UNA líder firme, con credibilidad, ejecución, proyección y que ha logrado devolver la estabilidad política a Italia es el reconocimiento que tanto sus copartidarios de derecha como los líderes de oposición dan a Giorgia Meloni, la joven que desde hace seis meses gobierna el país.

En el olvido están los fallidos intentos de presentarla como una ‘fascista’ dada su admiración por Benito Mussolini en quien inclusive se inspiró para fundar, en 2021, tras separarse del partido de su mentor, el conservador Silvio Berlusconi, Fratelli d’Italia, tomando el nombre de la estrofa inicial del himno italiano.

De las críticas iniciales tras su contundente triunfo en las legislativas que la convirtieron en la primera mujer en llegar a la jefatura de gobierno italiano y los infundados temores de un gobierno ‘ultraderechista’, Meloni se ha convertido en la ‘Hermana de Italia’.

Esta periodista, amante de la historia y dirigente política ha evidenciado su firme liderazgo en el país, mientras que con sus vecinos europeos ha sido moderada y estratégicamente cauta.

Tras asumir el cargo de primera ministra el 23 de octubre y liderando una coalición formada por el posfascista Hermanos de Italia; La Liga, el partido antimigración del populista Matteo Salvini, y el partido Forza Italia (conservador), de Silvio Berlusconi; Meloni empezó a adoptar una serie de medidas emblemáticas de su programa.

En pocas semanas introdujo leyes para reducir la llegada de migrantes y recientemente decretó el estado de emergencia migratoria.

También se comprometió a defender a toda costa los valores de la familia tradicional y prohibió a los ayuntamientos registrar a los hijos de parejas del mismo sexo.

En el ámbito económico, Meloni ha sido más bien ortodoxa: prometió reducir la colosal deuda pública, aprobó el gasto de miles de millones de euros para ayudar a los italianos frente a la galopante inflación y anunció recortes de impuestos.

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Pero la "madre cristiana", como suele describirse, atenuó el tono agresivo de sus declaraciones y ahora intenta transmitir una imagen de estabilidad a nivel internacional, apoyando sin titubeos a Ucrania frente a la invasión rusa, como hacen sus aliados.

Según varios politólogos, Meloni necesita el apoyo de los sectores de centro para garantizarse la permanencia en el poder y por eso ha dejado de presentarse como una extremista de derechas.

"Se pasó al centro del espectro político muy rápidamente (...) para ampliar su audiencia y llegar más allá del electorado de derecha más radical", sostiene Daniele Albertazzi, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Surrey (Reino Unido).

Pero otros analistas señalan que desde campaña dejó claro que un posible gobierno suyo no era como lo intentaban pintar y que si bien su objetivo político era revivir la derecha política tradicional, tal cual lo ha hecho, su tendencia era de centro, con implementación de políticas conservadoras, donde tiene enraizado su programa para el progreso, desarrollo y bienestar de Italia.

Tan ha sido así que Meloni ha aumentado su popularidad, la que según un sondeo de Termómetro Político es de 44.4%, y a nivel global, ocupa el sexto lugar de aprobación a su gestión, con el 53%, como lo revela la encuesta The Morning Consult. También es la primera en referencia a los representantes de la Unión Europea.

En Reino Unido también tiene una buena percepción esta dirigente romana. Con ocasión de sus primeros 100 días de gobierno, The Times sostuvo que “Giorgia Meloni ha pasado, gracias a su pragmatismo y estabilidad política, de ser considerada un peligro a convertirse en la líder más fuerte e influyente de Europa”.

El espaldarazo a su gestión, credibilidad y apoyo también se visibilizó en recientes elecciones regionales donde los candidatos de su partido se impusieron holgadamente: en Lazio (cuya capital es Roma) y Lombardía (siendo su capital Milán), que son no sólo las más pobladas e importantes a nivel político, sino que concentran la mayor parte del Producto Interno Bruto.

 Una reciente encuesta del instituto YouTrend, a su partido, Hermanos de Italia, se le atribuye el 28,6% de las intenciones de voto, frente al 26% obtenido en las elecciones de septiembre.

Migración

Entre sus medidas más representativas, figuran las destinadas a un mayor control de las oenegés que rescatan a migrantes en el Mediterráneo.

Recientemente, prometió eliminar el estado de protección especial para quienes que no sean considerados refugiados.

Frente a ese tema, el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, cuñado de Meloni y figura histórica de la ultraderecha, generó polémica esta semana, al llamar a un aumento de la natalidad en Italia y así evitar, según él, "la sustitución étnica" por parte de los migrantes, lo que de inmediato fue calificado por la oposición izquierdista como una declaración supremacista.

Para Francesco Galietti, del centro de estudios Policy Sonar, se trata de medidas dirigidas a unir y tranquilizar a la coalición frente a las "peleas internas".

Entretanto, Meloni viaja, recibe a líderes mundiales, evita errores y disputas con la Unión Europea.

"Resulta la política más profesional que tenemos en este momento", sostiene Galietti.

"Se presenta como una figura moderada en el ámbito internacional, sobre todo al manifestar abiertamente su atlantismo y su total apoyo a Ucrania", subraya Marianna Griffini, profesora de Estudios Europeos e Internacionales del King's College de Londres.

Su actitud mesurada es clave, pues Italia recibirá, antes de 2026, unos 200.000 millones de euros (cerca de 220.000 millones de dólares) de la Unión Europea como parte del plan para la recuperación económica tras la pandemia, pero a condición de que apruebe una serie de reformas estructurales.

La cuota que vencía en marzo fue congelada a la espera de que su gobierno aclare con Bruselas porqué se incumplieron los objetivos exigidos.

La líder ultraderechista está lidiando con los retrasos, las divergencias y la falta de preparación de los administradores para realizar los planes que garanticen el despegue económico.

La ley de presupuesto presentada por la premier italiana incluye 21.000 millones de euros que se destinarán a que empresas y los hogares puedan hacer frente a la crisis energética, reajustar las pensiones mínimas y el giro de un bono social para las rentas más bajas.

Otro de sus destacables logros es que el precio del gas bajó más de un 34 % respecto al mes de diciembre de 2022 y las proyecciones indican que podría volver muy pronto a los niveles anteriores a la guerra en Ucrania.

Sin duda esta mujer de 45 años es un fenómeno político. De la joven que deslumbró con su oratoria a Berlusconi, Fini y otros dirigentes, se convirtió en la “hermana mayor” de Fratelli d’Italia y hoy es la mujer que con sus arraigadas raíces conservadoras está dando ejemplo de buen gobierno y dejando huella profunda en la derecha italiana.