Panaderos de Argentina regalaron el miércoles unas cinco toneladas de pan frente al Congreso como medida contra los aumentos de tarifas, en una jornada de protestas que abarcó también a docentes, trabajadores del Metro, hospitales y beneficiarios de subsidios a la pobreza.
Los industriales de panaderías reclamaron por alzas que calificaron de "brutales" en las boletas de electricidad, gas y agua, además del aumento en el precio de sus materias primas, con una inflación que llegó al 6,7% en el primer trimestre y se proyecta por encima del 20% para 2018.
En reclamo por mejores salarios, hubo huelgas de maestros que paralizaron las clases de casi 3,5 millones de alumnos de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país.
También por salarios pararon empleados del Subte (Metro capitalino), en tanto que una multitudinaria manifestación de pobres y desocupados produjo un colosal embotellamiento en el centro porteño.
Los panaderos alertaron que el alza de costos va acompañada de un derrumbe del 70% de las ventas, producto de la caída general del consumo en Argentina.
Dentro del Congreso, la oposición unida intentaba abrir una sesión para discutir un freno al 'tarifazo', pese a la resistencia del oficialismo que responde al presidente Mauricio Macri.
Pan gratuito
El alza de los precios de la canasta básica alimentaria no se detiene y está entre los rubros que más han crecido en los últimos años, en un país productor y proveedor mundial de alimentos que tiene a un tercio de sus 43 millones de habitantes sumidos en la pobreza.
La contracara de la protesta de panaderos fueron las miles de personas que hicieron pacientes filas de varias horas para llevarse una bolsa con medio kilo de pan gratis.
"Hay panaderías que tardan seis días para pagar la luz. A eso hay que sumarle el gas, el agua. Creemos que ya es un abuso indiscriminado para nuestro sector", dijo Rodolfo Silva, presidente del Centro de Industriales Panaderos del Oeste (Cipod) que motorizó la protesta.
"Le pido a Macri que mire un poco la situación de la clase media, de los pobres. A lo mejor ya no necesita más nuestro voto", ironizó Elsa Derico, una jubilada que hizo una fila interminable frente al Congreso para llevarse una bolsa de pan.
Jeremías Barragán, con su delantal blanco de panadero, dijo a la AFP que "lo que hay que pagar de luz, gas y agua, la verdad es impagable. Los costos se dispararon. Y ni hablar de los costos de la harina".
"Hay una caída vertiginosa de las ventas de un 70%", aseguró.
Ola de quejas
Los docentes de la provincia bonaerense mantienen un conflicto salarial con la gobernación, que ofrece un tope de ajuste del 15%, al igual que sucede con los trabajadores del Subte.
Los beneficiarios de subsidios a la pobreza y los trabajadores de los hospitales reclaman también recomposiciones de ingresos a la par de la inflación.
Las tarifas de los principales servicios públicos, subsidiadas por una década, han aumentado en algunos casos más del 1.000% desde que asumió Macri, en diciembre de 2015. Algunas alzas fueron morigeradas mediante acciones judiciales colectivas de consumidores.
El gobierno impulsó el retiro de los subsidios a estas tarifas para aliviar el pesado déficit fiscal, que fue 3,9% del PIB en 2017.