La primera década del Papa Francisco: renovación | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Sábado, 11 de Marzo de 2023
Hernán Olano

LOS 115 cardenales reunidos en cónclave, en la quinta ronda de votaciones, inspirados por el Espíritu Santo, proclamaron el 13 de marzo de 2013 como Papa No. 266 de la Iglesia católica al cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, quien se impuso el nombre de Francisco, por sugerencia del cardenal brasilero Claudio Hummes y en homenaje a la opción fundamental por los pobres que nos legó el santo de Asís y patrono de Italia. Sin embargo, de haber sido elegido como papa en 2005 (cuando se eligió a Benedicto XVI) se hubiese llamado Juan XXIV, por la sencillez que transmitía el actual san Juan XXIII, cualidad que a su vez identifica a Francisco, lo mismo que la frase que decía el padre Pedro Arrupe, S.J., “Si no se experimenta la pobreza, no se puede hablar de ella”; por eso, ha buscado combatir la “globalización de la indiferencia”.

El huésped de la suite 201 de Casa Santa Marta en el Vaticano, es “el portero de las almas”, según Aurelio De Laurentes, el presidente del Nápoles, quien se atrevió a llamarlo así cuando en Italia los jugadores de ese equipo y de la Fiorentina lo visitaron y él respondió: “…soy un portero especial porque debo dejar que todos entren en el Cielo”.

En su primera audiencia, ante los periodistas, el 16 de marzo, dijo: “La Iglesia, aunque ciertamente es una institución humana e histórica con todo lo que esto comporta, no tiene una naturaleza política, sino esencialmente espiritual: Es el pueblo de Dios. El santo pueblo de Dios que camina hacia el encuentro con Jesucristo”.

Después de su elección, el Santo Padre expresó la voluntad de que los jefes y Miembros de los Dicasterios de la Curia Romana, así como también los Secretarios y el Presidente de la Pontificia Comisión del Estado de la Ciudad del Vaticano, prosigan, provisionalmente, en sus respectivos encargos "donec aliter provideatur", reservándose un cierto tiempo para la reflexión, la oración y el diálogo, antes de cualquier nombramiento o confirmación definitiva de sus colaboradores.

Las reformas no se hicieron esperar, pues creó el C-9, un grupo de cardenales, recientemente renovado, para seguir realizando ajustes al interior de la Iglesia, lo que lo llevó en marzo del año pasado a expedir la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, (que reformó la Constitución Apostólica “Pastor Bonus” de 1988), mediante la cual, todas las congregaciones pasaron a llamarse Dicasterios y se democratizó la participación laica y femenina en los organismo de la Iglesia, entre ellos, la designación de la religiosa Raffaella Petrini , quien en caso de fallecimiento o renuncia del Papa será la número dos de la Iglesia mundial mientras dure la sede vacante.

Los primeros cambios en el Consejo de Economía y en la secretaría del ramo, así como en el sistema financiero del IOR, se vieron ennegrecidos por las acciones corruptas que arrastraba el régimen desde hacía muchos años y, que comprometieron luego al cardenal Becciu en el primer juicio por corrupción contra un alto prelado, adelantado por la justicia vaticana.

A los obispos y cardenales les dijo que deberían “oler a oveja”, para estar cerca de su rebaño; por eso, en 2014 acusó a tres mil miembros de la élite de la Curia de ser demasiado egoístas. Además, aprovechó el encuentro con los cardenales para hablar de las quince enfermedades de la Iglesia, entre ellas, la del “Alzheimer espiritual” es decir, el olvido de la ‘historia de la salvación’, la disminución progresiva de las facultades espirituales; el “martalismo”, que es olvidarse de ponerse a los pies de Jesús y, la ‘fosilización’ mental y espiritual.

El 27 de agosto de 2014 decidió el Papa Francisco la institución de una Comisión especial de estudio para la reforma del proceso matrimonial canónico, lo que permitió reducir los términos, hablar de gratuidad de las causas y reducir el trámite a una instancia, creando en cada diócesis un tribunal eclesiástico, lo cual ha permitido normalizar la situación marital de muchas parejas.

Así mismo, en el actual contexto comunicativo, instituyó el 27 de junio de 2015 la Secretaría de Comunicaciones, que reemplazó a la Oficina de Prensa.



Francisco, el hombre

El cardenal Bergoglio, más que un jesuita ha sido un Pastor, un hombre que al llegar al pontificado ha deslumbrado con su trato y encuentro personal sencillo y ajeno a protocolos y miramientos, un ser “sensible y a la vez firme y muy agudo”. Es Francisco un hombre del encuentro personal y fraternal, su afable cercanía, su calidez, su trato lleno de consideración, su sensibilidad, su sencillez y su desprendimiento, todo lo que demuestra la grandeza de un Papa que viaja en bus, se sirve su café, lleva la bandeja de la comida al carrito de la cocina, paga sus cuentas y que incluso cambió el trono por el simple sillón de Pedro, el pescador. Un papa que vino a ser “una brisa fresca que puede transformarse en un huracán de amor, belleza y verdad”, como lo definiera Paloma Gómez Borrero.

También ha sido un “Papa boticario”, que nos ha legado tres remedios: Escuchoterapia, cariñoterapia y misericordina, con las cuales también ha querido superar la “cultura del descarte”, donde dice que a los excluidos ya no se les “explota” sino que pasan a ser desechos, “sobras”. Ello lo llevó a expedir “Amoris laetitia” sobre la alegría del amor en la familia, luego del Sínodo sobre la materia, con sus pastorales del acompañamiento, el discernimiento y la misericordia, en el cual se trataron el apoyo a los integrantes de las familias, incluso a los que poseen orientación sexual diversa, sobre quienes Francisco, al regreso de su primer viaje, cuando le cuestionaron acerca de las personas gays, acuñó la frase: “¿Quién soy yo para juzgar?”, la cual reiteró recientemente al expresar que cada cual recibe a Dios como lo desee.

Pero también, podemos apreciar cómo en los temas de Cercanía, Libertad, Iglesia, Continuidad y Periferia, entre muchos otros, ha dado muestras de comprensión de la realidad y, sin salirse de la Doctrina, ha dado continuidad a su línea de pensamiento relacional entre fe y evangelización.

Su evangelización, en 41 viajes internacionales, también se ha concretado con la expedición de tres encíclicas: Lumen fidei, sobre la fe (29 de junio de 2013). Laudato si, sobre el cuidado de la casa común (24 de mayo de 2015). Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social (3 de octubre de 2020). Sin que podamos desconocer la trascendencia de Amoris Laetitia, así como de otros documentos trascendentales, todos motivados por el afán de seguir siendo “el párroco del mundo”, como Evangelium gaudium, donde explica que hablar con Dios no consiste en “imponer obligaciones a las personas, sino en compartir una alegría”.

Francisco se ha referido varias veces a las suegras y a los chismes: Los ataques a la unidad de la Iglesia están en las murmuraciones como Su Santidad lo ha dicho: “he hablado de los chismes como ‘terrorismo’, de cómo se puede matar a una persona con la lengua”.

 

En todos los frentes

Por otro lado, el balance en la diplomacia es amplio, aunque no contundente. Francisco se ha pronunciado sobre las situaciones de guerra en Yemen, el Congo, Mianmar, la guerra ruso-ucraniana y más recientemente ha denominado de régimen nazista autoritario al de Nicaragua. En cuanto a Venezuela, sigue ofreciéndose para el diálogo entre las partes, pero, mientras no lo busquen no habrá solución. Él sería quien debe citar a gobierno y oposición a un encuentro en el Vaticano. En el terreno político, Francisco también ha elogiado a Jordania por acoger a refugiados de Palestina, Siria e Iraq, lo cual merece el apoyo de la comunidad internacional, “para esto, es necesario y urgente encontrar una solución pacífica a la crisis siria, además de una justa solución al conflicto entre israelíes y palestinos”.

AFP

Cuando visitó en 2015 la ONU, se refirió a las formas de desigualdad en la posesión de los bienes materiales y en su disfrute, así como a las tensiones económicas existentes en cada país, en las relaciones entre los Estados e incluso entre continentes enteros, que llevan en sí elementos sustanciales que limitan o violan los derechos del hombre, como, por ejemplo, la explotación en el trabajo y múltiples abusos contra la dignidad del hombre.

Sus acciones acerca de los abusos sexuales lo llevaron a destituir a un cardenal norteamericano, a modificar el código de derecho canónico para hacerlo más inflexible y ampliar sanciones a los delitos al igual que -hace una semana- a proponer el resarcimiento económico a las víctimas. Esa política de “tolerancia cero”, la ha reiterado muchas veces, como cuando en su regreso de México, en 2016, ante una nueva pregunta sobre el tema, también expresó: “Un obispo que cambia de parroquia a un sacerdote, cuando se verifica un caso de pedofilia, es un inconsciente, y lo mejor que puede hacer es presentar su renuncia. ¿Clarito?”.

También se ha referido a la eventual ordenación de hombres casados y el desmonte del celibato sacerdotal; a la asignación de cargos ministeriales y ordenación como diaconisas a las mujeres dentro de los ritos católicos; a las mascotas; la abolición de la pena de muerte; la dictadura argentina, etc.

 

Lenguaje ‘terrenal’

Francisco ha dado un “gran impulso para una Iglesia en camino”, como dice el Padre Federico Lombardi, S.J., y por eso, sin desconocer el papel de la iglesia doméstica, que es la familia, ha querido que, en ese ámbito, se instituyan tres palabras: gracias, perdón y por favor.

En Milán, hizo corear tres veces a los jóvenes “no más bullying”.

El lema de su escudo: “Miserando atque eligendo” (Con sentimiento de amor y misericordia lo eligió), lo llevó a proclamar el 11 de abril de 2015 un Año Jubilar de la Misericordia, cuya acción ha querido que se extienda, particularmente para absolver en la confesión el pecado grave del aborto.

Desde antes de su elección como Pontífice, él tenía un tema recurrente, la necesidad de hacer memoria para comprender el presente y proyectar el futuro. Ante esa circunstancia, debemos saber que Dios es el que te “primerea” y no podemos “balconear” la realidad humana, ni “apoltronarnos”, sino “hacer lío”, como lo ha sugerido tantas veces a los jóvenes, pero un lío bueno. Por eso, en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, animó a los muchachos y niñas así: Chicos y chicas, por favor, no se metan en la cola de la historia, ¡sean protagonistas! ¡Jueguen para adelante! ¡Pateen adelante! ¡Construyan un mundo mejor! ¡Un mundo de hermanos, un mundo de justicia, de amor, de paz, de fraternidad, de solidaridad! ¡Juéguenla adelante siempre!

Francisco es el ‘CEO’ más importante del mundo, ya que su liderazgo está directamente vinculado con 1.285 millones de personas, para lo cual cuenta con 250 cardenales (120 de ellos electores de su sucesor); 466.215 clérigos, 5.304 obispos, 415. 656 sacerdotes, 45. 255 diáconos permanentes, 670.320 religiosas y 116.843 seminaristas.

Por otro lado, el léxico del Pontífice impacta a todos, con una serie de neologismos papales, ha tomado el nombre de ‘bergoglismos’, que hacen parte de su lenguaje directo, no todas las veces claro, ya que tiene la influencia del piamontés y del lunfardo, entre ellos: abajarse, banalización de lo humano, callejeros de la fe, carrerismo, derrochón, cuento chino, empachar, falsear, habriaqueismo (opinar acerca de lo que habría que hacer); licuar la fe, ningunear, pasarse de rosca, primerear, projimidad, salir de la cueva, soñar y walkman, que definió así: “A veces es más cómodo hacerse el sordo, ponerse los walkman para no escuchar a nadie. Con facilidad suplantamos la escucha por el mail, el mensajito o el “chateo”, y así privatizamos a la escucha de la realidad de rostros, miradas y abrazos”.

Para Su Santidad, la “papamanía” le parece ofensiva, pues Usted no es “Supermán” ni es “Tarzán”, sino un hombre que llora, ríe, duerme tranquilo y tiene amigos, muchos de los cuales quedaron en Buenos Aires, donde tal vez irá, así sea en el recuerdo.

El papa Francisco, definido por Andrea Tornielli como “un peregrino de la paz, pero también un profeta incómodo”, estableció en 2016 tres “mandamientos” que todo periodista debe tener en cuenta al desarrollar su labor: amor a la verdad, vivir con profesionalismo y respetar la dignidad humana.

Esos mandamientos no pueden cumplirse sin una adecuada formación y sin la lectura previa de los documentos y entrevistas que el Papa ha producido durante el tiempo de su pontificado. El comunicador, según Francisco, “tiene un papel de gran importancia y al mismo tiempo una gran responsabilidad. De alguna manera escribe el ‘primer borrador de la historia’”.

Igualmente, ha condenado la corrupción, ha declarado la excomunión de los mafiosos y, en cuanto a los políticos, según sus palabras ponen “cara de estampita” porque le hacen “cosmetología social” a los discursos que pronuncian delante suyo.

Ese es Francisco, un pontífice al que se le ha tentado a renunciar, ante lo cual ha dicho: “Yo lo que estoy es mal de la rodilla, no de la cabeza y, como no soy futbolista, hay Papa para rato”.