LA GUERRA en Oriente Medio sigue aumentando en intensidad y se teme una expansión a nivel regional sin precedentes. Ayer Israel volvió a asestar un duro golpe a enclaves del movimiento islamista Hezbolá en el sur y el este del Líbano.
Las autoridades del estado judío confirmaron que se lanzó una oleada de ataques a más de 1.600 objetivos del grupo radical islamista. Los bombardeos selectivos tuvieron como blanco enclaves políticos y militares del Hezbolá.
Según las autoridades libanesas, estos ataques habrían dejado no menos de 492 muertos, incluyendo 35 niños, aunque los mandos israelíes no adelantaron ningún parte oficial frente al saldo de su acción militar.
Esta fue la jornada bélica de mayor intensidad en el Líbano desde que Hezbolá, que es uno de los principales actores políticos y militares de ese país, abriera un frente de guerra con Israel hace casi un año, luego del ataque terrorista del grupo radical palestino Hamás, el 7 de octubre de 2023, sobre territorio judío, que dejó más de 1.200 civiles y uniformados asesinados. De los 251 secuestrados durante la incursión islamista, 97 siguen cautivos en la Franja de Gaza, de los cuales 33 fueron declarados muertos por el ejército israelí.
Como se sabe, dicho ataque de Hamás dio origen a una operación militar a gran escala por parte de las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza que, tras casi un año, ha permitido reducir al mínimo esa banda terrorista, ya que no solo han sido abatidos centenares de sus combatientes, sino la mayor parte de su cúpula política y militar. De forma paralela, gran parte de la infraestructura física ha sido afectada, hay un saldo incierto de civiles muertos y heridos, al tiempo que son decenas de miles los desplazados.
“Gran número” de objetivos
Tras los bombardeos de ayer, el ejército israelí afirmó que un “gran número” de miembros de Hezbolá murieron durante el día, sin dar cifras.
En un vídeo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, recomendó a los libaneses “alejarse de las zonas peligrosas” mientras el ejército termina su “operación” en el sur del país y en el valle de Becá, en el este.
“Hezbolá almacena su armamento estratégico en edificios civiles y usa a la población como escudos humanos”, dijo Daniel Hagari, el portavoz militar israelí. “Las casas de Becá tienen cohetes y drones. Las atacaremos antes de que planteen una amenaza para los residentes de Israel”, agregó.
Según trascendió ayer, uno de los blancos principales del ataque ayer era Ali Karake, el número tres militares de Hezbolá. Como se sabe, el número dos, Ibrahim Aqil, murió en un ataque israelí en las afueras de Beirut el viernes pasado y el número uno, Fuad Shukr, en una incursión similar el 30 de julio.
El ejército israelí indicó que había “golpeado más de 1.600 objetivos” durante la jornada en esta operación que bautizó como “Flechas del norte”.
También anunció un ataque en Beirut que, según una fuente próxima a Hezbolá, iba dirigido contra el comandante para el frente sur del movimiento islamista, que afirmó encontrarse bien y en un lugar seguro.
Ya el domingo, Netanyahu, afirmó que Israel había asestado al movimiento libanés Hezbolá “una serie de golpes que nunca habría imaginado” tras una noche de intensos ataques y disparos transfronterizos en el Líbano.
“En los últimos días, hemos asestado una serie de golpes a Hezbolá que nunca habría imaginado. Si Hezbolá no entiende el mensaje, les aseguro que lo entenderá”, declaró Netanyahu en un comunicado, en el que añadió que Israel “no tolerará ataques contra sus habitantes y ciudades”.
Como se sabe, los duelos de artillería entre Hezbolá y el ejército israelí se multiplicaron desde las explosiones de bíperes y walkies-talkies utilizados por miembros de Hezbolá, atribuidas a Israel, de la semana antepasada, que dejaron 39 muertos y casi 3.000 heridos en bastiones de la milicia en el Líbano, según las autoridades.
El viernes, un ataque israelí en los suburbios del sur de Beirut mató a 16 miembros de la fuerza de élite de Hezbolá, entre ellos su líder, Ibrahim Aqil, como ya se indicó.
“Decenas de cohetes”
Por su parte, Hezbolá aseguró ayer que lanzó “decenas de cohetes” contra dos bases de Israel “en respuesta a los ataques del enemigo israelí”, tras haber apuntado contra otros tres objetivos por la mañana.
Al final de la tarde, las sirenas de alarma sonaron en la ciudad de Haifa, en el norte de Israel, en cuyas inmediaciones impactaron por primera vez algunos cohetes el domingo.
A su turno, el primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció un “plan de destrucción” contra su país, y llamó a la ONU y a los “países influyentes” a “disuadir” al Gobierno israelí de esta “agresión”.
El Ministerio de Salud libanés informó, en su último parte anoche, que al menos 492 personas, “entre ellas 35 niños y 58 mujeres” murieron en el sur y el este del país y otras 1.645 resultaron heridas.
Presas del pánico, miles de familias huyeron de las zonas bombardeadas, según el Ministerio de Salud. Fotógrafos de AFP observaron importantes atascos en los alrededores de Sidón, una gran ciudad del sur del país, debido a los centenares de autos que intentaban abandonar la zona.
Alerta global
Tras el aumento de las acciones bélicas en Medio Oriente, Francia solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para llamar a las partes a que “desescalen la situación y eviten una conflagración regional que sería devastadora para todos”.
Frente a esta escalada, Estados Unidos, principal aliado de Israel, se opuso a una invasión terrestre del Líbano y dijo que va a presentar “ideas concretas” para reducir la tensión, dijo un alto funcionario en Naciones Unidas.
El presidente estadounidense, Joe Biden, reiteró que trabaja “para lograr una desescalada”.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, se mostró “muy preocupado por la escalada de la situación y por el gran número de víctimas civiles, incluidos niños y mujeres”, según su portavoz, Stéphane Dujarric.
Numerosos países musulmanes levantaron la voz. Egipto solicitó la intervención del Consejo de Seguridad, Turquía acusó a Israel de querer provocar el “caos” en la región y Catar pidió “acciones urgentes” de la comunidad internacional para frenar la “brutal agresión” que “coloca la región al borde del abismo”.
Irán, aliado de Hezbolá, advirtió ayer a Israel de “las consecuencias peligrosas” que tendrán sus ataques en el Líbano, en tanto que Hamás denunció una “agresión salvaje”.
“Estamos casi al borde de una guerra total”, ahondó el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell.