¿Es contraproducente para A. Latina aislarse de Ucrania? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Sábado, 11 de Marzo de 2023
Pablo Uribe Ruan

LA POSICIÓN de América Latina frente a la guerra en Ucrania ha sido inequívoca. Con excepciones como Venezuela, que apoyó abiertamente e Rusia, y uno que otro asomo a favor de Kiev, los países de la región han preferido evitar el apoyo directo a uno u otro bando en un conflicto que ya cumple más de un año.

Neutral o no-alineada, esta posición ha sido reiterada por Lima, Bogotá, Buenos Aires o México, donde gobiernan mandatarios de izquierda.

No parece, sin embargo, por los anuncios extemporáneos de cada país, que esta coincidencia, o mejor, que los gobiernos de izquierda, y algunos de derecha, hayan decidido adoptar una posición conjunta a través de una declaración oficial en una organización regional, como la recién refundada Unasur o la Celac.

El silencio o el no involucramiento de América Latina en la guerra de Ucrania muestra, de un lado, que las posiciones diplomáticas en la región no se expresan a través de declaraciones conjuntas y oficiales que se anuncian en las organizaciones multilaterales y que, del otro, existe, sin embargo, una coincidencia interpretativa sobre el conflicto que tiene sus implicaciones geopolíticas, para bien y para mal.

 

¿Integracionismo?

La coincidencia ideológica no tiene una correlación directa con la integración regional. En la era de Hugo Chávez, Michele Bachelet y Luiz Inácio Lula da Silva, Unasur se volvió la organización predilecta para reunir intereses políticos y de integración, pero fue diluyéndose en medio de la falta de posturas integracionistas compartidas por todos los miembros.

Inevitablemente, las posiciones ideológicas han marcado un camino deseable en el multilateralismo, se trata de coincidencias que ayudan, pero no son obligatorias para su efectividad. En la región, se ha creído que sin compartir las mismas ideas políticas la integración regional resulta un sueño pasajero, como el que vivió Rómulo Betancur, deseoso de una integración liberal que nunca se dio.

En realidad, la integración, como lo explica Andrés Malamud, investigador experto en América Latina, va más allá de la homogeneidad ideológica y resulta efectiva cuando los países logran coincidir en una serie de asuntos, en una homogeneidad de criterios. No son las posiciones ideológicas, sino las bases en las que deben coincidir o, mejor, tener una visión homogénea.

¿Para Alberto Fernández, de Argentina, los desafíos en seguridad local y transfronterizos coinciden con los de la peruana Dina Boluarte? ¿Tiene Guillermo Lasso, de Ecuador, la misma noción que el chileno Gabriel Boric sobre comercio internacional y regional?

Cada uno de estos mandatarios aparentemente tienen su propia interpretación de la seguridad y el comercio, y muchas veces ni siquiera coinciden en la necesidad de tener un bloque común, por ejemplo, para enfrentar los desafíos en seguridad.

Los problemas en seguridad han estado asociados con la parte norte de Suramérica: Colombia, algo Perú y, ahora, Venezuela. Aunque bajo regímenes autoritarios y luego democráticos, en el sur la seguridad no parecía un problema del tamaño del de los países del norte.

Se olvidó, por mucho tiempo, que el crimen organizado es trasnacional y regional, y afecta a los países involucrados tanto en la cadena de producción de estupefacientes y minería ilegal (Colombia, Perú y Venezuela), como a los distribuidos y compradores, como Argentina y Chile.

En los últimos dos países los altos índices de inseguridad se explican parcialmente por el auge de estructuras organizadas que controlan las economías ilegales en ciudades con altos niveles de criminalidad como Rosario, Argentina, y Antofagasta, Chile. La seguridad, sin embargo, es uno de muchos temas que deben ser abordados bajo una serie de criterios compartidos.



Europa

Vista siempre como referente en temas de integracionismo, la historia de la Unión Europea muestra que los países en su momento coincidieron en la creación de un mercado común que compartiese una misma moneda y las mismas fronteras.

Semejante apuesta exigió miles de reuniones en Bruselas y una guerra mundial, pero ante todo la inteligencia de los actores políticos europeos de entender el rol de Europa en un orden mundial que ya veía venir el ascenso de China como la gran superpotencia que iba a rivalizar con Estados Unidos.

Lejos de tener las misma capacidad económica, política y militar, América Latina está empezando, una vez más, a construir posibles modelos de integración con base en la coincidencia ideológica, olvidando que las bases de la integración requieren más que eso.

Bajo un silencio abrumador, la región comparte, casi que inequívocamente, la postura del aislacionismo frente a la guerra de Ucrania. Esta posición parece conveniente si se mide el poco interés que genera este país del este de Europa en la región, pero deja de lado un aspecto importante: los aliados y el interés de estos para cooperar en la región siempre y cuando haya intereses recíprocos.

Hace un mes, los encargados de liderar la guerra en el frente ucraniano pidieron a seis países de latinoamericanos -entre ellos Colombia- que donaran el arsenal militar ruso. Laura Richardson, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, hizo tal solicitud, que fue respuesta con un no rotundo por parte de todos los países.

En su derecho, estos seis países, y otros que comparten la misma postura, han apostado por permanecer alejados de la guerra de Ucrania y fijar una posición neutral. Se parece, en perspectiva, a la que ha asumido China.

Olvidan que China tiene su propio peso, es el segundo actor más determinante del orden y el sistema mundial. En cambio, América Latina busca, en esa búsqueda incesante que la ha llevado a oponerse al imperialismo o darle todo a él, ser tenida más en cuenta, pesar un poco más.

Parece necesario para ello primero ordenar las organizaciones multilaterales a nivel regional.

Y entender, de una vez por todas, que la integración no se hace con ideología, sino bajo valores e intereses comunes. 

*MPhill en la Universidad de Oxford

 @UribeRuan