Por recibir presuntos dineros de las Farc para financiar su campaña presidencial en 2006, el Presidente de Ecuador ordenó abrir una investigación contra Rafael Correa. En la misma entrevista, con RCN, también suspendió la mesa de diálogos en Quito entre el ELN y el Gobierno colombiano
____________
LAS diferencias entre el actual presidente, Lenín Moreno, y su antecesor, Rafael Correa, van en aumento y no se vislumbra que haya siquiera un acercamiento para limar asperezas. Ayer el Mandatario ordenó investigar si hubo aportes de las Farc a la campaña 2006 de su predecesor.
Lo que inició como una diferencia, que para muchos ecuatorianos no era más que una “pantomima” que tenía como fin demostrar que la única alternativa que tenían para gobernar al país era Rafael Correa, se convirtió en una pelea irreconciliable.
A las distancias marcadas por el actual mandatario, Lenín Moreno -cuando separó del cargo al vicepresidente y protegido por Correa, Jorge Glas-, se sumó ayer el anuncio que hizo al dar a conocer su decisión de no continuar como garante de los diálogos de paz entre el Gobierno nacional y el Eln en una entrevista con el Canal RCN.
Al ser preguntado sobre la ex guerrilla -ahora convertida en partido político-, dijo que ordenó “abrir una investigación a la campaña del expresidente Rafael Correa por presuntamente haber recibido dinero de las Farc”.
Justificó esta investigación señalando que “hace un momento, acabo de ver un video en el cual un testigo, de estos protegidos, dice que las Farc entregaba dinero a las campañas del expresidente Correa”.
Añadió que ha tenido información sobre la manera en la que ha venido trabajando la guerrilla de las Farc después de la firma de la paz con el presidente Santos.
“Escuché un criterio de que no ha habido tal fraccionamiento de las Farc. De que las Farc conservan un brazo armado y un brazo de financiación (…) habrá que comprobarlo”, puntualizó Moreno.
Al cierre de esta edición, el exmandatario no se había pronunciado sobre lo dicho por Moreno, quien fuera su vicepresidente y a quien respaldó durante la campaña que lo llevó al Palacio de Carondelet.
Sin embargo, desde que Moreno asumió y Correa partió a Bélgica, el expresidente ha librado una dura batalla con su sucesor a través de Twitter, a quien sus seguidores han llegado hasta llamar traidor y de quien dicen, “es el Santos ecuatoriano”, recordando que en nuestro país sucedió algo similar entre el actual Jefe de Estado y el ahora senador Álvaro Uribe.
Ruptura
Las grietas en la relación entre los dos dirigentes políticos comenzaron con las decisiones que tomó Moreno y que le permitieron tener las mayorías en el Congreso. Se profundizaron cuando se abrió la investigación en contra de su vicepresidente, Jorge Glas, y se pensó que se había llegado al límite pero no fue así.
Moreno separó del cargo a Glas, protegido de Correa, y siempre expresó su respaldo a que fuera procesado por el escándalo de Odebrecht hasta llevarlo a prisión. Recientemente, Moreno dijo una frase que estremeció a los pobladores de su país: “en Ecuador no tenemos presidentes presos, pero no perdemos la esperanza”.
A juicio del mandatario ecuatoriano, en declaraciones a NTN24, “en el periodo anterior parece haber habido bastante permisividad. Me parece un acuerdo tácito de no molestarse mutuamente”, en referencia a la presunta relación del expresidente con las Farc. “No se olvide que en este momento hay un Vicepresidente preso”.
Visiblemente golpeado por lo ocurrido con los tres integrantes del diario El Comercio, Moreno dijo que su gobierno cree que la desmovilizada guerrilla colombiana (FARC) aún se mantiene como organización al margen de la ley. “Escuché un criterio de que no ha habido tal fraccionamiento de las Farc. De que las Farc conservan un brazo armado y un brazo de financiación (…) habrá que comprobarlo”, manifestó.
2008: primera acusación
Distanciado de las bases de su partido Alianza País, tras haber perdido el referendo que buscaba la posibilidad de ser reelegido, Rafael Correa nuevamente es acusado de su presunta relación con las Farc.
En 2008, durante la Cumbre del Grupo de Río, en Santo Domingo, el entonces presidente de Colombia, Álvaro Uribe, lo acusó de tener una “posición benigna” con la exguerrilla que “contrastaba con su enérgica condena del paramilitarismo”.
“Gobiernos anteriores al presidente Correa no generaron sospechas de favorecer a la guerrilla colombiana que cruzaba la frontera", advirtió luego, y apuntó: "nuestras relaciones con los presidentes (Gustavo) Noboa, (Lucio) Gutiérrez y (Alfredo) Palacio fueron muy buenas”, declaró el exmandatario de Colombia.
Ese día, marcado por el rompimiento de relaciones bilaterales entre Colombia y Ecuador tras el bombardeo al exjefe guerrillero, Raúl Reyes, en la frontera ecuatoriana, Correa negó cualquier vínculo con la guerrilla y dijo que “en nombre de los soldados y campesinos ecuatorianos rechazo que haya habido una colaboración con las FARC”.
Desde entonces, Correa ha negado cualquier relación con la exguerrilla y ha ratificado que, como concluyeron las autoridades judiciales de su país, el video ni los documentos demuestran una conexión entre la guerrilla y el mandatario.
Ayer, después de la entrevista de Moreno, el expresidente, por twitter, lo acusó “de inepto”. “¿Se habrá enterado que también fue SU campaña? ¡Hasta para eso es inepto! Ya no engaña a nadie con sus cortinas de humo”.
Una vez más, Colombia y la exguerrilla de las Farc vuelven a estar en el centro de debate entre Moreno y Correa, dos enemigos que, a pesar de la derrota del segundo en el referendo, siguen lanzándose consignas de lado y lado, dejando claro que éste es un capítulo de una pelea política que seguirá los próximos años.