Extremos dominan las elecciones en Brasil | El Nuevo Siglo
AFP
Martes, 2 de Octubre de 2018
Redacción internacional
Bolsonaro encabeza los sondeos con 31% seguido de Haddad, con 21%. El domingo parece que estos dos irán a segunda vuelta

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FALTAN cinco días para la primera vuelta presidencial en Brasil. El panorama, incierto durante varias semanas, ahora se empieza aclarar. Jair Bolsonaro y Fernando Haddad encabezan las encuestas y todo parece indicar que, salvo que pase algo extraordinario, disputarán la segunda vuelta en un país cada vez más dividido.

Un candidato, Geraldo Alckim, conocido por ser el representante de la élite, ha definido este momento preelectoral. “La mitad de la población no quiere ni radicales de derecha (por Bolsonaro) ni de izquierdas (por Haddad)”, ha dicho. Pero su llamado a la moderación parece ir en contravía de lo que han demostrado en las encuestas los brasileros: los extremos.

Este domingo se celebrarán las elecciones más importantes de la región por número de votantes y tamaño del país. Brasil tiene registradas 80 millones de personas para acudir a las urnas y sufragar en un momento tan raro como el de la transición a la democracia, en 1984.

Positivos y negativos

La gente, por un lado, está hastiada de la política tras el escándalo de “Lava Jato” que tiene al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en la cárcel y a parte importante de la clase dirigente investigada. Pero, del otro lado, se quiere revancha. Esa sensación hace que se opte por un outsider de pasado militar y polémica trayectoria política o se incline por el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), para vengar lo que parte de la izquierda brasileña llama una sistemática persecución contra sus líderes más emblemáticos, Lula y Dilma Rousseff.

Encabezando los sondeos desde hace dos meses, Bolsonaro logró llegar esta semana al 31% de intención de voto. Es su mejor índice en las encuestas, momento que llega a tan solo cinco días de los comicios. El atentado en su contra hace tres semanas parece haberle ayudado.

Los analistas dicen que es impensable que alguno de los favoritos logre más del 50% de los votos

Desde entonces, ha subido tres puntos pese a no haber asistido a ningún debate por su convalecencia tras la puñalada que sufrió en Mina Gerais (sur de Brasil). Esa base electoral parece inamovible y es parte de un fenómeno radicalizado de votantes que antes se inclinaban por la centro-derecha del Partido Social Demócrata fundada por Fernando Henrique Cardozo y ahora, tras el mal gobierno de Michel Temer, quien hace parte de esta colectividad, han decidido volcarse por la opción más radical.

Pese a tener un candidato más moderado como Alckim, parte del electorado brasileño ha decidido irse por Bolsonaro. Esto refleja que, como estiman algunos analistas, el discurso moderado de la derecha ha perdido fuerza luego de tres gobiernos de izquierda. A tal punto que, como el mismo candidato ha dicho, algunos (muy pocos) aún reivindican la dictadura militar como forma para bloquear al socialismo.

La intención de voto por Bolsonaro no es el único que sube. Su imagen negativa ha escalado al 44%, demostrando que en una eventual segunda vuelta tendrá que morigerar su discurso, si quiere lograr parte del voto moderado.

Otro que sube es Fernando Haddad, el candidato de Lula. Desconocido hace tres semanas, hoy ha llegado al 21% en los sondeos, convirtiéndose en una opción real para que el PT vuelva al poder.

Haddad ha aprovechado la ausencia de Bolsonaro en los debates para evitar el choque y venderse como un académico con un perfil técnico y mesurado. Hasta el momento, le ha servido, sacándole una ventaja de 10 puntos a Ciro Gomes, el otro candidato de la izquierda con Marina Silva, que en un momento llegó al segundo puesto en los sondeos.

Dicen, en Brasil, que el PT ha sabido llegar al poder por su capacidad para el marketing político. Esta vez no ha sido la excepción. Aprovechando lo caricaturesco que puede llegar a ser Bolsonaro, el partido ha lanzado una campaña denominada Ele não (Él no) que busca generar rechazo contra el exmilitar por sus políticas reaccionarias.

Esta semana, sin embargo, Haddad ha enfrentado, como su rival, una mala noticia: su impopularidad es mayor que el apoyo que recibe. Según las últimas mediciones, el socialista es rechazado por el 38% de los brasileños. Lo que indica que tanto él como Bolsonaro generan más repudio que apoyo.

Los otros candidatos, ubicados en la centro-izquierda o derecha, no han despegado. Además de Gomes, Silva tampoco supera el 10% de la intención de voto, pese haber sonado como la posible sucesora de Lula. Alckim aparece más abajo que ella.

Otros jugadores

No solo los aspirantes al Palacio de Planalto han sido determinantes en esta elección. Aparte de la animadversión que genera en el electorado la peor recesión de la historia de Brasil, el juez Sergio Moro, conocido por destapar el escándalo de ‘Lava Jato’, ha empezado a jugar un rol determinante.

El fin de semana, en una decisión sorpresiva, anunció que levantaba el secreto de sumario en la declaración hecha por António Palocci, exministro de Hacienda de Lula. Condenado por numerosos hechos de corrupción, el ex funcionario ha dicho que el 90% de las medidas parlamentarias durante los gobierno de Lula y Rousseff fueron aprobadas gracias a sobornos.

Los analistas dicen que es impensable que alguno de los favoritos logre más del 50% de los votos. Por tanto, es muy posible que a partir de lunes comiencen 20 días de cara a la segunda vuelta en un país contagiado por la crisis económica y la polarización.

En una eventual segunda vuelta, unos sondeos han dicho que Haddad le ganaría a Bolsonaro, mientras que otros han mostrado un empate con el 42% de los votos, un escenario complejo si se tiene en cuenta que Bolsonaro dijo la semana pasada que no “aceptaría una derrota en las urnas”.