Kim Jong Un fue recibido con gran pompa en Pekín en su primera visita -secreta- a China, una señal de la voluntad de acercamiento entre los dos aliados históricos antes de la cumbre prevista entre el dirigente norcoreano y el presidente estadounidense Donald Trump.
Para su primer desplazamiento al extranjero desde que asumió el poder a finales de 2011, Kim y su esposa asistieron a una ceremonia solemne y a un banquete ofrecido en su honor en el Gran Palacio del Pueblo en la plaza Tiananmen.
Tras un día y medio de incertidumbre, la agencia de prensa oficial china Xinhua confirmó el miércoles de madrugada la visita de Kim Jong Un a Pekín cuando éste ya había regresado a su país en tren. Una visita que duró de domingo a miércoles.
"Sin duda, mi primera visita al extranjero [debía ser] a la capital china", dijo Kim, según unas declaraciones difundidas por la agencia de prensa oficial norcoreana KCNA. "Es mi deber solemne", agregó.
Según Xinhua, Kim se declaró dispuesto a reunirse con el presidente Trump tras varios meses de amenazas mutuas entre ambos países por el programa nuclear norcoreano que hicieron temer un conflicto.
Esta cumbre fue anunciada por fuentes surcoreanas y estadounidenses, pero no había sido confirmada por ninguna fuente norcoreana. Según Seúl, la reunión podría celebrarse a finales de mayo, aunque no se han anunciado todavía ni el lugar ni la fecha exacta del encuentro.
'Buena voluntad'
El líder norcoreano, que en los últimos años llevó a cabo una serie de ensayos nucleares y disparos de misiles capaces de alcanzar Estados Unidos, se pronunció además a favor de la desnuclearización de la península coreana.
"Nuestra posición constante es estar comprometidos a favor de la desnuclearización de la península coreana, conforme a la voluntad del expresidente Kim Il Sung y del ex secretario general Kim Jong Il", predecesores y abuelo y padre respectivamente de Kim Jong Un, informó la agencia china.
Esta cuestión "puede resolverse si Corea del Sur y Estados Unidos responden a nuestros esfuerzos dando muestras de buena voluntad", agregó el dirigente norcoreano.
Corea del Sur informó el mes pasado de que Pyongyang estaría dispuesta a abandonar su programa nuclear a cambio de garantías estadounidenses en materia de seguridad. Sus ensayos nucleares y balísticos están suspendidos.
En Washington, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, reveló que Trump recibió un mensaje de Xi Jinping sobre sus reuniones con Kim.
"Vemos esta evolución como una nueva prueba de que nuestra campaña de máxima presión está creando el ambiente apropiado para un diálogo con Corea del Norte", declaró con satisfacción.
Kim, en traje Mao
La televisión pública china CCTV difundió imágenes de Kim y Xi estrechándose la mano frente a las banderas de ambos países, acompañados de sus esposas. El jefe de Estado chino y su invitado, vestido con traje Mao de color gris oscuro, escucharon los himnos de ambos países y pasaron revista a las tropas.
La visita fue revelada el lunes por la noche por medios japoneses, que señalaron que un alto dirigente norcoreano había llegado en tren a Pekín, sin poder afirmar con seguridad si se trataba de Kim Jong Un.
En ese momento, los medios de comunicación chinos no confirmaron la noticia, esperando probablemente a que Kim regresara a su país.
"Mantuve conversaciones exitosas con Xi Jinping sobre las relaciones entre los dos partidos y los dos países, nuestras respectivas situaciones internas, el mantenimiento de la paz y la estabilidad en la península coreana y otros asuntos", declaró Kim Jong Un durante el banquete, según Xinhua.
Por su parte, Xi Jinping alabó la amistad entre ambos países, forjada durante la guerra de Corea (1950-1953).
"Es una elección estratégica y la única buena elección posible entre ambos países en base a la historia y la realidad", declaró. Xi aceptó una invitación para visitar Corea del Norte, según la agencia norcoreana KCNA.
La visita del dirigente norcoreano a Pekín constituye un espaldarazo para la diplomacia china, que pudo parecer marginada cuando se anunció la cumbre de Kim y Trump.
El líder norcoreano no se había reunido con el presidente chino desde que sucediera a su padre, Kim Jong Il, hace seis años.
En los últimos años, las relaciones bilaterales se habían tensado a causa del creciente apoyo de Pekín a las sanciones económicas de la ONU, destinadas a poner freno a los programas balístico y nuclear de Pyongyang.
Antes de su encuentro con Donald Trump, Kim Jong Un prevé reunirse también con el presidente surcoreano Moon Jae-in a finales de abril en al zona desmilitarizada que separa ambos países.