Los gobiernos de Colombia y Panamá negaron este viernes que desamparen a los miles de migrantes que cruzan la inhóspita selva del Darien, fronteriza entre ambos países, como aseguró Human Rights Watch (HRW), y reclamaron ayuda internacional para atender la crisis migratoria.
"El desafío de la migración trasciende a nuestros dos países, es un desafío regional y global y no aceptamos que se diga que hemos abandonado a la población en Darién, porque no es así", dijo en Ciudad de Panamá el canciller encargado de Colombia, Luis Gilberto Murillo.
"Colombia y Panamá han hecho un gran esfuerzo", agregó el funcionario en conferencia de prensa con la canciller anfitriona, Janaina Tewaney.
"Tomamos nota del informe, pero también nos gustaría que se reconociera el esfuerzo que ambos países" hacen, afirmó Tewaney.
Haga clic aquí para seguirnos en WhatsApp
En un informe de 120 páginas divulgado el miércoles, HRW afirmó que Panamá y Colombia no protegen a los migrantes que pasan por la selva en su camino hacia Estados Unidos.
Agregó que ambos gobiernos no investigan "adecuadamente" las denuncias sobre violaciones sexuales y otros abusos que sufren los migrantes en la jungla.
Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció recientemente un incremento de las violaciones de mujeres en la selva, tras lo que Panamá suspendió en marzo las operaciones de esa ONG en el país por considerar que entorpecía la asistencia a los migrantes.
HRW dijo que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registra 245 personas desaparecidas entre 2021 y marzo de 2023 en la selva, pero la cifra pudiera ser mayor.
"Estos organismos que elaboran estos informes deberían ayudarnos también a solicitar mayor apoyo de la comunidad internacional", insistió Tewaney.
"Solos no podemos (...) necesitamos apoyo de la comunidad internacional para poder responder a ese desafío", añadió Murillo.
Por la selva del Darién pasaron más de 520.000 personas en 2023 y otras 110.000 en lo que va de este año, según cifras oficiales panameñas.
Los migrantes, en su mayoría venezolanos, haitianos, ecuatorianos, colombianos y chinos, se enfrentan al peligro de bandas criminales, de animales salvajes como serpientes venenosas, y ríos caudalosos.
El gobierno panameño y organismos internacionales instalaran varios centros de acogida a migrantes, donde se les brinda atención básica.