La “doctrina patriótica” de Trump en la ONU | El Nuevo Siglo
AFP
Martes, 25 de Septiembre de 2018
Redacción internacional
El Presidente de EE.UU. rechazó “el globalismo” y las organizaciones multilaterales, atacó a Irán y amenazó a China

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A Donald Trump le gusta hacerse esperar. Por eso llegó tarde a la apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde por primera vez Estados Unidos no dio el segundo discurso, sino el tercero, cambiando la agenda del día.

“En menos de dos años mi administración ha hecho más que cualquier otra administración en la historia de nuestro país”, dijo, con su tono habitual, y, como si se tratara de una pausa para incentivar la adoración, dejó de hablar unos segundos hasta que explotaron los aplausos. “Es cierto”, aclaró -con risas-.

En su segundo discurso en la ONU el presidente Trump, a diferencia del año anterior, dejó en claro cuál es su doctrina: un patriotismo que juega al ganar-ganar en todas las circunstancias.

“Rechazamos la ideología del globalismo”, expresó, y acto seguido pidió apoyar el “patriotismo”. Unos términos que a más de uno confunden por sus múltiples interpretaciones, mientras que para Trump significan la base central de su gobierno. En esencia, son la oposición al mundo multilateral y liberal en el que se han basado las organizaciones internacionales, los gobiernos occidentales (la mayoría) y el discurso que ha dominado la política, tanto nacional como exterior.

Expresa y, aparentemente innegociable, fue su defensa a esta doctrina, lo que correspondió a un baldado de agua para Antonio Gutierres, secretario general de la ONU. Una hora antes, mientras que el norteamericano llegaba, el portugués había pedido soluciones urgentes a la crisis del multilateralismo que el Presidente norteamericano terminó por confirmar. “Nunca someteremos la soberanía estadounidense”, sentenció.

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Agenda exterior

Luego de introducir su defensa del “patriotismo”, Trump repasó uno a uno sus logros en materia internacional. No hay que olvidar que la política exterior norteamericana, más en un organismo como la ONU, es tan importante para Washington como la realidad interna.

Aparentemente, su éxito es inequívoco. Trump aseguró, caso por caso, que sus avances son tan espectaculares, que cuesta repasarlos en un discurso de menos de una hora. Pero más que exitosos, muestran otra faceta de la política exterior norteamericana, que aún no se puede medir por el poco tiempo de aplicación.

El caso más paradigmático, dijo el Presidente, ha sido el de Corea del Norte. Reconoció que si bien se pudo reunir con Kim Jong Un en una cumbre en Singapur, aún “queda mucho por hacer”. En ese sentido aclaró que las sanciones económicas y políticas se mantendrán hasta que “la desnuclearización ocurra”.

De momento, es claro que el Presidente ha logrado sentarse con el líder norcoreano y ha desescalado el conflicto, desactivando la pruebas nucleares perpetradas por Pyongyang este y el año pasado. Sus avances, sin embargo, se contraponen a lo que está pasando con Irán tras la salida de Washington del Acuerdo Nuclear firmado con Teherán (y otros cinco países) en 2015.

El líder de los ayatolás, Hasán Rohani, número 14 en los mandatarios que hablaron durante la Asamblea, sentenció que responderá con toda la firmeza a los intentos de Washington para “derrocar” su régimen. El lunes ya había dicho que su país “estaba listo” para enfrentarse con Estados Unidos.

Entre la bajada de tensiones del primer conflicto y el aumento del segundo, Trump defendió sus decisiones de política exterior sin dejar de mencionar el caso de Siria, en donde dijo que intervendrá en la guerra si Basher al Assad persiste en el uso de armas química prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario y las convenciones internacionales.

 

Comercio

Otro de los ejes centrales de la doctrina patriota de Trump fue el comercio internacional. Culpando a China de ensombrecer las relaciones comerciales en el mundo, insistió: “Siento un gran respeto y afecto por mi amigo, el presidente Xi, pero he dejado claro que nuestro desequilibrio comercial no es aceptable”.

Trump reiteró que cree en un comercio “justo y recíproco”, a propósito de la denominada “guerra comercial” entre Washington y Pekín, que acumula millonarias pérdidas para ambos países. Insistió en que cree en el comercio multilateral, pero “otros países no nos han otorgado un acceso equitativo y recíproco a sus mercados”.

Eso sí, determinó que “las distorsiones del mercado chino y la forma como lo manejan no pueden ser toleradas” por su país, ahondando el conflicto con Pekín. ¿Entonces, qué pasará? ¿Escalará “la guerra comercial”?

También se refirió a la soberanía comercial como base de la autonomía de los países europeos. En este sentido y felicitando a Polonia por la construcción de una línea de gas nacional, llamó al resto de Europa a “no depender de Rusia”, un guiño que tuvo como especial destinario a Alemania.

 

Muliculturalistas

Los defensores del multiculturalismo mostraron su preocupación por las posiciones del Presidente norteamericano. En su discurso inaugural, Guterres señaló que el orden mundial basado en ideas comunes está “en un punto de quiebre”. “Hoy, el orden mundial es cada vez más caótico. Las relaciones de poder son menos claras”, anunció el Secretario General de la ONU.

Haciendo énfasis en la dificultad para conseguir “cooperación internacional”, el portugués mostró su preocupación por la erosión “de los valores universales” y de los “principios democráticos”. En anteriores oportunidades los secretarios de la ONU pocas veces habían puesto en duda el modelo liberal como lo hizo ayer el portugués.

“Hoy, con cambios en el equilibrio de poderes, el riesgo de la confrontación puede aumentar", advirtió Guterres. “Los desafíos están creciendo afuera, mientras mucha gente se está volcando hacia dentro”.

En defensa del multilateralismo, Emmanuel Macron contradijo en su forma y fondo a Donald Trump. Además de decir que la crisis de Irán se resolvería con “diálogo” y “multilateralismo”, luego de que el lunes se reuniera con Rohani y los otros cinco firmantes (Washington se salió), declaró que no se deben “exacerbar las tensiones regionales”.

El unilateralismo, dijo, solo conduce “directamente al repliegue y al conflicto”, y, de forma indirecta, atacó a la propuesta patriótica de su homólogo norteamericano, quien una hora antes había atacado a las organizaciones multilaterales. “No se conviertan en indiferentes, no acepten la erosión del multilateralismo, no acepten que se desarme nuestra historia”, afirmó.

La ONU fue el escenario de una tendencia que, poco a poco, va tomando fuerza. Aquella que prioriza la unilateralidad por encima de las ideas comunes. Esa que, en palabras de Trump, es: “Un futuro de patriotismo, prosperidad y orgullo”.