En el radar geopolítico de Estados Unidos desde que asumió la presidencia Joe Biden permanecen como puntos encendidos los que son claves en su política exterior como Rusia, China, Irán y Afganistán, entre otros. Sin embargo, los hechos de las últimas dos semanas forzaron a que entraran a éste varios países latinoamericanos.

Encarcelamientos de opositores, protestas por libertad y democracia, así como el asesinato de un presidente hicieron que la Casa Blanca volviera sus ojos sobre gran parte del continente americano, más allá de sus consabidas rápidas miradas a temas de vieja data, pero interés común, como el narcotráfico y la inmigración.

Y son tan variados como de alto impacto los sucesos acontecidos, que también se perfilan como un fuerte pulso político entre la Nación norteamericana y sus tradicionales ‘rivales’ comunistas como China y Rusia.

Esta es bitácora de los impactantes acontecimientos y la posición del presidente Joe Biden:

1. Rebelión cubana. Ante el estallido social que hace una semana se originado en el municipio de San Antonio de los Baños se extendió rápidamente a La Habana y otras localidades que con gritos de ¡Abajo la dictadura!, ¡Libertad! Y ¡Patria y vida!, Biden ha hecho dos fuertes declaraciones, pero se da por descontado que vaya más allá. En la primera, a través de un comunicado, expresó su solidaridad con “el pueblo cubano y su clamor por la libertad” al tiempo que instó a “escuchar al pueblo”. En la segunda, de viva voz, se refirió a Cuba como "un Estado fallido que reprime a sus ciudadanos". Y, ante la crisis sanitaria que enfrenta la isla ofreció mandar vacunas a condición de que una organización internacional las aplique en ese país. Reacciones diplomáticas esperadas pero, por lo pronto, no irá más allá. Si bien al asumir la Casa Blanca ordenó una revisión de la política hacia Cuba por lo que se alimentó la esperanza de que reversara algunas medidas de su antecesor, como la prohibición de enviar remesas y realizar viajes a la isla, ya que el fin del embargo es una posibilidad remota. Ello, también, porque cuando fungió como vicepresidente de Barack Obama fue el encargado de la ‘normalización’ en la relación bilateral y los pocos visos de apertura. Sin embargo, ahora como mandatario tiene la creciente presión no solo de la oposición republicana sino de la notoria comunidad de cubanos en el exilio, especialmente de Florida, un peleado bastión electoral.

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2. Asesinato del presidente de Haití. Tras unirse a la repulsa mundial por el asesinato, en su residencia, del mandatario de ese país caribeño, Jovenel Moise, que calificó como “un ataque horrible”, prometió ayudar en la investigación, tal cual lo está haciendo desde hace una semana, in situ, una comisión del FBI. Biden, exhortó los haitianos a "unirse" y aseguró que continuará brindando la asistencia requerida. Las primeras indagaciones señalan, entre otras cosas, que el comando de 28 hombres, la mayoría de ellos colombianos, fue contratada por una empresa de seguridad que opera en Estados Unidos bajo la representación legal de un venezolano. También que hay involucrados dos norteamericanos de ascendencia haitiana, que un famoso médico residente en Miami fue arrestado por presuntamente estar tras el atentado, que algunos de los comandos fueron informantes de la DEA y el FBI por lo que hay más investigaciones en curso. Independientemente de ello, el mandatario estadounidense dijo que “no está en la agenda” enviar tropas a Haití, respondiendo al pedido que le hiciera el gobierno a cargo, al tiempo que instó a que se cumpla el cronograma electoral previsto (septiembre y noviembre). Finalmente, en medio del caos y la zozobra que viven sus ciudadanos les advirtió que no intenten huir a Estados unidos porque serán repatriados e hizo extensiva esa advertencia a los cubanos. “Nunca es el momento adecuado para intentar migrar por mar… Permítame ser claro: si se lanza al mar, no será para venir a Estados Unidos. No vale la pena correr el riesgo ", dijo el gobierno Biden a través de su secretario de Seguridad Nacional, el cubano estadounidense, Alejandro Mayorkas.

3. Más dudas con Maduro. Priorizando la diplomacia, el gobierno Biden cambió el enfoque hacia Venezuela, mostrándose dispuesto a revisar las sanciones impuestas a cambio de que Maduro acepte una negociación política con la oposición para resolver la crisis y que, de antemano, se sabe debe darse con unas elecciones libres y justas.  A comienzos de semana anunció el alivio de una prohibición sobre la exportación de algunos combustibles a Venezuela, específicamente de gas licuado, que se utiliza para cocinar y ratificó su disposición a revisar el régimen de sanciones si hay un real cambio de comportamiento. Y a fe que ello ocurrió estos días, pero al contrario ya que a un nuevo hostigamiento contra el reconocido presidente interino Juan Guaidó se sumó la detención del líder opositor Freddy Guevara, a quien la Fiscalía ordenó detención preventiva imputándole los delitos de “terrorismo” y “traición a la patria”. La Casa Blanca exigió su inmediata liberación y, a través del portavoz del Departamento de Estado, Ned Price dijo que “estos actos reprobables son incompatibles con los esfuerzos por crear condiciones para negociaciones integrales entre la oposición venezolana y el régimen de Nicolás Maduro para resolver la crisis de Venezuela". Es por ello que ahora la instalación de una mesa de diálogo que tendría como sede México, tal cual lo reconoció Maduro, es una posibilidad que se difumina.

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4. Sin visa a EU, 100 ‘nicas’. Al estimar que son cómplices de la campaña del gobierno de Daniel Ortega contra la oposición, que se ha materializado en una dura legislación y el arresto de 26 opositores políticos y activistas por la democracia, Estados Unidos bloqueó a un centenar de legisladores y funcionarios del sistema judicial de ese país y sus familias.  Los que están en esta lista negra, según el Departamento de Estado de EU, "presumiblemente son responsables o cómplices de socavar la democracia, incluidos aquellos con responsabilidad o complicidad en la represión de protestas pacíficas o el abuso de los derechos humanos". También aquellos que han apoyado las nuevas leyes "represivas" utilizadas para restringir la libertad de expresión, la disidencia y la participación en el proceso político. Informó esa dependencia que “Estados Unidos continuará utilizando las herramientas diplomáticas y económicas a nuestra disposición para impulsar la liberación de los presos políticos y apoyar los llamados de los nicaragüenses a una mayor libertad, responsabilidad y elecciones libres y justas".

5. Migración desde Guatemala. Ante la cantidad de migrantes detenidos al intentar ingresar ilegalmente a Estados Unidos desde México, cifra que aumentó 4,5% en junio, a pesar de las predicciones de un descenso en las llegadas debido a las altas temperaturas del verano boreal, el gobierno Biden ha emprendido una ofensiva con la visita de altos funcionarios al llamado Triángulo del Norte conformado por Guatemala, Honduras y Nicaragua. El secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, estuvo en Ciudad de Guatemala donde inauguró un centro de recepción de retornados guatemaltecos de Estados Unidos, en donde recibirán capacitación y la oportunidad de tener un trabajo digno. La elevada llegada de personas irregularmente al país es un tema que comienza a centrarse en la agenda Biden por estar en constante ascenso. Un solo dato: 188.829 personas fueron interceptadas al querer cruzar la frontera sur estadounidense sin un documento oficial de viaje en junio, mientras que en mayo fueron 180.641 de mayo y hace un año, 33 mil.