El ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian consideró que las maniobras militares entre Rusia y Bielorrusia, iniciadas a las puertas, de Ucrania son "un gesto de gran violencia".
"Hay una gran cantidad de maniobras, particularmente en la frontera con Ucrania. Es un gesto de gran violencia que nos preocupa", dijo Le Drian en la radio pública France Inter.
El presidente francés, Emmanuel Macron, cuyo país preside este semestre la Unión Europea (UE), ha intensificado la diplomacia.
Los ejércitos ruso y bielorruso comenzaron maniobras militares de 10 días en Bielorrusia, en medio de las tensiones entre Rusia y los países occidentales sobre Ucrania y los esfuerzos diplomáticos que se llevan a cabo para desactivar la crisis.
El desplazamiento de soldados fue inmediatamente denunciado por la presidencia ucraniana como un medio de "presión psicológica" del gobierno ruso, que ha concentrado desde noviembre más de 100.000 soldados en la fronteras con Ucrania.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, calificó las maniobras como "un gesto de gran violencia", mientras que el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, dijo que representan un "momento peligroso" para la seguridad de Europa.
En visita a Moscú, la jefe de la diplomacia británica, Liz Truss, pidió a Rusia que retire las tropas desplegadas en la frontera con Ucrania para iniciar una desescalada.
Su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, consideró "incomprensible" la preocupación de los países occidentales por las maniobras en Bielorrusia.
En la víspera de las maniobras, el ejército ruso difundió un video que muestra sistemas antiaéreos S-400 apuntando sus misiles al cielo desde un campo cubierto de nieve en la región de Brest.
Rusia es acusada de estar dispuesta a llevar a cabo una nueva operación militar contra Ucrania, tras la anexión de Crimea en 2014, acusaciones rechazadas por el Kremlin, que dice querer garantizar su seguridad ante el comportamiento que considera hostil de Kiev y la OTAN.
En el plano diplomático, el canciller alemán, Olaf Scholz, recibirá en Berlín a los líderes de los países bálticos, antiguas repúblicas soviéticas miembros de la OTAN.
El primer ministro británico, Boris Johnson, viaja por su parte a Bruselas para reunirse con los funcionarios de la OTAN y luego viajará a Varsovia.
Los ejercicios ruso-bielorrusos "se desarrollan con el objetivo de prepararse para detener y repeler una agresión exterior como parte de una operación defensiva", aseguró el ministerio de Defensa de Rusia.
Agregó que los ejercicios militares se realizarán hasta el 20 de febrero en cinco campos militares, cuatro bases aéreas y "varios lugares" de Bielorrusia, particularmente en la región de Brest, fronteriza con Ucrania.
Por su parte el Gobierno de Ucrania ha acusado a Rusia de "bloquear" el mar Negro, el mar de Azov y el estrecho de Kerch "con el pretexto" de unas maniobras navales que, según el Kremlin, cumplen con todas las obligaciones internacionales en materia de Derecho marítimo.
Las Fuerzas Armadas rusas movilizado 140 embarcaciones, más de 60 aeronaves y 10.000 efectivos para unos ejercicios que comenzaron en enero y que Moscú circunscribe a aguas adyacentes a Rusia.
Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, ha asegurado que las maniobras se extienden por un territorio "sin precedentes" y "prácticamente" imposibilita la navegación en el mar Negro y el mar de Azov. Esto "conlleva consecuencias económicas para la región y, en particular, para las puertos ucranianos".