Escenarios políticos de Cataluña para formar gobierno | El Nuevo Siglo
ES HORA de decidir en un referendo la autodeterminación de Cataluña, fue el mensaje que envió el líder de la izquierda republicana Peré Aragonés al jefe de gobierno español./
Foto archivo Europa Press
Martes, 16 de Febrero de 2021
Redacción internacional

¿Quién tiene la llave del poder en Cataluña? Esa es la pregunta que desde la noche del domingo planea en esa rica región española tras cumplirse las elecciones regionales que evidenciaron, como desde hace una década, una sociedad polarizada.

Los resultados electorales del llamado 14-F tienen muchas interpretaciones según el ángulo que se le miren y, más, de acuerdo con los intereses de cada partido o formación política. Sin embargo hay conclusiones claras e irrefutables como: la marcada abstención (53%) pese a que podían ir a votar hasta los enfermos de covid; el mayor apoyo de la jornada para los socialistas (23%), la debacle de Ciudadanos, Cs, en su feudo (pasó de 36 diputados a seis), el repunte de la formación de derecha Vox (logró 11 curules) y la amplia posibilidad de coaliciones para formar gobierno.

En estas elecciones fueron atípicas no solo por la pandemia del covid-19, sino porque no se presentaron grandes coaliciones como tampoco tuvieron un carácter plebiscitario tan marcado como en ocasiones anteriores. Así, se presentaron 9 candidaturas a la Generalitat (sistema institucional en que se organiza políticamente esta comunidad autónoma) donde se realiza una votación general por éstas al tiempo que por las curules al Parlamento.

Estos fueron la izquierda con los socialistas del PSC con Salvador Illa, En Comun Podem con Jesica Albrachi; Esguerra Republicana de Cataluña (ERC) con Peré Aragonés; Juntos x Cataluña, con Laura Borrás; CUP con Dolores Sabater y PdeCat con Angels Chacón (estas cuatro últimas independentistas en todos sus matices desde los más radicales hasta los moderados) y las formaciones de derecha Partido Popular (PP), con Alejandro Fernández; Ciudadanos con Carlos Carrizosa y Vox con Ignacio Garriga.



Conocido el escrutinio total de la jornada se ve con preocupación que de los 4.392.000 votantes de hace cuatro años haya caído la participación a 2.692.000 y estos son los hechos evidentes tras la misma:

1. Más votados pero con improbable gobierno. La apuesta del jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, de sacar del Minsalud a quien enfrentó los meses más críticos de la pandemia, Salvador Illa, no resultó como esperaba. Si bien tuvo el 23% de los apoyos (algo más de 651 mil votos), lo que le representó 33 escaños (aumentando su cuota en 16 frente a los que tenía), recuperaron el cinturón metropolitano al tiempo que se impusieron en Barcelona, es el que menor chance tiene de formar gobierno. Una posible  coalición de izquierdas con los republicanos del ERC y su socio minoritario en Madrid, los comunes de Podemos ya fue descartada. Sin embargo Illa ha insistido en dicha posibilidad y se presentará a una investidura por considerar que por convicción y coherencia” y tras empatar en número de escaños con los republicanos, buscará acercamientos con todos los partidos políticos exceptuando a la derecha radical de Vox. Su mensaje de que amnistía y autodeterminación no son horizontes realizables, de entrada lo aleja de los independentistas moderados que dirige Peré Aragonés.

2. Trampa del 50% del voto  ‘indepe”. La lectura que también se ha dado a estar elecciones es que el independentismo catalán no solo salió reforzado sino que tuvo un gran repunte. Sin embargo, la arimética nos muestra que para poder reclamar ese porcentaje hay que sumar la votación de toda la izquierda, desde los socialistas hasta las pequeñas formaciones y se deber recordar que en esta franja no todos tienen como bandera la separación de España a través de una declaración unilateral. Es decir, los matices van desde esta última enarbolada por las pequeñas formaciones PdeCat y Primaries, hasta la moderada posición del republicano ERC. Inclusive su líder, Aragonés, ya se mostró a favor de la realización de un referendo por la autodeterminación. En el Parlamento conformado por 135 curules, pasaron de  70 a 74 escaños, superando la mayoría absoluta, pero ello implica que actuaran como un bloque unido, lo que es casi imposible.

3. Repetir la coalición. Antes que buscar un gobierno unido de la izquierda, que representaría un  acuerdo programático entre los diversos matices (socialistas, republicanos, comunes, Juntos x Cataluña y las otras tres pequeñas formaciones, que son más radicales), Aragonés que es el mejor perfilado para formar un nuevo gobierno podría repetir la actual alianza gobernante con los abierto separatistas Juntos x Cataluña.  De esta forma sumaría 65, pero tiene más que seguros otros 9 con la izquierda radical CUP lo que le daría la mayoría. La apuesta de este líder es alcanzar en total 82 bancas en el Parlamento si logra, con alta probabilidad, el apoyo de los izquierdistas de en Común Podem. En su mira no están los socialistas porque ha dicho “ellos y nosotros los republicanos somos como el aceite y el agua”.

4. Gobierno de radicales separatistas. Si bien Juntos x Cataluña tiene una curul menos que los del ERC, podría aupar el apoyo de los de Podemos regional y hasta convencer al CUP pero no le alcanzaría para presentar investidura. No tendría el apoyo de los socialistas por sus concepciones diametralmente opuestas sobre sus ideas independentistas.

5. Golpe abstencionista. Por razones que pueden ir desde el hartazgo ciudadano con los políticos tras una década de bloqueo y la lluviosa jornada hasta la pandemia del coronavirus, la participación en estas elecciones catalanas registró una caída de 25 puntos frente a la del 2017, que tuvo un máximo histórico de 81%. Analistas señalan que quienes no fueron a sufragar fueron particularmente los votantes de derecha (PP, Vox y Ciudadanos), los llamados constitucionalistas sumados al Psoe. Así las fuerzas independentistas (JxC, ERC, la CUP y el PdeCat) lograron sumar un poco más del 50% de los votos, sacando 10 puntos de diferencia al bloque antes mencionado.

6. Debacle de Ciudadanos. Precisamente a esa baja participación de los electores constitucionalistas atribuyó Inés Arrimadas, la presidenta de Ciudadanos que este partido de derecha que hace cuatro años fue el más votado y logró 36 escaños, en esta ocasión solo 6. Hizo ‘mea culpa’ por no lograr convencer a su electorado de acudir a las urnas e insistió en que por una “por una cuestión de salud y porque sabíamos que la baja participación desmoviliza al constitucionalismo", debimos cambiar la estrategia. Por los resultados se puede evidenciar también que muchos de los votantes del Cs dividieron sus apoyos entre los socialistas y Vox.

7. El repunte de Vox. El único partido de derecha que tuvo un positivo balance en la jornada catalana fue Vox que irrumpió en el Parlamento con 11 diputados, 217.371 votos (7,69%). El presidente de esta formación, Santiago Abascal, ha dicho que prevé que se acentúe un "desbordamiento del orden constitucional" en Cataluña tras el repunte del independentismo en el Parlamento, pero que su formación realizará una oposición contundente que aunque no logre victorias va a ser muy ‘audible’. Dijo que es obvio que los socialistas los hayan excluido de una posible coalición porque éstos “han elegido sus socios entre la izquierda y el independentismo”. Se presume que el ascenso de esta derecha radical se dio gracias al apoyo de electores del Cs pero sobre todo de los del PP que no levantó cabeza en la región y perdió uno de los cuatro escaños que tenía.

8. Ascenso de la CUP. Esta minoritaria formación izquierdista y separatista logró 9 diputados con tan solo el 6.68% de los votos, cuatro escaños más de los obtenidos en 2017. Ello representa no solo más respaldo al independentismo sino que tiene la llave para que el mismo se proclame como la mayoría parlamentaria. Su candidata Dolors Sabaters hace contactos con los ‘comunes’ (8 escaños) para ser las claves en un eventual gobierno con los moderados de Aragonés, pero éstos ya dieron su rotundo no.