Nicaragua logró este lunes destrabar el diálogo entre el gobierno de Daniel Ortega y la oposición, tras una intensa jornada de enfrentamientos, protestas y deterioro de la crisis que deja al menos 85 muertos desde abril pasado.
El acuerdo fue alcanzado en una reunión celebrada entre tres representantes del gobierno y la alianza cívica -formada por estudiantes, sociedad civil y empresarios- con la mediación de los obispos para consensuar la agenda de negociaciones.
En la cita, el gobierno y la oposición acordaron "reanudar el diálogo nacional en la mesa plenaria para retomar la agenda del tema de la democratización", indicaron en una declaración conjunta difundida en Managua.
Los opositores prometieron además "flexibilizar" los bloqueos en las carreteras, una de las principales preocupaciones que tenía el gobierno. Ambas delegaciones esperan que los obispos definan la fecha para retomar las conversaciones.
El diálogo fue suspendido el pasado miércoles por los obispos, luego de que el gobierno se negó a discutir la propuesta de la oposición de adelantar las elecciones de 2021 para anticipar la salida de Ortega, en el poder desde 2007.
Juan Sebastián Chamorro, delegado de los empresarios en la reunión, dijo que el gobierno aceptó en la próxima reunión abordar "el tema de la democratización", pero no se precisó el alcance que tendrá.
Los opositores esperan que el mandatario "cumpla con la promesa de parar la represión" a los manifestantes, dijo por su parte la representante de la sociedad civil en el diálogo, Azahálea Solís.
"Ya sabemos de donde ha venido la represión, las armas están en manos del gobierno", señaló el dirigente campesino Medardo Mairena.
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Protestas y violencia
La sesión se desarrolló en medio de fuertes enfrentamientos entre estudiantes, fuerzas de choque y antimotines, además de cortes de rutas.
A eso se sumó la creciente inseguridad que vive el país debido a la incursión de grupos armados que disparan, persiguen, secuestran o atacan sin control tanto a opositores como contra sedes de entidades públicas, según denuncias de grupos humanitarios.
La oficialista Radio Ya fue incendiada este lunes supuestamente por estudiantes, según imágenes divulgadas por televisoras oficiales.
Fue un "ataque de odio", dijo la vicepresidenta Rosario Murillo.
La policía por su parte informó que "grupos delincuenciales" quemaron en horas de esta madrugada la sede de la fiscalía y de la procuraduría en la ciudad de Masaya, 30 km al sur de la capital.
La no gubernamental Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) denunció que desde la semana pasada se observan "patrullajes de civiles armados en Managua y otras ciudades" que actúan como "fuerzas paramilitares".
En Managua, esos mismos grupos hirieron el sábado de gravedad a un opositor y secuestraron al menos a dos jóvenes que habían participado en las protestas, denunciaron sus familiares.
En tanto, un joven que participaba en las manifestaciones, de nombre Erick Pacheco, murió de un balazo el domingo cuando grupos paramilitares abrieron fuego contra la población en un barrio de la capital, informó el opositor Partido Ciudadanos por la Libertad (CxL).
Otros disturbios ocurridos el fin de semana dejaron otro muerto, llevando al menos a 85 la cifra de fallecidos desde el inicio de las protestas, en tanto los heridos suman más de 860.
Nuevos ataques y terror
Este lunes se registraron nuevos enfrentamientos entre estudiantes de la Universidad de Ingeniería y grupos de choque del gobierno en el centro de la capital.
"Nos están atacando con armas" y "¡que se rinda tu madre!", gritaban los jóvenes.
El ataque se produjo después que los estudiantes se tomaron el recinto, con lo cual ya son cuatro las Universidades ocupadas por los alumnos en Managua.
"Hemos presenciado el ataque brutal del aparato de represión del régimen" contra los estudiantes, afirmó en las redes la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas, quien se encontraba en el lugar junto con la activista humanitaria nicaragüense Bianca Jagger.
Los estudiantes exigen el cese de la represión y el desmantelamiento de los grupos paramilitares.
El disidente sandinista Enrique Sáenz dijo en su blog que, desde que se suspendió el diálogo, hay "más muertos, heridos, más torturados y más desaparecidos en Chinandega, León, Boaco, Managua y otros territorios que son asolados por los escuadrones de la muerte.
"Por el tipo de armas (que usan) se sospecha que son policías disfrazados de civiles. Y si no son policías, resulta claro que cuentan con protección policial pues se mueven libremente con total impunidad", acusó Sáenz.