El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, se reunió el lunes con el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi, en Sharm el Sheij, en la primera visita de un jefe de gobierno israelí a Egipto en más de una década.
Egipto, el país árabe más poblado y el primero en haber firmado un acuerdo de paz con Israel en 1979, siempre ha desempeñado un papel de mediador en los ciclos de violencia entre Israel y el movimiento palestino Hamás, en el poder en la Franja de Gaza.
Con fronteras en el este con el enclave palestino e Israel, Egipto recibe de manera regular a Hamás, así como a su rival, la Autoridad Palestina liderada por Mahmud Abas, al mismo tiempo que mantiene relaciones diplomáticas, comerciales y de seguridad con Israel.
Pocos días después de haber recibido a Abas, Sisi se reunió con el derechista Bennett, reanudando así encuentros que habían sido frecuentes hasta la revuelta popular de 2011 en Egipto.
Ambos hablaron sobre "los esfuerzos para reactivar el proceso de paz" entre israelíes y palestinos, en punto muerto desde 2014, dijo el portavoz presidencial Basam Radi en un comunicado.
El domingo, el jefe de la diplomacia israelí, Yair Lapid, cuando propuso "mejorar" las condiciones de vida de los gazatíes a cambio de un compromiso de "calma" por parte de Hamás, volvió a recordar "la importancia vital de Egipto".
Este proyecto, recalcó, "no verá la luz sin el apoyo y la participación de los socios egipcios y su capacidad para hablar con todas las partes implicadas".
Según Nael Shama, especialista en política exterior egipcia, la visita de Bennett supone un "paso importante dado el desarrollo de las relaciones económicas y de seguridad" entre ambos países y su "preocupación común" respecto a Gaza, y también para el proyecto egipcio de "reactivar las conversaciones políticas entre Israel y la Autoridad Palestina".
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- Cooperación en el Sinaí -
En 2019, en la cadena estadounidense CBS, Sisi había reconocido que su ejército operaba junto a Israel contra los "terroristas" en el norte del Sinaí (este), calificando esta cooperación como la "más estrecha" que había existido nunca entre los dos vecinos.
En virtud del tratado de paz que puso fin al estado de guerra entre ambos países, Egipto ha recuperado la soberanía sobre la península del Sinaí ocupada por Israel desde 1967, pero a condición de desmilitarizar la zona.
Sin embargo se enfrenta desde 2013 a una insurgencia liderada por una rama del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Los dos países también han desarrollado sus lazos en el ámbito energético, una cuestión estratégica en el Mediterráneo oriental, y desde 2020, Egipto recibe gas natural de Israel para licuarlo y reexportarlo a Europa, un acuerdo valorado en 13.300 millones de euros (15.700 millones de dólares).
El último encuentro entre un presidente egipcio y un primer ministro israelí --que detenta el poder en Israel-- se remonta a enero de 2011.
El difunto Hosni Mubarak recibió al entonces primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Pocos días después, Mubarak fue derrocado por una revuelta popular, seguida dos años más tarde por el derrocamiento de su sucesor Mohamed Mursi y la toma del poder por parte de Sisi.