El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró este miércoles que en su gobierno priorizará las políticas para resolver los problemas de seguridad que vive el gigante suramericano.
Para superar los altos índices de violencia registrados en Brasil en los últimos años, el mandatario electo anunció que el general retirado, Augusto Heleno Ribeiro, será el nuevo ministro de Seguridad Institucional, mientras que la cartera de Defensa la ocuparía un militar activo de la Marina, del cual no se sabe su nombre.
El próximo mandatario de Brasil también acordó con el presidente de la Corte Suprema, José Antonio Días Toffoli, trabajar en un "pacto" sobre déficit fiscal, para mejorar el régimen de jubilaciones y seguridad ciudadana.
Los numerosos homicidios en Brasil le sirvieron a Bolsonaro para afianzar un discurso de mano dura en su campaña presidencial que, según el mandatario, reprimirá a las bandas criminales y organizaciones al margen de la ley.
En ese sentido, cabe recordar que el Fórum Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) indicó que en el 2017 Brasil rompió su récord de violencia anual y reportó 63.880 homicidios, un aumento de 2,9% con respecto a las cifras del 2016.
Con estos números, el FBSP señaló que el año pasado hubo 175 asesinatos por día y 7,2 por hora en Brasil.
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Esta la primera vez que la tasa de asesinatos supera el nivel de 30 casos por cada 100 mil habitantes en Brasil.
En el 2017, el índice de muertes violentas se ubicó en 30,8 por cada 100 mil habitantes, mientras que la tasa promedio anual del mundo fue de 7,5 muertes por el mismo número de personas.
El documento publicado por el FBSP subrayó que 5.144 civiles fueron asesinados en operaciones policiales, lo que representó un aumento de un 20% en relación al 2016.
El número de policías muertos disminuyó en un 4,9% en el 2017.
Cabe destacar que Brasil es uno de los países más peligrosos para los defensores de derechos humanos vinculados a la protección del medio ambiente.
De acuerdo con un informe publicado por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT, por sus siglas en portugués), en el 2017 hubo 71 homicidios relacionados con conflictos de tierras en zonas rurales de Brasil, lo que representa un crecimiento del 15% con respecto al 2016, año que presentó 61 homicidios.