Las Coreas dan nuevo paso hacia la pacificación | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Miércoles, 19 de Septiembre de 2018
Redacción internacional
Firmaron un acuerdo de desnuclearización, una muestra de que las tratativas bilaterales van por buen camino

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EN SÓLO dos días, la cumbre entre las coreas ha dejado más conclusiones que una década de fallidos acercamientos. Reunidos en Pyongyang, capital del norte, Kim Jong Un le ha dicho el presidente surcoreano Moon Jae In que visitará Seúl, al mismo tiempo que aseguró el cierre de “forma permanente” de la base de pruebas nuclearse de Tongchang-ri.

Los avances logrados en la reunión bilateral son positivos, pero merecen que se pongan en contexto. Es cierto que el hecho de que los dos presidentes se estén reuniendo por segunda vez en un año es una muestra clara de voluntad política, pero el fondo del diálogo intercoreano aún no se ha tocado: la desnuclearización total y la declaración del fin de la guerra.

Temas grandes

Para expertos como Jung H. Pak, del Brookings Institutions, las negociaciones han presentado algunos avances, pero siguen estancadas en estos dos puntos. Si bien Kim Jong Un ha dicho que cerrará la base de Tongchang-ri, aún siguen activas otras bases nuclearas denunciadas por Estados Unidos.

La confianza en la conversación pacífica sigue intacta de parte de Seúl pese a los llamados de Washington, que insiste en que Kim debe mostrar mayor voluntad de diálogo. Este aparente distanciamiento, más que esto, demuestra que el presidente Moon Jae In está dejando claro que el proceso con Pyongyang sigue independientemente de la agenda de Donald Trump, su principal aliado.

Después de la reunión en Singapur, la relación entre Corea del Norte y Estados Unidos se mantiene en el mismo estado. Aunque Kim ha dicho que ha cumplido con una serie de temas, Washington insiste en que su voluntad de diálogo está condicionada por su carrera nuclear.

Alejado de estas diferencias, Moon Jae In, un liberal que llegó al poder tras los escándalos de corrupción de la Presidenta con la gigante Samsung, ha buscado otra manera de acercarse a Kim. Antes que responder con una serie de medidas disuasivas, siempre ha priorizado el encuentro y parece que si las cosas siguen como van entre los dos países se ganará el rotulo del principal precursor de la paz intercoreana.

Es claro, en ese sentido, que Moon Jae In está redefiniendo su visión de la relación tanto con su aliado, como con su enemigo. No quiere decir que rompa los lazos con Washington, al contrario, lo que está buscando, como indican los últimos hechos, es redefinir los términos bajo los cuales se constituya la alianza.

Según Ramón Pacheco, un analista de la península coreana y miembro del instituto Korea Chair, es claro “que la alianza no está en riesgo, pero sí debe continuar funcionando adecuadamente”. En un artículo, ha explicado que “en cinco semanas de entrevistas con élites de Corea del Sur, Seúl cree que ha llegado el momento de involucrarse en todo el proceso, no de sanciones. En resumen, Corea del Sur quiere independencia de acción”.

La independencia de acción significa muchas cosas. Entre ellas, que Seúl pueda tener la iniciativa de concretar algunos temas con Corea del Norte distintos a la agenda nuclear, principal tema para Washington.

La administración Trump no parece estar en contra de esta realidad, si se tiene en cuenta que la política del Presidente ha sido enfocarse en Estados Unidos dejando que sus aliados -y los que no- resuelvan sus problemas sin su intervención. Pero no se sabe hasta qué punto quiere perder iniciativa en asuntos tan delicado como la carrera nuclear de Kim.

Basado en la relativa independencia que ha logrado, Moon Jae In ha conseguido en su visita a Pyongyang que Kim acuerde formar una comisión militar conjunta y detenga los simulacros nucleares a menos de 3 millas de su frontera, un plan “que eliminaría todos los riesgos que podrían conducir a la guerra”.

En diálogo con The Wall Street Journal, el profesor de la Universidad de Kyungnam de Seúl calificó el acuerdo del miércoles como “el más completo y detallado de cualquier acuerdo firmado en el pasado”.

Condición tras condición

Tras conocer los avances entre las coreas, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, celebró los “importantes compromisos” de Kim y dijo que Washington está listo para “entablar inmediatamente negociaciones” buscando la desnuclearización para “enero 2021”.

La clara posición de Washington hay que ponerla en contexto con la declaración ayer hecha por el líder norcoreano, quien afirmó que podría clausurar todo su “complejo nuclear”, con la condición de que Estados Unidos adopte las “medidas correspondientes”.

Pyongyang ha dicho en reiteradas oportunidades que la Casa Blanca demora la firma de una declaración para formalmente finalizar la Guerra de Corea (1950-53), que sigue bajo la figura de un armisticio sin un tratado de paz.

Además, ha reiterado que en los últimos meses ha tenido numerosos gestos de paz, como la devolución de presos políticos, la eliminación de la base nuclear de Punggye-ri y la desactivación de los ensayos nucleares.

Mientras, tanto la actual administración como las anteriores han dicho que el régimen de los Kim ha debido y debe frenar su carrera nuclear con el fin de firma un acuerdo de paz y retirar sus tropas de la península.

Temas tan espinosos como los anteriores son los principales de la agenda entre Estados Unidos y Corea del Norte y, por supuesto, de Corea del Sur, sin dejar de reconocer que esta ha mostrado que para lograr avances en los grandes puntos primero hay que empezar por medidas más pequeñas, como los encuentros de familias intercoreanas después de seis décadas.

A la espera de que se anuncie la próxima reunión entre Trump y Kim Jong Un, al menos hoy se puede decir que la paz entre las coreas va por buen camino.