación del 68%, ganarían otros cinco escaños, alcanzando un total de 31.
Faltan dos meses para estas elecciones de medio término y es poco probable que la tendencia cambie a favor de Fernández y su Frente de Todos. El contundente respaldo a la oposición evidencia, como su lema, que los argentinos están por Juntos por el Cambio. /Redacción internacional