Guerra en Ucrania, piedra en el zapato de Europa-Celac | El Nuevo Siglo
Foto: AFP
Lunes, 17 de Julio de 2023
Redacción internacional con Europa Press

EL OBJETIVO de convertirse en punto de partida para una mayor y eficaz cooperación en el reencuentro de la Unión Europea y la Comunidad de Estados latinoamericanos y Caribeños (Celac) amenaza con naufragar por tres hechos tan puntuales como trascendentales: una condena a la invasión rusa de Ucrania, al legal colonial europeo y las exigencias medioambientales que tienen trabado el acuerdo con Mercosur.

Si bien este último no forma parte de la agenda de esta cumbre que se realiza desde ayer en Bruselas, el discurso y el tono empleado por alguno de los mandatarios de ese mercado común, como el brasileño Luis Inácio Lula da Silva y el argentino Alberto Fernández, subieron la ya de por sí alta tensión con los representantes europeos.

"Queremos asegurar una relación comercial justa, sustantiva e inclusiva. La conclusión del acuerdo Mercosur-UE es una prioridad y debe estar basada en la confianza mutua, no en amenazas", sostuvo el mandatario brasileño,mientras que su par argentino aseguró que “las relaciones entre ambos continentes deben regirse por un equilibrio porque en caso contrario "deja de ser un acuerdo y empieza a ser una burla" y por ello debe construirse un eje conómico que "no se someta a la nueva bipolaridad" entre Estados Unidos y China.

Los temas que amenazan con descarrilar la declaración final y empañar la primera cumbre entre ambas regiones desde 2015, son condena a la guerra en Ucrania y que se admita el “legado histórico de la esclavitud” con el que se pretende exigir justicia y reparación.

Las negociaciones son intensas en ese sentido y el optimismo moderado. Por ello los discursos motivantes como el del español Pedro Sánchez que en su calidad de presidente de la UE, recordó que debe gestarse una relación estrecha porque “es mucho más lo que nos une", el ‘mea culpa’ del premier neerlandés, Mark Rutte, señalando que Europa ha pecado de "arrogancia" en sus relaciones con  Latinoamérica o del  Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, quien sostuvo llegó el momento para que las dos regiones “se cojan de la mano y enfrente juntas problemas globales".

"Hoy más que nunca es preciso renovar nuestra común confianza" en el multilateralismo, "singularmente en la resolución pacífica de los conflictos, en los principios de Naciones Unidas, en la protección de los Derechos Humanos, en el respeto a la integridad territorial de los Estados, en la libertad de los pueblos", afirmó Sánchez, buscando con ello resaltar los puntos coincidentes con los países latinoamericanos y caribeños, ante las dificultades que enfrenta la declaración final de esta cita.

A ello se sumó el llamado del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a superar las diferencias que en los temas mencionados sostienen los bloques porque es “inaplazable abordar juntos los desafíos en la escena internacional”.

Pero esos deseos chocan con una realidad diferente ya que, como se sabe, varios países de la Celac evitaron condenar la invasión rusa al país vecino. Y, a diferencia de lo que ocurre en la Asamblea de Naciones Unidas donde se vota individualmente, la declaración de la cumbre debe ser por consenso (posición y lenguaje).

"Sabemos que hay distintas opiniones y sensibilidades, pero haremos todo lo posible para apoyar la idea de que una paz justa se basa en el respeto a principios de justicia y de la Carta de Naciones Unidas", sostuvo Michel, asegurando que “nadie quiere dar lecciones a nadie" y que las conversaciones con Iberoamérica y el Caribe se hace con "espíritu de respeto mutuo".

Por su parte Borrell confía en que europeos y latinoamericanos encuentren la forma de "decir lo que ya se ha dicho en Naciones Unidas. No espero más que eso, es repetir lo que ya hemos dicho”.

Por su lado, el premier belga, Alexander de Croo, ha incidido en que hay muchos puntos de acuerdo respecto a la guerra en Ucrania y ha defendido que la cumbre ofrece "una ocasión para hablar" y poder responder a algunas de las dudas y las preocupaciones "legítimas" que manifiestan los países latinoamericanos. Con todo, ha expuesto que "nadie invierte más en desarrollo ni en combatir el cambio climático" que los europeos.

Por lo que se refiere al acuerdo con Mercosur, ha reconocido que "no es fácil" llegar a acuerdos, en su opinión por la "tendencia de sobrecargarlos con muchas cuestiones" y que parece que aún hace falta más tiempo. No obstante, ha reiterado que "no porque sea difícil es imposible".

El otro frente de batalla que se vislumbra para el texto final es la petición del premier de San Vicente y Granadinas, presidente de turno de la Celac, Ralph Gonsalves, quien pide un pronunciamiento sobre el legado colonial, al tiempo que calificó como un “énfasis desproporcionado” el que los líderes de la Unión Europea ha dado a Ucrania en detrimento de otros conflictos internacionales, como “Haití, Haití, el pueblo palestino o los que enfrentan poblaciones de diversas partes de África, Oriente Medio y Asia”.

La UE y la Celac empezaron negociando una declaración más larga, pero las distintas sensibilidades complican la mención a Ucrania y han resultado en una declaración más escueta.



Inversión de USD 50.560 millones

Con el fin de convertir a la Unión Europea en un "socio preferente" para los 33 países miembros de la Celac y en un intento para frenar la cada vez mayor inversión de China en la región, ese bloque anunció una inversión de 45 mil millones de euros (50.600 millones de dólares) de aquí al 2027.

El anuncio lo hizo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señalando que se pondrán en marcha proyectos relacionados con nuevas tecnologías e industrias 'limpias'. Todos ellos enmarcados en 'Global Gateway', el programa de inversiones en el exterior de la UE.

"Ya hay más de 135 proyectos en trámite, desde hidrógeno limpio hasta materias primas críticas, desde la expansión de la red de datos de alto rendimiento hasta la producción de las vacunas de ARNm más avanzadas", sostuvo la funcionaria.

El listado de proyectos que busca hacer realidad la transición ecológica y digital justa a ambos lados del Atlántico se ha elaborado en estrecha colaboración con la presidencia española y constituye la base para futuros diálogos con los socios latinoamericanos y caribeños.

Entre las iniciativas más destacadas se encuentran el acuerdo de materias primas críticas -como el litio y otras- con Argentina y Chile), el de telecomunicaciones con Brasil o el energético con Paraguay.

En este sentido, Von der Leyen instó a aprovechar la cumbre para "dar forma a la agenda de inversión en beneficio de ambos continentes" a través de un "nuevo enfoque" para los grandes proyectos de infraestructura que tiene el ánimo de reforzar la creación de cadenas de valor locales.

Destacó, así mismo, que América Latina y el Caribe tienen el "potencial" de convertirse en una potencia mundial de energía renovable, además de apuntar que el siguiente "paso natural" es convertir esa energía en hidrógeno limpio, que tiene la ventaja de poder exportarse "fácilmente" a otros continentes al tiempo que puede impulsar nuevas industrias en el propio continente.

Por otro lado, subrayó la necesidad europea de acceder a materias primas críticas de otros proveedores para reducir su dependencia de terceros como China y, para reforzar esa idea de 'quid pro quo' entre ambos socios, dijo que, "a diferencia de otros inversionistas extranjeros", a la UE no solo le interesa invertir en la extracción pura de materias primas, sino que buscan asociarse con América Latina y el Caribe para desarrollar la capacidad local de producción, a lo que la UE contribuirá con tecnología y trabajadores con formación de "alta calidad".

"Necesitamos que nos digan en qué sectores quieren centrarse y qué cuellos de botella debemos abordar juntos para invertir donde más lo necesitan. Es un nuevo comienzo para viejos amigos para el que necesitamos unir fuerzas", puntualizó.

En esta cumbre que concluye hoy también se abordarán las relaciones comerciales, una reforma en la composición del sistema financiero internacional, el cambio climático y las transiciones energética y digital. Pero, como reseñamos, condenar la guerra en Europa es una piedra en el zapato, muy difícil de sacar.