UNA ley que prohíbe el aborto después de seis semanas de embarazo, una de las más restrictivas de Estados Unidos, entró en vigor ayer en Florida, en lo que el presidente Joe Biden calificó como una "pesadilla" impulsada por su rival y predecesor Donald Trump.
"Hoy, una prohibición extremista del aborto entra en vigor en Florida, vetando el aborto incluso antes de que numerosas mujeres sepan que están embarazadas", declaró Biden en un comunicado.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, visitó ayer Florida, un estado gobernado por los republicanos, donde pronunció un discurso criticando a Trump y defendiendo, como es la línea de los republicanos, la interrupción voluntaria del embarazo en cualquier momento, con el argumento del ‘derecho’ de la mujer sobre su salud sexual y reproductiva.
Biden, de 81 años, ya viajó la semana pasada a este estado del sureste, uno de los más poblados del país, que votó en su mayoría por Trump en las dos últimas elecciones presidenciales.
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Los demócratas intentan convertir el aborto en uno de los temas principales de los comicios de noviembre, con la esperanza de que les dará votos contra Trump, de 77 años.
Bajo la dirección del gobernador Ron DeSantis, excandidado a la investidura republicana, Florida ha reducido el plazo legal para abortar en dos ocasiones: primero de 24 a 15 semanas de embarazo y luego hasta las seis semanas, sin excepciones por violación ni incesto.
Antes del miércoles, el estado servía de refugio para numerosas mujeres del sureste de Estados Unidos, una región donde las restricciones contra el aborto se han multiplicado desde que la Corte Suprema anuló el fallo "Roe v. Wade", que garantizaba a nivel federal el derecho a la interrupción del embarazo.
Harris, la primera mujer en ocupar la vicepresidencia del país, ha multiplicado en los últimos meses las declaraciones sobre este asunto.
En el discurso de ayer en Jacksonville, calificó las restricciones en Florida y en otros 20 estados de "prohibiciones de abortar de Trump".
También criticó a Trump por lo que dijo en la entrevista a la revista Time -publicada el martes- en el sentido de que los estados podrían vigilar los embarazos de las mujeres para ver si han abortado a pesar de la prohibición.
"Bajo Donald Trump, sería normal que las mujeres fueran vigiladas y castigadas por el Gobierno", sostuvo Harris en Jacksonville. "Joe Biden y yo tenemos un punto de vista diferente: creemos que ningún político electo debe interponerse entre una mujer y un médico".
En la mencionada entrevista se le preguntó al candidato presidencial republicano si vetaría una ley federal que restrinja el aborto y contestó: "No tengo que vetarla porque ahora todo vuelve a los estados", haciendo referencia a la sentencia de Corte Suprema de 2022 que puso fin a la protección federal del derecho al aborto y devolvió esa competencia a los gobiernos estatales.
Con los viajes de Biden y Harris a Florida, los demócratas llevan la cuestión del derecho al aborto al bastión de Trump, que pasa la mayor parte del tiempo en su residencia de Mar-a-Lago, en el sureste del estado.
DeSantis aprobó el plazo de las seis semanas para abortar en abril de 2023, pero su aplicación se aplazó hasta ahora porque varias organizaciones denunciaron la medida al alegar que infringía unas leyes estatales sobre privacidad.
La Corte Suprema floridana desestimó esa denuncia hace un mes, permitiendo la entrada en vigor de la ley este miércoles.
El alto tribunal aceptó, sin embargo, el mismo día que los electores decidan en noviembre si revierten las restricciones al aborto impuestas por el gobierno de DeSantis.
Cuando acudan a votar en las presidenciales de noviembre, los floridanos se pronunciarán también sobre una enmienda para garantizar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Para que el texto se apruebe, deberá contar con un 60% de votos a favor./Resumen AFP